Dudas

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Kyomi estaba explorando el estudio de su padre, un lugar lleno de libros antiguos, frascos de pociones y un aroma a lavanda que le recordaba a su padre.  Mientras buscaba un libro de hechizos,  sus ojos se posaron en un marco de madera,  polvoriento y olvidado en una esquina.  Era una fotografía antigua,  descolorida por el tiempo,  que mostraba a dos jóvenes magos con una sonrisa radiante.

Uno de ellos era su padre,  Severus,  con el cabello oscuro y unos ojos que brillaban con una intensidad que Kyomi no había visto en él.  El otro hombre,  con una sonrisa traviesa y un brillo pícaro en los ojos,  era alguien a quien Kyomi no reconocía.

"¿Quién es ese?"  preguntó Kyomi,  con un tono de voz curioso.

Snape,  que había entrado al estudio sin que Kyomi lo notara,  se quedó paralizado.  La fotografía era un recuerdo de un pasado que había intentado olvidar.

"Ese es...  tu otro padre," dijo Snape,  con un tono de voz suave.  "Sirius Black."

Kyomi,  con la boca abierta de asombro,  miró la fotografía con atención.  "Sirius Black," repitió,  con un tono de voz inquisitivo.  "¿Por qué nunca me has contado sobre él?"

Snape,  con un suspiro,  se sentó en una silla y tomó la fotografía de la mesa.  "Sirius era...  un hombre muy especial," dijo,  con un tono de voz melancólico.  "Pero él...  no está con nosotros."

Kyomi,  con una expresión de confusión,  miró a su padre con ojos inquisitivos.  "¿Qué le pasó?"  preguntó.  "Por qué nunca me has contado sobre él?"

Snape,  con un nudo en la garganta,  miró a Kyomi con ojos llenos de tristeza.  "No es algo fácil de explicar,  Kyomi," dijo.  "Pero...  te quiero mucho.  Y Sirius también te quería mucho."

Kyomi,  con un corazón lleno de dudas,  miró la fotografía de nuevo.  Su padre siempre le había dicho que Sirius la amaba mucho,  pero nunca le había contado nada sobre él.  ¿Por qué?  ¿Qué le había pasado a su otro padre?

Kyomi,  con una mezcla de curiosidad y tristeza,  se acercó a su padre.  "¿Por qué no me has contado nada sobre él?"  preguntó,  con un tono de voz suave.  "Quiero saber quién era."

Snape,  con un suspiro,  miró a Kyomi con ojos llenos de amor y dolor.  "Te contaré todo lo que pueda,  Kyomi," dijo.  "Pero no es algo fácil de decir."

Kyomi,  con un corazón lleno de dudas,  asintió con la cabeza.  "Está bien,  papá," respondió.  "Te creo."

Snape,  con un suspiro,  tomó la fotografía y la guardó en un cajón.  Era hora de empezar a contar la verdad,  una verdad que había estado escondida durante años,  una verdad que cambiaría la vida de Kyomi para siempre.

Snape se sentó junto a Kyomi quien aun pequeña tenia una seguridad muy grande, la fotografía de Sirius y él en su juventud aún en sus manos. La mirada de Kyomi, llena de curiosidad y una pizca de dolor, lo obligó a hablar.

"Sirius fue acusado de un crimen terrible, Kyomi," comenzó Snape, su voz llena de un dolor que no podía esconder. "Lo acusaron de asesinar a doce muggles y de traicionar a los Potter."

Kyomi frunció el ceño, sus ojos grises oscuros se llenaron de confusión. "Pero... ¿cómo es posible? ¿Por qué lo acusarían de algo así?"

Snape suspiró, la imagen de Sirius en Azkaban, condenado a una vida de sufrimiento, le causaba un dolor punzante. "Fue una trampa, Kyomi. Alguien lo incriminó.  No sé quién, pero alguien quiso destruirlo."

Kyomi, con un tono de voz preocupado, preguntó: "¿Y qué pasó con él? ¿Dónde está ahora?"

"Lo llevaron a Azkaban, Kyomi," respondió Snape, con un nudo en la garganta. "La prisión más terrible del mundo mágico.  Fue condenado a una vida de sufrimiento."

Kyomi, con una expresión de horror, se aferró a la mano de su padre. "Pero... ¿tú no lo crees? ¿No crees que es culpable?"

Snape la miró a los ojos, con una seguridad inquebrantable. "Yo sé que Sirius es inocente, Kyomi.  Lo conozco desde que éramos niños.  Él nunca haría algo así."

