La escalera descendía en espiral, rodeada por la penumbra y el silencio absoluto, salvo por el eco de los pasos de Lucía, Claudia y Sebastián. A medida que avanzaban, el aire se volvía cada vez más frío y húmedo, y un leve olor a tierra y moho se hacía presente. La única fuente de luz era la débil llama de una linterna que Sebastián sostenía, su luz proyectando sombras inquietantes en las paredes de piedra.
Cuando llegaron al final de la escalera, se encontraron en un pasadizo subterráneo. Las paredes estaban revestidas con un material oscuro y rugoso, y el techo bajo hacía que el lugar se sintiera aún más claustrofóbico. El pasillo se extendía en ambas direcciones, cada una perdiéndose en la oscuridad.
"¿Por dónde empezamos?" preguntó Claudia, su voz temblando ligeramente mientras miraba a su alrededor, tratando de escudriñar el camino.
Sebastián consultó el diario de su bisabuelo, que había llevado consigo. "El libro menciona que los túneles tienen una serie de cámaras y corredores conectados. La entrada principal debería llevarnos a un área central, donde posiblemente encontraremos pistas sobre el ritual de sellado."
"¿Y la sombra?" preguntó Lucía, que había estado mirando las sombras moverse de manera inquietante en las paredes. "¿Qué pasa si la encontramos aquí abajo?"
"Debemos estar preparados para cualquier cosa," respondió Sebastián, su voz tensa. "Sigamos el pasadizo principal y estemos atentos a cualquier señal."
Los tres avanzaron por el pasillo, el sonido de sus pasos amortiguado por la tierra y la humedad del suelo. Después de unos minutos, el pasillo se bifurcó en dos caminos: uno se dirigía a la izquierda y el otro a la derecha. Ambos caminos parecían igualmente oscuros y desolados.
Lucía se detuvo y consultó el mapa antiguo que había encontrado. "El mapa muestra un punto de referencia cerca de la bifurcación. Debemos ir a la derecha. Parece que hay una cámara grande allí."
El grupo giró a la derecha y continuó su recorrido. El pasillo se hacía cada vez más estrecho y los muros más antiguos, con inscripciones y símbolos que no lograban descifrar del todo. La linterna parpadeó y el ambiente se volvió aún más sombrío, como si el túnel estuviera vivo y respirara con ellos.
Finalmente, llegaron a una cámara amplia y enigmática. El lugar estaba lleno de estantes de piedra empotrados en las paredes, cargados de frascos y pergaminos en descomposición. En el centro de la habitación había un pedestal con una estructura extraña que parecía ser un altar antiguo. Sobre el altar había un libro cerrado con una cubierta desgastada y una serie de símbolos grabados en él.
"Esto debe ser lo que estamos buscando," dijo Sebastián, acercándose al altar con cautela. "Este libro podría contener información crucial sobre el ritual y cómo enfrentarnos a la sombra."
Mientras Sebastián examinaba el libro, Lucía y Claudia revisaban los estantes cercanos, buscando pistas adicionales. Claudia encontró un frasco con un polvo blanco en uno de los estantes y lo examinó con curiosidad. "Esto parece ser sal. ¿Podría ser parte del ritual?"
Lucía lo miró y asintió. "Es posible. Necesitamos recogerlo. Cada detalle cuenta."
De repente, un estremecedor crujido llenó la cámara, y el suelo comenzó a temblar. Los tres se miraron entre sí, sus corazones acelerados. Una grieta se abrió en el suelo cerca del altar, y una sombra oscura y borrosa emergió de ella. La sombra era más definida ahora, y parecía tener una forma humanoide, con ojos brillantes y malévolos.
"¡La sombra!" gritó Lucía. "¡Prepárense!"
Sebastián tomó el libro y corrió hacia Lucía y Claudia, que estaban intentando mantener la sombra a raya con la luz de la linterna. "Tenemos que realizar el ritual ahora mismo. No podemos permitir que la sombra nos atrape."
Claudia arrojó el polvo de sal alrededor del altar, formando un círculo protectivo mientras Lucía y Sebastián recitaban las palabras del cántico antiguo del libro. La sombra se movía frenéticamente, intentando romper el círculo de sal, pero parecía que las palabras del cántico estaban teniendo algún efecto.
"La piedra de cristal," dijo Sebastián, levantando el cristal que habían encontrado. "Colócalo en el centro del altar."
Lucía tomó el cristal y lo colocó cuidadosamente en el altar. En el momento en que el cristal tocó la piedra, un resplandor intenso llenó la habitación, y la sombra pareció tambalearse, como si estuviera siendo repelida por la luz.
"¡Continúen!" gritó Sebastián, su voz llena de desesperación. "¡No dejen de recitar el cántico!"
Lucía y Sebastián continuaron recitando las palabras del cántico con fervor, y el cristal comenzó a brillar con una luz cegadora. La sombra retrocedió, su forma distorsionándose y desvaneciéndose lentamente. El resplandor del cristal y el cántico estaban funcionando, pero la sombra parecía luchar contra la fuerza del ritual.
"¡Estamos cerca!" exclamó Claudia. "¡No dejen de hacerlo!"
Finalmente, con un último grito agónico, la sombra fue absorbida por el cristal, que emitió un destello brillante antes de que su luz se extinguiera. La cámara quedó en silencio, el aire se sintió más ligero y la tensión se disipó.
Los tres se tambalearon, agotados pero aliviados. Sebastián miró el altar y el cristal con una mezcla de incredulidad y satisfacción. "Lo hemos hecho. El ritual ha funcionado."
Lucía se dejó caer contra una pared, su respiración entrecortada. "Pero, ¿qué significa todo esto? ¿Qué es lo que realmente hemos liberado?"
"Lo que hemos hecho es proteger la mansión y, probablemente, a las personas que están aquí," explicó Sebastián. "El ritual ha sellado la sombra de nuevo, pero esto es solo una parte de lo que mi bisabuelo intentó hacer. Aún necesitamos descubrir la verdad completa sobre lo que ocurrió aquí."
Claudia, mirando alrededor de la cámara, asintió. "Sí, pero al menos ahora sabemos que podemos enfrentar lo que sea que esté escondido en esta mansión."
El grupo se tomó un momento para recuperar el aliento antes de volver a la superficie. Sabían que su lucha aún no había terminado y que había más secretos por descubrir en la mansión Calderón. Pero por ahora, habían dado un gran paso hacia la resolución del misterio.
Mientras regresaban a la biblioteca, Lucía no podía evitar sentirse aliviada por el respiro momentáneo de tranquilidad. Miró a Claudia y Sebastián, agradecida por su valentía y apoyo. "Lo hemos hecho, juntos."
"Sí, juntos," repitió Claudia, dándole un suave apretón en la mano.
"Vamos a terminar esto," dijo Sebastián, con determinación renovada. "Aún hay mucho por descubrir, y debemos estar preparados para lo que venga."
Con el resplandor del ritual aún resonando en sus corazones, el grupo se dirigió hacia la biblioteca, listos para enfrentar los próximos desafíos y descubrir la verdad detrás de la mansión Calderón.
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Secretos Entre Las Sombras
Mystery / ThrillerLucía nunca imaginó que una simple fiesta en la antigua mansión Calderón cambiaría su vida para siempre. La imponente residencia, envuelta en misterio y sombras, esconde secretos que llevan décadas enterrados entre sus muros. Una noche, impulsada po...