La Búsqueda de la Verdad

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La biblioteca de la mansión Calderón estaba llena de libros antiguos y polvorientos, y el aire estaba cargado de un aroma a cuero envejecido y tinta. Lucía, Claudia y Sebastián estaban rodeados de estantes que se extendían hasta el techo, cada uno lleno de volúmenes que parecían susurrar secretos olvidados. Mientras los tres se preparaban para enfrentar el enigma de la sombra que habían visto, el sentido de urgencia se palpaba en cada rincón.


Sebastián se había apresurado a buscar en una de las mesas de lectura, donde se encontraba un gran libro encuadernado en cuero con el título desgastado. "Este es el diario de mi bisabuelo. Puede contener información sobre cómo selló los túneles y lo que podría haber desencadenado el despertar de la sombra."

Lucía y Claudia se acercaron a la mesa, mirando el libro con una mezcla de anticipación y aprensión. La luz de una lámpara de escritorio arrojaba sombras danzantes sobre las páginas mientras Sebastián pasaba las hojas con cuidado, sus dedos temblando ligeramente. Finalmente, se detuvo en una página que contenía una serie de notas manuscritas y un dibujo de lo que parecía un símbolo antiguo.

"Esto parece ser un hechizo de protección," dijo Sebastián, señalando el dibujo. "Mi bisabuelo mencionó algo sobre un ritual para mantener la sombra a raya. Según esto, el hechizo se basa en una combinación de elementos naturales y palabras ancestrales."

Claudia, que había estado observando en silencio, se acercó al dibujo. "¿Y cómo se lleva a cabo el ritual?"

Sebastián frunció el ceño mientras leía las notas. "Parece que hay tres elementos clave: una piedra de cristal que debe colocarse en el centro del ritual, un círculo de sal para proteger el área, y un cántico que debe recitarse en el idioma antiguo."

Lucía se estremeció al recordar el lugar donde había visto la sombra. "Si la sombra se está moviendo por los pasillos, probablemente esté buscando una forma de romper ese hechizo. Si seguimos las instrucciones de este libro, podríamos tener una oportunidad de sellarla de nuevo."

"¿Dónde podemos encontrar estos elementos?" preguntó Claudia, su voz llena de determinación a pesar del miedo que sentía.

Sebastián se levantó de la mesa, mirando alrededor de la biblioteca como si esperara que los objetos le revelaran sus secretos. "La piedra de cristal podría estar en la colección privada de mi bisabuelo, en la sala de artefactos. La sal y el cántico... es posible que se encuentren en los archivos familiares, en un lugar que no hemos revisado aún."

Lucía asintió. "Entonces, dividámonos. Claudia y yo iremos a la sala de artefactos para buscar la piedra de cristal, y tú, Sebastián, revisa los archivos familiares. Nos encontraremos aquí en una hora."

Claudia asintió y miró a Lucía, una chispa de determinación en sus ojos. "Cuidado ahí fuera. No sabemos qué más puede estar acechando en la casa."

Sebastián asintió, su rostro serio. "Nos veremos pronto. Asegúrense de estar atentas."

Los tres se dirigieron en diferentes direcciones. Lucía y Claudia se dirigieron a la sala de artefactos, una habitación que se encontraba en el ala oeste de la mansión, mientras Sebastián se aventuró hacia el sótano, donde se encontraban los archivos familiares.

La sala de artefactos era un lugar opulento, con vitrinas llenas de antigüedades y curiosidades de diferentes épocas y culturas. Lucía y Claudia entraron en la habitación con cuidado, sus ojos escudriñando cada rincón en busca de la piedra de cristal.

"Debe estar en algún lugar visible," dijo Claudia, observando las vitrinas. "Algo que se destacaría entre estos objetos."

Lucía se acercó a una vitrina que contenía una colección de gemas y cristales. "Mira esto. Estos son cristales de diferentes formas y tamaños. Si la piedra de cristal es importante, seguramente debe ser una pieza especial."

Secretos Entre Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora