Esta historia contiene personajes del anime Jujutsu Kaisen, pertenecientes a Gege Akutami.
Los personajes en mi historia mantienen la misma personalidad que en el anime/manga aunque en algunas ocasiones podría hacerles ciertos cambios, pero sin alej...
El cielo comenzaba a teñirse con tonos cálidos, mezclando suaves pinceladas de naranja y rosado que contrastaban de manera perfecta con el ambiente fresco y sereno que envolvía la escuela. Era como si el lugar entero se hubiera convertido en un refugio de paz bajo el cobijo de esa luz dorada, mientras el otoño dejaba su marca en cada rincón.
Sobre el sendero alfombrado de hojas caídas, una silueta femenina avanzaba lentamente, sus pasos cargados de un cansancio palpable, como si cada movimiento fuera un esfuerzo más allá de su voluntad. La brisa suave jugaba con las hojas secas, arrastrándolas en pequeños remolinos a su alrededor, mientras el eco de un suspiro profundo rompía el silencio, llevando en él un dejo de agotamiento.
Se detuvo, y por un momento simplemente se permitió observar el paisaje. Ante ella, el vasto cielo en tonos cálidos y el paisaje otoñal parecían ofrecerle una pequeña tregua.
Se acercó a uno de los grandes árboles que bordeaban el camino, buscando un refugio momentáneo en su tronco grueso. Se sentó, permitiéndose un descanso, pero apenas sus pensamientos se calmaron, un pensamiento intrusivo se coló en su mente, tan afilado como una cuchilla.
"No podrás hacerlo, nunca podrás, por más que intentes... Ríndete ya, antes de hacerte más daño. Esto no está bien, y lo sabes."
Esas palabras hicieron que su rostro se transformara, su expresión cambiando a una de desagrado profundo. Había sido un intento sincero de encontrar paz, un pequeño refugio, y ese pensamiento lo había arruinado todo.
—No... yo puedo. Al fin he logrado controlar mi energía maldita, esto es un avance.
Se interrumpió, dejando que el silencio se apoderara de ella por un momento. Bajó la vista hacia las hojas caídas a sus pies, recogiendo una entre sus dedos y observándola detenidamente.
—Tal vez no tenga una técnica ritual... pero puedo ser igual que Yuuji y solo tener energía maldita.
Recordó su promesa durante el entrenamiento, ese compromiso consigo misma de no dejarse arrastrar por esos pensamientos oscuros que solo la debilitaban. Sabía que si les prestaba atención, solo afectaría su progreso, por mínimo que fuera. Con ese recuerdo, un aire de calma la envolvió, como si las palabras se hubieran disuelto en el viento.
Volvió a mirar el paisaje, esa calma restaurada que solo el entorno podía ofrecerle. Respiró profundamente, sintiendo cómo la tranquilidad regresaba a su ser.
Sin pensarlo mucho más, sacó su celular y, con una leve mueca de frustración, decidió escribirle a su "padre", quien seguía sin responderle desde hacía días.
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Al enviar el último mensaje, T/n decidió quedarse en el chat por un momento, esperando que su "padre" le respondiera. Pero los minutos pasaban y el silencio en la pantalla era abrumador. Finalmente, frustrada, dejó el celular a un lado, cuando una presencia cercana interrumpió sus pensamientos.