Inesperado

Parte 3

Parte 3

Después del primer beso, continuaron durante horas bailando, rozándose y besándose, la noche trascurrió y cuando la madrugada estaba asomándose, con la valentía proveniente de los tragos que Steve tenía encima, invitó a Tony a su casa. Este, le sonrió antes de besarlo y decirle al oído: "No planeaba irme a otro sitio, Capitán".

Hace tiempo que Steve no tenía relaciones sexuales, pero estaba seguro de que eso no tenía nada que ver con lo alucinante que fue la experiencia con Tony, cómo este se retorció bajo el toque de sus manos, sus gemidos y desesperado pedido, el libido de Steve nunca antes había estado tan alto, nunca fue tan intenso. Fue rápido, brutal y continúo lento y profundo; para cuando ambos cayeron dormidos, los primeros rayos del sol ya bañaban el cielo de la ciudad y sus cuerpos se amoldaron en la enorme cama de Steve como si no fuera la primera vez que lo hacían.

Por ello, la incertidumbre invadió a Steve cuando despertó, casi a medio día, y el chico con piel color canela no estaba entre sus brazos, la cama estaba fría y su casa vacía, sin si quiera una nota de aviso, con la agenda del celular de Steve sin su número, sin manera de conectarlo. No entendía qué había hecho mal como para que Tony se marchara de esa manera, sin despedirse, cuando entre ellos todo parecía indicar que no se trataba de solo una noche, pero Steve podría haber tomado erróneamente las señales, quizás se trataba solo de una noche de copas pasadas, con la euforia del baile viajando en las venas.

Aquel día lo comenzó tarde, con resaca y el pecho adolorido de la decepción ante lo que fue una linda ilusión de encontrar a alguien con quien había querido más, con quien quiso todo y fue fugaz.

Los días siguientes, Steve se encontró con su autoestima en el limbo, no se consideraba un mal amante, era generoso y atento, fue eso y mucho más con Tony. A sus treinta y dos años, Steve aun tenia resistencia y a pesar de ello, había procurado el placer de Tony antes que el suyo, teniendo en cuenta los veintiséis años del chico, por lo que se aseguró de satisfacerlo completamente antes de caer seco y exhausto, pero no pareció ser suficiente si Tony se marchó sin despertarlo al irse. Steve, podía entender que Tony no pudiera quedarse a desayunar, aunque hubiera sido lo que la mente de Steve imaginó en algún punto entre la realidad y el sueño.

No volvió a ver a Tony en sus siguientes días libres, tampoco se lo comentó a Bucky, quien podría ser el único medio de conseguir el contacto de Tony, si este no lo brindó, es que no quería que Steve lo tuviera, por lo que lo aceptó y se resignó de que aquel chico que parecía tan maravilloso, no era para él y solo fue un encuentro fugaz.

Los meses trascurrieron en su vida y Steve aceptó otras citas programadas por Bucky y su novia, desistió a la tercera y decidió buscar por sí mismo, sin mucho más éxito que un puñado de noches calientes.

Cuando pasaron seis meses de aquella noche con Tony, y no es que Steve los contara, creía haberlo olvidado o al menos no lo tenía presente constantemente en su cabeza, solo en ese pequeño rincón donde se mantenía los deseos frustrados de su vida, junto a su sueño de ser un pintor famoso cuando era un niño y el de llegar a los treinta con una pareja e hijo cantándole el feliz cumpleaños, solo sueños demasiado inocentes para la cruda realidad.

No obstante, entendió que no era así, cuando la fiesta de compromiso de Bucky con su novia Natasha tuvo lugar y ambos invitaron a sus seres queridos y amigos cercanos. Steve, caminando por el lugar, buscando a su amigo, se encontró escuchando la escandalosa carcajada de Tony y al girar la cabeza reconoció el cabello castaño recortado en un estilo moderno, peinado con esmero. Allí, a unos metros, se encontraba Tony, riendo con su amigo y la futura prometida, por lo que, no encontrando mejor opción, Steve dio vuelta y se dirigió a la barra, no porque necesitara un trago, sino porque era el sitio más alejado de donde se encontraban los mencionados.