Capítulo 2

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- ¿Hola?

- Buenas tardes, lamentamos la molestia, solo queríamos informarle sobre la desaparición de su hija Antonia y de 6 compañeros más.

-¿¡Qué!? ¿¡Cómo!? ¿Hola?

La madre de Antonia se sube al auto y llama al padre de Antonia.

- ¿Hola? ¡Contesta!

- ¿Hola?

- Anda ahora a "La Casona de Juan".

- ¿Dónde?

- A las cabañas donde es el campamento de los séptimos, donde estaba tu hija.

- ¿A qué te refieres con "donde estaba"?

- Después te explico, ¡anda!

- Bueno, ya voy.

***

- Ya no hay forma de volver.

- Eres muy pesimista, Amalia.

- Tienes razón, sí lo soy.

- Aunque esta vez sí es verdad, no hay forma de volver.

- Tienes razón, Isa.

- Siempre supe que este era el peor grupo.

- ¿Qué dices? ¡Qué pesado eres, Elo!

- Dije que este es el peor grupo, Sarah.

- Ah, eso es porque estás tú.

Se oyen unas risas. Chuy dice que deberían seguir en línea recta por donde vinieron. Pero nadie recuerda por dónde vinieron.

***

-¿Llegaste?

-Casi, me estoy estacionando.

-¡Apurate!

-¿Tú vienes?

-Obvio. Estoy en la carretera todavía pero me falta poco para llegar.

***

- Creo que para acá no era.

- Tienes razón, Anto.

- Bueno, Karl, por lo menos se intentó.

- Tienes razón, pero eso no sirve de nada.

- Es verdad.

La verdad es que yo solo pensaba en comer, tenía hambre, no había comido en horas y soy algo hambrienta.

***

- Hola, buenas tardes. Quisiera hablar con la policía.

- Hola, lo lamento, pero no pueden hablar ahora.

- Hola, perdón. Soy la madre de Antonia.

- Claro, ahí están las madres de Chuy y de Amalia, y tampoco han podido hablar con la policía.

- Lo siento. Deberíamos poder hablar y saber la información que tienen sobre ellos. Nosotras somos sus madres. Mínimo, como colegio, deberían hacerse cargo.

***

El grupo 3 camina y camina hasta que ve una casa.

- ¡Miren, una casa! - exclamó Amalia.

- ¡Al fin! - agregó Karl.

- ¡Lo logramos! - dije.

El grupo camina hacia la casa, y al pasar por una parte, sienten como si entraran a un lugar.

- ¡Qué raro se sintió!

- ¡Tengo miedo! - exclamó Isabella.

- Deberíamos volver - agregó Chuy.

- ¡Qué miedosos son ustedes, chicos! - dijo Elo.

- ¡Cállate, Elo! - le respondieron.

El grupo se devolvió, pero no volvieron a sentir la sensación, fué como si siguieran ahí.

Mini Historia: La Aventura PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora