Lunático. (HeeJake) MN#6

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HEESEUNG

Heeseung nunca había estado en un jet privado. Antes lo consideraba algo bastante elitista y extravagante para una persona.

A menos que esa persona encabezara una familia de vigilantes psicópatas. En cuyo caso, lo más probable es que fuera muy útil para proporcionar coartadas y evitar los rastros de papel.

Aun así, una parte de él se sentía culpable por haber tomado un avión en el que solo estaban él y Jake y una tripulación de cuatro personas.

Jake claramente no se sentía así.

Se sentó de lado en su asiento, con las piernas extendidas sobre el regazo de Heeseung, con las gafas de sol puestas mientras roncaba suavemente.

No pudo evitar sonreír.

Incluso con resaca y agotado, Jake estaba muy sexy, tal vez incluso más. Su cabello se había secado algo rizado después de la ducha.

Sus pertenencias personales estaban de vuelta en la base, pero Jake había dicho que no era un problema, y tenía razón. Cuando abordaron el avión, había ropa esperándolos −toda de la talla perfecta−, lo cual era extraño hasta que Heeseung se dio cuenta de que eso significaba que, en algún momento, Jake se había aprendido sus tallas de ropa, incluso la de los zapatos, y eso no era algo que hiciera un polvo casual.

Mientras Jake dormía, Heeseung se contentaba con leer una historia tras otra de las supuestas escapadas de Jake en estado de embriaguez, y había muchas.

Quedarse dormido durante una cena de recaudación de fondos para el presidente, pelear con tres hombres en un bar... solo.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Jake, con la voz cruda por  el sueño. 

—¿De verdad robaste una jaula de cachorros que alguien había dejado en la pista del aeropuerto? —preguntó Heeseung.

Jake esbozó una mínima sonrisa, pero no se movió de su estado  semiacostado.

—¿Me estás buscando en Google?

Heeseung sonrió, apretando la pantorrilla de Jake.

—Me encanta buscarte en Google. Uno de mis pasatiempos favoritos —dijo Heeseung, infundiendo sus palabras con tanta promesa sucia  como podía reunir con su propia resaca—. Entonces, ¿Lo hiciste?

—Sí, lo hice. Estaban llorando y los habían dejado allí. Así que los tomé. 

—¿Por qué? —Heeseung no pudo evitar preguntar.

Jake frunció el ceño.

—Porque era lo correcto.

—¿Te sentiste mal por ellos? —preguntó Heeseung.

—¿Esperas que, en el fondo, no sea un monstruo sin emociones?

Heeseung negó con la cabeza. 

—Sé que no eres un monstruo sin emociones. Mi hermano tampoco lo es —Jake se puso las gafas de sol en la cabeza, estudiando a Heeseung como si creyera que estaba mintiendo—. ¿Sabías que muchos estudios demuestran que la diferencia entre que alguien que muestra tendencias psicopáticas crezca y se convierta en un depredador o crezca y sea como todo el mundo se reduce principalmente a la crianza, no a la naturaleza?

Jake sonrió.

—Pero yo soy un depredador.

Heeseung se rió.

—No, eres un jugador de póker que tiene un segundo empleo como verdugo. Matas porque es necesario hacerlo. Si fueras un depredador, nunca dejarías de cazar. Aunque los psicópatas sádicos pueden esconderse a la vista y fingir que son normales, normalmente hay algo en los ojos. Cuando miras sus ojos, sabes que te están...  acechando, estudiando. Es como ser observado por un animal. Tú no miras a la gente de esa manera.