《FAMILIA》//Sirius X Severus// Omegaverse//Fanfic//Familia Black Snape//

Pasos

El aire fresco de la mañana golpeaba la cara de Severus mientras caminaba con Kyomi hacia la calle Diagon. Severus al ver la tristeza de su pequeña al no ir a Hogwarts, decidio que podria animarla comprando su varita... aunque no tenían mucho dinero, alcanzaba para ese regalo, y si se preguntan ¿Pero los Black no tienen una fortuna? Pues si, si la tienen, pero como sirius y severus jamás hicieron pública su relación, severus no podía acceder a la bóveda de los Black, por lo cual debía conformarse con su sueldo de maestro y una parte del dinero de los Prince.

Volviendo al callejón Diagon.
La niña, con sus ojos oscuros y brillantes, observaba con curiosidad el bullicio del lugar. No era la primera vez que hiba, pero aún así debía tener precauciones.

“¿Estás nerviosa, Kyomi?”, preguntó Severus con un leve tono de preocupación en su voz.

“No, papá. Estoy emocionada”, respondió Kyomi con una sonrisa.

Severus sonrió a su hija. La amaba con un amor inmenso, un amor que no se parecía a ningún otro. Kyomi era su pequeña luz, la única alegría que le quedaba después de la pérdida de Sirius.

"Muy bien. Recuerda, tu nombre será Dalia Serch. Y no te preocupes, ya he hecho un pequeño hechizo para cambiar tu apariencia", dijo Severus con un guiño.

Kyomi se cruzó de brazos. "Ojalá algún día pueda salir sin esconderme".

"Lo sé, cariño. Pero es por tu seguridad. No queremos que nadie sepa quién eres realmente. Es demasiado peligroso", explicó Severus, tomando la mano de Kyomi con firmeza.

Llegaron a la tienda de Ollivander, un lugar pequeño y polvoriento lleno de varitas de todos los tamaños y formas. Ollivander, un hombre de ojos penetrantes y rostro demacrado, los recibió con una sonrisa.

"Buenas tardes. Estoy aquí para comprar una varita para una estudiante bajo mi cargo, Dalia Serch", dijo Severus.

Ollivander, con un movimiento rápido, sacó una varita de su caja. "Ah, una Serch. Una familia de magos con un talento especial para las artes oscuras", murmuró.

Severus se tensó, pero Kyomi, con una mirada burlona, se encogió de hombros. "No creo que sea así, señor. Me gustaría probar esta varita".

Ollivander extendió la varita a Kyomi, quien la tomó con decisión. La varita emitió una suave luz dorada, y un leve sonido de silbido resonó en la habitación.

"¡Ah! Una varita de nogal y cola de fénix. Una combinación rara, pero potente. Y la energía que emana de usted, joven Dalia, es excepcional", dijo Ollivander con entusiasmo.

Kyomi sonrió con ironía. "Me gusta. Creo que es perfecta para mí".

Severus observaba a su hija con orgullo. La varita, con su brillo dorado, parecía reflejar la fuerza interior de Kyomi, su determinación de superar cualquier obstáculo que se le presentara.

"Bien, Dalia. Ahora recuerda lo que te he enseñado: la varita es solo una herramienta. Lo importante es el mago que la empuña", dijo Severus, acariciando el cabello de su hija.

Kyomi asintió con determinación. Aunque aun no iría a Hogwarts,  estaba feliz por tener su varita.

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El día de la partida de Draco hacia Hogwarts estaba teñido de una mezcla de emoción y melancolía. La estación de tren estaba llena de familias despidiéndose, pero Kyomi se sentía como si estuviera en un mundo aparte. Draco, su hermano de corazón, se preparaba para comenzar su aventura mágica, y ella se quedaría atrás, atrapada en un mundo de secretos y lecciones en casa.