Hoy era el campamento para los séptimos básicos. Obviamente, íbamos en autobús; yo me había sentado sola, como siempre, pero mi compañera Amalia, con quien había quedado en el grupo 3, se sentó a mi lado. Obviamente, fue porque en su grupo de amigas eran tres, número impar, y los autobuses tenían asientos de a dos.
Bueno, más despacio, no me adelanto. Soy Antonia Clark, integrante del séptimo C, el mejor séptimo, por cierto, pero eso no importa, sigamos.
El día comenzó, me vestí y desayuné para ir al colegio; me fui caminando, por cierto. Entré al colegio, no saludé a nadie porque no tengo a quien saludar, excepto a los profesores, claro, hay que ser bien educada.
Me senté en mi puesto, con alguien, ya que las profesoras asignaron los puestos; pero eso no es lo más importante. No traía una mochila con libros y cuadernos, ya que íbamos a acampar; traía ropa y comida, mucha comida, a comida me refiero a snacks, cosas así.
Esperé sentada a que la profesora diera instrucciones. Dijo que nos reuniéramos con nuestros grupos, los cuales estaban mostrando en la tele de la sala. Me reuní con mi grupo; me había tocado con Amalia, Isabella, Sarah, Karl, Elo y Chuy.
Sí, Sarah, no es que me cayera mal; es que era de las típicas personas que, habiendo cometido un error, te culpaba, o nadie se daba cuenta; en cambio, si tú cometías un error, ella te lo decía y andaba molestando, haciendo que mucha gente se enterara.
Bueno, conversamos un rato con el grupo, luego la profesora nos llamó para llevar nuestros bolsos o mochilas al autobús. Y así es como llegué al autobús.
Bueno, ahora estoy sentada con Amalia. En el camino, ni nos miramos; ella hablaba con sus amigas, las cuales estaban sentadas atrás nuestro, y yo leía, no es porque me gustara, sino porque la próxima semana teníamos una prueba sobre el libro.
***
Los autobuses llegaron al lugar, todos se bajaban del autobús junto a sus bolsos. Antonia escuchó una voz que la llamaba:
- ¡Anto!
- ¡Hola!
- ¡Atrás tuyo!
Antonia se volteó para ver, era Juana, la mejor amiga de Antonia. Rara vez venía al colegio ya que tenía una enfermedad por lo que pasaba mucho tiempo en el hospital. Juana estaba en otro séptimo, en el séptimo D.
Juana conversó con Antonia:
- No habías venido como hace un mes.
- Dos meses, querrás decir - agregó Juana.
Todos se fueron a las cabañas en las que "acamparíamos".
***
Llegó la tarde y no habíamos podido salir de nuestro "sitio", entonces los profesores nos dieron la única instrucción por grupos: explorar. Yo, por lo menos, estaba desanimada. Vamos, a nadie le divierte ir con gente "desconocida" a explorar un lugar desconocido cuando es hora de almuerzo pero no hemos almorzado. Sí, tenía hambre; digamos que soy algo hambrienta.
La Sra. Murgust, profesora del séptimo A, estaba a cargo de que a nadie le pasara nada. Bueno, yo y mi grupo, el grupo 3, caminamos y caminamos hasta que se sintió un crujido. Realmente me asusté. Algún día de estos me va a dar un infarto. Bueno, al final no era nada; solo se había caído una rama, pero realmente sonó aterrador.
Pasó un rato después y oficialmente estábamos perdidos. Digamos que habíamos seguido un sendero que nos llevó a un cerro. Seguimos y seguimos hasta que fue hora de devolvernos, pero no nos acordábamos del camino. Digamos que el sendero estaba horriblemente señalizado.
No sabíamos qué hacer y nadie tenía celular porque no se podían llevar.
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Mini Historia: La Aventura Perdida
FantasyAntonia era una niña de séptimo básico. El colegio decidió organizar un campamento con toda la generación (séptimos). Los profesores a cargo de cada curso dividieron el curso en grupos para realizar actividades. Antonia quedó con Isabella, Amalia, S...