Chapter 1

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La primera vez que Jungkook vio a Taehyung, no pudo evitar darle la razón a su madre cuando ésta decía que existían los ángeles.

La señora Jeon siempre fue una fiel creyente en dios y todo lo que este representaba. Eso involucraba, por supuesto, a los ángeles. Jungkook nunca entendió el fanatismo de su madre, aunque estaba agradecido que ella nunca lo obligó a él o a su hermano de seguir sus creencias. Claro que eso tampoco lo libraba de una que otra charla referente a la iglesia y el tener que ser niños buenos, y si había algo que caracterizaba a Jeon Jiwoo es que siempre mencionaba a los buenos ángeles que acompañaban a dios en cada uno de sus sermones.

Ella los nombraba como criaturas bellas y celestiales que podía romperse al pisar lo marchito que estaba el mundo, que por eso nunca bajaban del cielo, pero los cuidaban con el mismo cariño que su señor les enseñó.

Para Jungkook aquellas palabras no eran más que un invento y no dudaba en contradecir a su madre. Llámenlo un mal hijo y un maleducado, pero él solo tenía trece en ese entonces y la sed de rebeldía inundaba su sistema.

Así que, Jungkook no creía que los ángeles fueran reales, le parecía una tontería.

O, bueno, le pareció una tontería hasta que lo vio a él.

Jungkook recordaba a la perfección ese día. Él estaba tirado sobre su pupitre antes del comienzo de clases, sintiendo que podía caer dormido en cualquier momento al pasar toda la madrugada del día anterior jugando videojuegos. Mantenía su rostro oculto en sus brazos, esperando con todas sus ansias que las clases se cancelaran de forma milagrosa mientras escuchaba a Hoseok, con quien compartía asiento, y Jieun, hablando, hasta que la maestra ingresó al aula pidiendo silencio e informando sobre la llegada de un nuevo alumno.

— Chicos, él es Taehyung, acaba de ser transferido de Daegu. Denle la bienvenida, va a estar con nosotros lo que resta del año.

Jungkook no pudo hacer más que asentir con los ojos cerrados, aún en un estado de sueño mientras murmuraba un 'Bienvenido' al unísono con sus demás compañeros. Solo cuando el chico nuevo se presentó con una peculiar voz gruesa que no había escuchado en ninguna persona, fue cuando el pelinegro decidió abrir sus ojos.

— Soy Kim Taehyung. Gracias por su bienvenida, espero que nos llevemos bien.

Si Jungkook pudiera describir su expresión de ese tiempo, no dudaría en usar 'embobado' como el adjetivo perfecto. Porque al momento de ver a aquel chico castaño parado frente a toda la clase, sus ojos se abrieron de sorpresa, y si hubiera podido verse en tercera persona, habría jurado que estos brillaban.

Taehyung tenía ambas manos ocultas detrás de su espalda y se balanceaba ligeramente con sus pies desde su lugar, luciendo nervioso por el nuevo entorno (una cosa que Jungkook encontró tierna). Su rostro estaba adornado por facciones delicadas y una nariz fina al igual que sus labios. Desde su lugar también notó varios lunares en su nariz, su mejilla, incluso en su labio. Su cabello era castaño oscuro y Jungkook podía jurar que si tocaba aquellas hebras sería lo más suave y sedoso que sus dedos hayan tocado. Ni hablar de su sonrisa. Una tímida sonrisa que dirigió a todos luego de su presentación, una sonrisa peculiar al ser cuadrada y dejar a la vista todos sus dientes.

Jungkook había quedado embobado al ver a Kim Taehyung, al ver su belleza deslumbrante y celestial. No logrando sacar un ojo encima suyo en los cortos segundos que duró su presentación, siguiéndolo con la mirada cuando este pasó a su lado hasta sentarse unos cuantos pupitres detrás suyo, en el único asiento que quedaba libre.

Quiero conocerlo, pensó luego de que su maestra retomara la palabra, viendo como Taehyung saludaba con amabilidad al chico que se sentaba a su lado.

GAMAN | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora