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Narra Samantha

Po-por que Valeria no está ahí.

Oh maldita sea.

-Hola buenas tardes, en que puedo servirle- Habló en voz baja desde atrás del mostrador dedicándole una sonrisa amable.

Puse la mochila sobre el mostrador y deje los libros ahí sin decir nada.

-¿Quieres que los guarde?- Preguntó buscando mi mirada.

Yo solo asentí mirando al piso.

-Esta bien- Tomo los libros y yo mi mochila.

Con nerviosismo cerré mi mochila y me fui lejos del mostrador a leer cualquier libro que se me cruzara por la vista.

Pov Abril

Que rara chica.

Sabía que la conocía de algún lado pero no sabía de donde. Realmente era callada, no decía ni una sola palabra.

Intentaba buscar en mis pensamientos...
Hasta que di con la chica.

Ohh pero si es la que choque hace unos días. Ella era la chica que llevaba los libros en las manos y por accidente choque con ella. Si, era extremadamente callada.

Decidi no darle importancia a aquél raro encuentro que tuve hace unos segundos.

Tome los libros y fui a reacomodarlos en su lugar. Mire su género y su número. Los deje en su lugar para después volver a mi puesto.

Pov Samantha

Saque la segunda parte titulada "El Juego del Angel" de la trilogía. Una ves que lo saque de su lugar me fui a un pequeño rincón que nadie visita en la biblioteca, es un lugar junto a una ventana, hay un pequeño sillón para dos personas y una mesa. Yo ocupaba ambos lados del sillón y ponía mi espalda en el reposa brazos, extendía mis piernas y las cruzaba. Siempre leía de la misma manera, era más cómodo para mi.

Empeze a leer...

Es algo que me encanta de esto. Imaginar la historia en mi cabeza, es como si estuviese pasando todo lo leí allí dentro, es uno de mis dones.

1 hora después...

Iba por la página 78 del libro...

Era muy interesante, y a la ves con algo de lujuria, la tensión entre los personajes se contagiaba a mi cuerpo.

De repente levante la vista y vi a la bibliotecaria ahí.

Mi cuerpo se heló y agache mi cabeza, intentando esconderme en el libro lo máximo que me era posible.

Odiaba hacer contacto visual, pero esta chica ojeaba los libros con cautela y de ves en cuando me echaba unas miradas para ver en que estaba.

Me estaba incomodando y molestando a la ves.

-Puedes parar de vigilarme- Dije mirando el libro fijamente y sosteniéndolo con fuerza.

-No te vigilo, solo observo. Acabo de hacer lo mismo con el resto que esta pisando este lugar, es mi trabajo- Aseguró mirando un libro mientras acomodaba sus gafas.

—Valeria no haría eso— Ya mi paciencia se acababa y no pensaba lidiar con esta chica.

—Es mi trabajo— Repitió

—Se que lo es, OK!— apreté el libro con más fuerza

—Cálmate, y no se quien es Valeria— Aclaró.

No le respondí nada.

—Ash, ok! Ya me voy— Cuando se dio la vuelta al parecer recordó algo. —Ten buena lectura.

—Tendría buena lectura, si me dejaras en paz— Dije en un susurro. Y exhale  luego de eso.

Nuevamente me concentre en mi lectura.

1 hora después...

Página 184

"La paciencia es una virtud que se obtiene con el tiempo, pero no muchos tienen la habilidad de desarollarla"

Decía en una pequeña nota.

Oh maldita sea. Otra ves esta maldita mujer jodiendo la vida.

—¿Esta todo bien?— Preguntó

Asentí en silencio, hundiendo un poco la cara en el libro.

Este era mi lugar de paz, pero veo que con esta chica será un infierno.

—Se que quizás no te caigo bien, por lo que paso el día que chocamos. Y la verdad no planeaba encontrarte aquí, pero perdóname, quiero que sea una convivencia pacífica— Espera... Choque?

¿Que choque? Choque, choque, choque, choque... Oh pero si es...

—Estropeaste mis libros— Solté cortante

—Si, y lo lamento.

Volví mi atención a la lectura. Sin querer escuchar a nadie.

Tome mis auriculares y me los coloque. Puse música en inglés en mi celular. Seguí mi lectura tranquilamente.

1 hora después...

¿Otra ves aquí? Maldita sea cuando planeas dejarme en paz.

En esta ocasión no hablo, se mantuvo callada. Intenté no darle importancia pero sus ojos sobre mi, me inquietaba.

No la quería mirar a los ojos por que sabía que me ponía nerviosa y solamente tartamudearia cosas sin sentido... y haría el ridículo.

Ella me observo por 2 minutos y se fue.

Yo seguí mi lectura y cuando pasaron mis 4 horas de lectura diaria tomé el libro y lo puse en mi mochila.

Cuando cerraba la mochila justo llego la bibliotecaria.

—Que guardas ahi— Preguntó con desconfianza.

—El libro.

—Tienes que notificarme, no puedes llevártelo así como así, no funcionan así las cosas— Me aclaró

—Con Valeria si— Mis palabras eran justas y medidas.

—No se como funcionaban las cosas entre tu y Valeria qué supongo que es la ex bibliotecaria.

—Lo era.

—Bueno, pero yo no soy Valeria. Y las cosas conmigo no funcionan así— Repitió.

—Esta bien ya entendí.

—Saca eso de ahí y acompáñame al mostrador, por favor— Pidió.

No respondí. Y callada la acompañe al mostrador.

Confirmo, será un maldito infierno.

—Srta...

—Rivera, para usted.

—Bueno, Srta. Rivera. Que libro se llevará así lo anoto aqui— Dijo mirando la máquina.

—El Juego del Angel.

—Género?

—Romance y suspenso— Respondí

—Número?

—1.789— Volví a responder.

—Ya esta, puede llevárselo. Que tenga buena tarde.

Tome el libro de una ves, lo puse en mi mochila notoriamente molesta, la cerré.
Me di media vuelta y me fui a casa.

No podía mirarla a la cara.

No quería ver su rostro.

Era insoportable, no quería verla, ni escucharla.

Me fui a mi casa. Si me fui molesta de allí, y en mi casa mi plan era encerrarme y leer hasta dormirme. Tampoco quería saber nada de mi madre, no quería saber nada de nadie.

Llegue, deje mi mochila. Agarre y aventé mi mochila contra mi cama, me encerré en mi cuarto, y me puse a leer.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐢𝐛𝐫𝐚𝐫𝐢𝐚𝐧 | 𝐑𝐢𝐯𝐚𝐫𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora