¿En serio me enamoré? ¡¿De él?!

Prologó

La vida de T/n había sido una serie de fragmentos rotos y silencios sin respuestas. Desde pequeña, había aprendido a depender solo de sí misma, recorriendo las calles con una mezcla de determinación y soledad que pocos podían entender. Había perdido a sus padres en circunstancias que aún permanecían envueltas en sombras, y desde entonces, el mundo se había vuelto un lugar hostil. Cada moneda que lograba juntar era un pequeño triunfo, cada día un nuevo intento de sobrevivir.

Fue en uno de esos días, mientras sostenía una manzana que apenas podía costear, que su vida dio un giro inesperado. Suguru Geto, con su presencia enigmática y ojos llenos de una comprensión que ella no podía explicar, apareció entre la multitud. Sin juzgar ni preguntar demasiado, Geto le ofreció una mano. Con pocas palabras y una mirada que le transmitía confianza, le brindó un hogar junto a las gemelas Mimiko y Nanako. Aquella oferta significaba dejar atrás las calles, dejar atrás la lucha constante por sobrevivir, y comenzar una vida en la que ya no estaría sola.

Con el tiempo, T/n conoció a Shoko Ieiri, quien, en una de sus charlas casuales, dejó caer una palabra que resonó profundamente en ella: hechicería. Aunque Geto rara vez hablaba de su propio pasado, y menos aún de aquel mundo oculto y peligroso al que pertenecía, la curiosidad de T/n comenzó a crecer. La hechicería se convirtió en un misterio que anhelaba descubrir, una puerta hacia un poder desconocido que ella deseaba entender, aunque aún no lo comprendía del todo.

Años después, Geto decidió inscribirla en una escuela normal, una experiencia que, a pesar de su aparente sencillez, significó mucho para ella. Ser una estudiante le daba un sentido de normalidad que nunca había experimentado. Sin embargo, esa experiencia también trajo consigo desafíos inesperados. Sus ojos, de un color tan peculiar, siempre llamaban la atención de una manera que los demás no parecían apreciar, y su dedicación a los estudios también la convertía en el blanco de las burlas. Día tras día, enfrentaba el rechazo y las palabras hirientes de sus compañeros, quienes no comprendían su naturaleza reservada ni su apariencia singular.

A pesar de todo, había alguien que veía más allá de esas diferencias: Yuuji Itadori. A diferencia de los demás, Yuuji no la ignoraba ni la evitaba; simplemente no podía pasar de largo ante su presencia. Con el tiempo, él se convirtió en algo más que un compañero: se volvió su mejor amigo, alguien con quien podía compartir sus días escolares, reír y enfrentarse al mundo con menos peso en los hombros.

Para T/n, aquellos días junto a Yuuji y el recuerdo de la oportunidad que Geto le había brindado eran la base de la nueva vida que estaba construyendo. No era una vida sin dificultades, pero ahora tenía un propósito, una dirección. La hechicería continuaba siendo un enigma, uno que aguardaba ser descifrado.

Todo cambió una tarde, cuando Yuuji y sus amigos Sasaki e Iguchi encontraron un extraño objeto maldito en la escuela: un dedo desecado que, sin saberlo, era uno de los veinte dedos sellados de Ryomen Sukuna, el legendario Rey de las Maldiciones. Aquel hallazgo trajo consigo un peligro inimaginable, pues al romper el sello accidentalmente, atrajeron a una maldición aterradora que comenzó a acechar el lugar, poniendo en peligro a todos los presentes, incluida T/n.

Mientras el caos se desataba, un joven hechicero llamado Megumi Fushiguro fue enviado por la escuela de hechicería para recuperar el dedo maldito. Aunque Megumi luchó con todas sus fuerzas, la maldición era demasiado poderosa, y la situación parecía volverse desesperada. Oculta y aterrada, T/n observaba cómo la oscuridad de aquel mundo que tanto había deseado conocer finalmente se revelaba ante ella, dejando en claro lo peligroso que podía llegar a ser.

Fue entonces cuando, en un acto de desesperación y valentía, Yuuji tomó una decisión impensable. Para salvar a sus amigos y a la propia T/n, decidió tragarse el dedo de Sukuna, con la esperanza de adquirir suficiente poder para enfrentar a la maldición. Al hacerlo, su cuerpo fue invadido por la esencia de Sukuna, quien, poseyéndolo, desató un breve pero devastador caos en el lugar.

Sin embargo, para sorpresa de todos, Yuuji logró recuperar el control sobre su propio cuerpo, forzando a Sukuna a replegarse momentáneamente. La escena dejó a Megumi, y especialmente a T/n, completamente asombrados. La imagen de Yuuji, quien había puesto su vida en riesgo para protegerlos, y el poder oscuro que apenas lograba contener dentro de él, quedaron grabados en la mente de T/n como un recordatorio de lo que significaba realmente ser parte del mundo de la hechicería.

Aquel incidente marcó un antes y un después en la vida de T/n, acercándola más que nunca al abismo que se escondía tras el velo de lo sobrenatural.

Justo en el momento más crítico, Satoru Gojo, el hechicero más fuerte de la era moderna, apareció para poner fin a la amenaza. Con una confianza imponente y habilidades deslumbrantes, Gojo enfrentó al poseído Yuuji/Sukuna, logrando derrotarlo con aparente facilidad. Durante la pelea, T/n, quien había estado oculta y paralizada por el miedo, fue descubierta por Gojo. Al verla, el hechicero asumió, de forma despreocupada, que ella debía ser la novia de Yuuji y decidió llevarla también, dejándola inconsciente para evitar que se interpusiera en el caos.

Más tarde, tanto Yuuji como T/n fueron llevados a la Escuela de Hechicería de Tokio, donde se les explicó el inmenso peligro que representaba Sukuna y el incierto camino que ambos tendrían por delante. Aunque T/n no había jugado un papel directo en los sucesos, Gojo creyó que su cercanía con Yuuji podría resultar beneficiosa para ambos en los desafíos venideros.

Al regresar a casa, T/n habló con Suguru Geto sobre la posibilidad de seguir a Yuuji a la escuela de hechicería. Al principio, Geto se mostró reacio y le recordó a T/n las advertencias sobre el peligro del mundo de los hechiceros. Sin embargo, T/n, impulsivamente, confesó que una de las razones por las que quería acompañar a Yuuji era porque estaba enamorada de él y no quería verlo enfrentarse a esa vida solo.

Ante esta inesperada declaración, Geto cedió, aunque con cierta preocupación. Sabía que permitirle seguir ese camino traería riesgos, pero también entendía que T/n merecía disfrutar su juventud y vivir la experiencia de estar cerca de alguien importante para ella, aunque no estuviera seguro de los sentimientos de Yuuji. Así, T/n se preparó para embarcarse en un nuevo capítulo en la Escuela de Hechicería, un lugar donde descubriría más sobre el poder, la amistad y los desafíos ocultos que le esperaban.

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