Madison
Esa noche, no tenía planes. Me acomodé en mi sofá, envuelta en una manta suave, la luz tenue de las velas titilando a mi alrededor creando un ambiente cálido ya que se había ido la luz eléctrica por la tormenta que comenzó a caer de la nada.
Éstos días había estado ensayando para la pasarela durante largas horas, y el cansancio se había apoderado de mi cuerpo.
Solo quería descansar, reflexionar sobre mi vida desde que había huido de la mafia de mi padre y preparar mi mente para la gran presentación que se avecinaba.
Las gotas de lluvia comenzaron a golpear el cristal de los ventanales del balcón con fuerza, como si quisieran contarle un secreto oscuro. La tormenta se desató de repente, llenando el aire con un aura de suspenso. Con cada trueno, una parte de mi se preguntaba si ese estruendo era un recordatorio del pasado que intentaba dejar atrás. En una vida normal, la lluvia podría haberse interpretado como un anuncio de calma, pero para mi, simulaba la ansiedad que siempre me seguía.
Estaba sumida en mis pensamientos cuando, de repente, sonó el timbre del penthouse. El sonido resonó en su pecho, haciendo que mi corazón se detuviera por un momento. ¿Quién podría ser a esa hora, en medio de una tormenta?
La inquietud se apoderó de mi. Recordé los rostros de aquellos que me buscaban, y un escalofrío me recorrió la espalda. Había aprendido a ser cautelosa, a no abrir la puerta a desconocidos. Pero algo en mi interior me empujó a acercarme a la entrada.
Con un suspiro profundo, me armé de valor y abrí la puerta.
Y allí estaba él, el desconocido que casi me atropelló en la mañana, su nombre resonaba en mi mente: Taylor.
No podía evitar sentirme intrigada por su presencia; había algo en su mirada, una chispa de curiosidad, como si él mismo estuviera envuelto en un misterio. Su postura relajada contrastaba con la tormenta desatada a su alrededor, y, aunque sabía que debía ser cautelosa, no podía evitar sentirme extasiada por tenerlo frente a mi.
—Siento mucho aparecer aquí sin invitación, —dijo él, su voz era una mezcla de sinceridad y preocupación. —Las calles están inundadas, y pensé que podría buscar refugio aquí. No quería incomodarte o asustarte.
Un torrente de emociones recorrió mi cuerpo. Tenía miedo, sí, pero también había una extraña excitación, una sensación de que esta noche podría ser diferente.
Lo invité a pasar, y él sonrió, como si la aceptación de dejarlo entrar fuera de su control.
Apenas cerré la puerta, llegó la luz, dándome más tranquilidad.
A medida que él cruzaba el umbral y llegaba a la sala de estar, la atmósfera cambió. La tormenta seguía rugiendo afuera, pero dentro del penthouse, solo había un silencio incómodo, como si el mundo exterior hubiera desaparecido. Podía sentir mi corazón latiendo con fuerza.
Me senté en el sofá, y él hizo lo mismo, colocándose en un lugar que respetaba mi espacio.
—Me alegra que estés bien, — dijo él, con una expresión que mezclaba preocupación y alivio. —No podía dejar de pensar en ti desde que nos encontramos.
Las palabras de Taylor atrajeron mi atención. Había algo genuino en su mirada que me hizo olvidar, al menos por un momento, el peligro que acechaba a mi alrededor. Se sintió segura a su lado, como si la tormenta y los fantasmas de su pasado no pudieran tocarlas, al menos temporalmente.
—Yo... gracias, —balbuceé, buscando las palabras adecuadas, pero mi mente se quedó en blanco. —No esperaba ver a nadie esta noche. —dije, tratando de disfrazar el que haya llegado aquí sin que yo le haya dicho dónde vivía.

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MASOQUISMO
حركة (أكشن)No siempre es la típica historia de amor. Pasado y amores peligrosos. Ellos son la mezcla perfectamente, imperfecta.