Kyomi, con un tono de voz dubitativo, preguntó: "¿Pero... si es inocente, ¿por qué no lo defendió nadie? ¿Por qué no lo liberaron?"

Snape, con un suspiro, explicó: "La gente tenía miedo, Kyomi.  Tenían miedo de la oscuridad que se cernía sobre el mundo mágico.  Tenían miedo de que Sirius fuera un peligro para ellos.  Nadie se atrevió a defenderlo."

Kyomi, con un corazón lleno de tristeza, preguntó: "¿Y tú? ¿Por qué no lo defendiste?"

Snape, con una mirada llena de dolor, respondió: "Yo...  yo no podía, Kyomi.  Para ese entonces,  ya me habían etiquetado como Mortifago.  Nadie me hubiera creído.  Y,  para ser honesto,  yo mismo estaba tan confundido y asustado que no sabía qué hacer.  Todo lo que quería era protegerte a ti."

Kyomi, con una expresión de comprensión, asintió con la cabeza. "Entiendo, papá," dijo. "Pero... ¿qué pasó con él? ¿Cómo está?"

Snape, con un tono de voz melancólico, respondió: "No lo sé, Kyomi.  No sé cómo está.  Pero...  espero que algún día pueda volver a verte."

Kyomi, con un corazón lleno de esperanza,  se aferró a la mano de su padre.  "Yo también espero que vuelva, papá," dijo.  "Quiero conocerlo."

Snape, con un suspiro,  la abrazó con fuerza. 

La tarde se deslizaba entre los dedos como arena fina. Después de la breve charla Kyomi, estaba sentada en el suelo de la cocina, observaba a su padre Severus preparar una infusión de hierbas. La imagen de Sirius, con su sonrisa traviesa y su mirada pícara, seguía rondando su mente.

"Papá," comenzó Kyomi, con un tono de voz curioso, "Siempre me has contado que Sirius era algo malo contigo. ¿Cómo se conocieron?"

Severus, con un suspiro, se sentó en una silla frente a ella. La pregunta le traía recuerdos agridulces, llenos de nostalgia y un dolor que aún lo perseguía.

"Sirius, junto con sus amigos James, Peter y Remus, me hacían la vida imposible en Hogwarts," comenzó Severus, con un tono de voz melancólico. "Eran unos gamberros, siempre me estaban molestando. Me llamaban por apodos muy malos y me hacían bromas pesadas."

Kyomi, con una expresión de asombro, preguntó: "¿Pero cómo se volvieron amigos?"

Severus, con una sonrisa leve, respondió: "En sexto año, algo cambió.  Empezamos a hablar más, a compartir nuestras ideas sobre la magia.  Descubrí que Sirius, a pesar de su comportamiento, tenía un corazón noble.  Y yo...  yo también aprendí a ver más allá de su fachada de rebelde."

Kyomi, con una mirada inquisitiva, preguntó: "¿Y cómo se enamoraron?"

Severus, con un rubor en las mejillas,  recordó ese día en el Gran Comedor.  "Fue un día como cualquier otro," dijo,  con un tono de voz suave.  "Estábamos almorzando cuando Sirius,  de repente,  se levantó de su asiento y se dirigió a mí.  Se arrodilló frente a todos y me recitó un poema:"

"Tus ojos, como estrellas en la noche, brillan con una luz que me cautiva.
Tu mente, aguda y brillante, me desafía y me fascina.
Tu corazón, noble y valiente, me llena de admiración y respeto.
Severus, te amo. ¿Quieres ser mi novio?"

Kyomi, con una sonrisa divertida,  preguntó: "¿Y qué hiciste?"

Severus, con una sonrisa tímida, respondió: "Me quedé atónito.  No sabía qué decir.  Pero,  en el fondo,  yo también lo amaba.  Así que le dije que sí."

Kyomi, con una expresión de ternura,  observó a su padre.  "Y luego...  se casaron," dijo,  con un tono de voz dulce.

Severus, con un suspiro, asintió con la cabeza. "Sí,  Kyomi," respondió.  "Nos casamos después de graduarnos de Hogwarts.  Sirius me propuso matrimonio en un jardín de flores,  bajo la luz de la luna."

Kyomi,  con una sonrisa,  se acercó a su padre y lo abrazó con fuerza.  "Y luego...  me tuvieron a mí," dijo,  con un tono de voz dulce.

Severus,  con un corazón lleno de amor y dolor,  la abrazó con fuerza.  "Sí,  Kyomi," respondió.  "Tuvimos a ti.  Eres la mejor cosa que nos ha pasado."

《FAMILIA》//Sirius X Severus// Omegaverse//Fanfic//Familia Black Snape//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora