Aquella Noche

IX - La Carta Desgarradora

Dian llegó a casa con la mente llena de turbulencias, la pelea del comedor había sido solo un reflejo de la tormenta interna que enfrentaba. Al abrir el buzón, encontró un sobre blanco con una escritura que le era familiar: "Para Dian". Su corazón dio un vuelco, y con manos temblorosas, llevó la carta a su habitación.

Se sentó en el borde de su cama, el sobre en sus manos. Cada movimiento le parecía lento, como si el tiempo estuviera alargando el momento en que descubriría el contenido de la carta. Con un suspiro profundo, rompió el sello y deslizó el papel hacia afuera. Al desplegarlo, las primeras y el corazón con una fuerza inesperada:

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"Hola Dian,"

Si estás leyendo esto, significa que me he ido. No puedo describir lo difícil que ha sido para mí escribir estas palabras, sabiendo que quizás nunca las leas. Pero había algo que necesitaba decirte, algo que no pude decir en persona.

Desde el primer día que hablamos, sentí una conexión contigo. No era solo una amistad pasajera, sino algo mucho más profundo. Te amé en secreto desde entonces, aunque nunca pude encontrar la valentía para decírtelo. El miedo y la inseguridad me paralizaban, y me preguntaba si alguna vez podrías sentir lo mismo.

Mis días en la escuela fueron una tortura. Mis amigas, que una vez consideré cercanas, se volvieron crueles y despectivas. Me hacían sentir como un peso muerto, alguien a quien se podía despreciar sin consecuencias. Los comentarios hirientes y la indiferencia constante me desgastaron, pero eso no fue lo peor.

La verdadera devastación llegó de la mano de alguien que consideraba mi amigo. X, al que confié mi dolor y mis secretos, no solo me ignoraba cuando necesitaba ayuda, sino que en privado me infligió un dolor aún mayor. Me lastimaba física y emocionalmente, y la violencia se convirtió en una constante en mi vida. Lo peor de todo es que, en mi debilidad, no pude encontrar el valor para buscar ayuda. Me sentía atrapada en un ciclo sin salida, y la desesperación me envolvía.

Quiero que sepas que a pesar de todo el sufrimiento, mi amor por ti nunca se desvaneció. En cada momento de dolor, pensaba en ti como un rayo de esperanza, una posibilidad de escape de mi tristeza. Te amé en silencio, esperando que algún día pudiera encontrar la manera de decirte cuánto significabas para mí.

Siento un profundo arrepentimiento por no haber podido compartir esto contigo antes. Me pesa no haberte dicho lo que sentía, y me duele pensar que la vida me ha robado esa oportunidad. Mi decisión de alejarme no fue fácil, pero sentí que era la única forma de encontrar paz.

Espero que puedas perdonarme por no haber sido honesta contigo y por la tristeza que este mensaje pueda causar. Mi deseo es que, al leer esto, encuentres un poco de paz y entiendas cuánto significaste para mí.

Adiós, Dian. A pesar de todo, siempre te llevaré en mi corazón.

-So Hyan :D

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Dian quedó paralizado por la carta, su mente en un caos absoluto. Las palabras de So Hyan resonaban en su mente, llenas de dolor y tristeza. La realidad de la vida de So Hyan le golpeó con una fuerza devastadora, y el amor que ella había sentido por él, oculto y no correspondido, lo dejó abatido.

Con lágrimas en los ojos, Dian se desplomó en la cama, el peso de la culpa y el dolor aplastándolo. No podía entender cómo no había visto las señales, cómo no había notado el sufrimiento detrás de su sonrisa. La carta de So Hyan no solo era una confesión de amor, sino también un grito desgarrador de ayuda que había sido ignorado.

Mientras las lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas, Dian supo que debía hacer algo para honrar la memoria de So Hyan, para luchar contra la indiferencia y el dolor que ella había soportado en vida. Era un compromiso silencioso, un juramento hecho en el dolor de su pérdida.