• Estrella resplandeciente • [Warrior Cats]

Capítulo 5

—Es un gusto conocerte al fin. —Siguió la gata— Me han hablado mucho de ti.

—En serio? —Preguntó la pequeña, con un brillo de ilusión en su mirada.

—Así es. Me han dicho muchas cosas lindas de tí.

—Qué cosas?

Mapleshade miró brevemente la cola torcida de la gatita, para luego continuar.

—Me dijeron que habías derrotado a un tejón. Ningún gatito de tu edad podría haber hecho eso.

—Oh, bueno... —Shadowkit recordó lo que había dicho Thrushpelt, el guerrero estelar que había visto en su sueño varias noches atrás— Solo fue una cría.

—Pero era mucho más grande que tú, y, sin importar eso, lo venciste. Eso es sorprendente.

La gatita se sintió algo avergonzada, pero el hecho de que una gata tan imponente y fuerte como Mapleshade la halagara de esa manera la hacía empezar a sentirse orgullosa de su hazaña.

—Si... Es verdad... —Admitió, soltando una leve sonrisa. Hizo una pausa y luego se volvió para mirar a la gata— Pero... A qué has venido a verme, Mapleshade?

La mencionada se quedó callada por unos segundos, luego agitó la punta de la cola y empezó a hablar.

—Quería conocerte, linda. Se nota que estás destinada a ser una gran guerrera. 

La gatita sonrió más ampliamente.

—Eso creo... Tallstar dice que puedo ser más que eso... Tu crees que tenga razón?

Mapleshade se quedó callada por unos segundos, una sonrisa siniestra empezaba a formarse en su rostro.

—No cabe duda.

La gatita le devolvió la sonrisa inocentemente, pensando en que había algo en Mapleshade que le causaba confianza y confort. Más del que podría ofrecerle cualquier guerrero del Clan Estelar. Fue entonces cuando una idea apareció en su cabeza.

—Mapleshade —Dijo Shadowkit, mirando a la gata directamente a los ojos—. Qué te parece si somos amigas?

La sonrisa en el rostro de la gata solo se hizo más grande, y sus ojos relucieron un brillo blanco de satisfacción mientras que ella agitaba las orejas y soltaba una risita.

—Claro que si, Shadowkit. —Respondió, en su profunda voz se notaba su agrado por la idea, pero había algo más que Shadowkit no pudo descifrar en su mirada.

Dicho esto, la pequeña le regaló otra pequeña sonrisa. La leve inquietud que causaban los ojos de la gata parda se iba desvaneciendo poco a poco con la sola idea de tener una nueva amiga.

—Shadowkit... Shadowkit... —Empezaron a murmurar unas voces. 

Eran las voces del Clan Estelar!

—Ah? Ah! Clan Estelar! —Exclamó la pequeña con ilusión, queriendo presentarle a la guerrera estelar su nueva amiga.

Pero, a diferencia de la gatita, Mapleshade no se veía muy feliz de escuchar esas voces. Soltó un gruñido de disgusto y frustración.

—Debemos irnos. —Dijo ella, cortante, guiando a la pequeña con la cola hacia un sendero que las llevaría lejos de las voces.

—Qué? Por qué? —Shadowkit se dejó guiar, vacilante, aún mirando por encima del hombro al lugar del que venían las voces— Es tan solo el Clan Estelar, no nos harán daño.

Pero en vez de recibir una señal de que sus palabras de confort habían hecho a la gata cambiar de opinión, Shadowkit recibió una repentina e inesperada agresividad.