Capitulo 3

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La oscuridad en la sala de cine es palpable, un silencio tenso que parece devorar cualquier murmullo o suspiro. Todos los personajes están sentados, aún conmocionados por lo que acaban de ver. La imagen de Jon Snow, con su cabello ahora blanco como la nieve y sus ojos rojos brillantes, permanece en sus mentes como una sombra que se niega a desvanecerse.

El silencio es roto por el sonido de la pantalla encendiéndose de nuevo. Sin previo aviso, la imagen de Jon Snow aparece una vez más, pero esta vez está sentado en el suelo helado, con las piernas cruzadas y las manos sobre las rodillas. Su entorno es el frío y desolado paisaje más allá del Muro, el viento ululando a su alrededor. Pero Jon no parece sentirlo; está inmerso en una profunda meditación, sus ojos cerrados, su rostro sereno.

"¿Qué está haciendo ahora?" murmura Jaime Lannister, con una mezcla de disgusto e incredulidad. A su lado, Cersei observa con interés, siempre fascinada por lo que ella percibe como una muestra de poder.

"Debe de estar preparándose para algo", responde Tyrion, quien no aparta la vista de la pantalla. Sus ojos brillan con una curiosidad que no puede ocultar.

De repente, algo extraño sucede. Una luz tenue comienza a emanar del cuerpo de Jon, pulsando lentamente, como si estuviera conectado con el latido de su corazón. La luz se intensifica, y entonces, para sorpresa de todos, el espíritu de Jon se eleva de su cuerpo. Es un espectro, una forma etérea que brilla con un resplandor azulado, y todos los personajes observan con los ojos muy abiertos mientras su alma flota, dejando su cuerpo físico atrás.

"¡Por los dioses!", exclama Catelyn Stark, con la voz cargada de miedo y desconcierto. Ned, a su lado, no dice nada, pero su mandíbula está tensa, sus ojos fijos en la pantalla, intentando comprender lo que está viendo.

El espíritu de Jon flota en el aire, moviéndose con gracia hacia un arciano cercano, uno de esos árboles antiguos con corteza blanca y hojas rojas como la sangre. Los ojos tallados en el árbol parecen cobrar vida, brillando con una luz que refleja la energía espiritual de Jon.

Cersei, aunque fascinada, no puede evitar un leve escalofrío. "Esto es magia muy antigua", dice, casi para sí misma, mientras observa cómo el espíritu de Jon se adentra en el arciano.

"¿Está... fusionándose con el árbol?", pregunta Sansa, su voz apenas un susurro. No puede creer lo que está viendo, y siente que algo terrible está por ocurrir.

El espíritu de Jon desaparece dentro del árbol, y en ese momento, la cámara se aleja, mostrándonos una visión diferente. Ahora, a través de los ojos del arciano, Jon puede ver el mundo entero. Es una vista abrumadora, como si estuviera en todas partes al mismo tiempo. Puede ver Westeros, las ciudades y los castillos, los ríos y los mares. Pero no solo eso; también puede ver más allá, hacia los otros continentes que existen en su mundo. Todo se despliega ante él como un mapa viviente, y su espíritu viaja a través de las raíces y las ramas de los arcianos que están conectados en todo el mundo.

"¡Está viendo todo!" exclama Robb Stark, incapaz de contener su asombro. "Jon está en todas partes".

"Esto es poder absoluto", dice Tyrion, maravillado. "Poder que ningún hombre debería tener".

La cámara sigue el viaje del espíritu de Jon, mostrándole a través de lugares que los personajes de la sala apenas pueden comprender. Ve los desiertos ardientes de Essos, las junglas misteriosas de Sothoryos, y las islas remotas de Ulthos. Cada rincón del mundo está a su alcance, y Jon observa con una mezcla de serenidad y determinación.

Entonces, su espíritu viaja a un lugar mucho más cercano a su corazón. Llega al Norte, a Invernalia, y más allá, hasta el territorio salvaje donde se encuentra Arya Stark. La joven está sola, con el rostro endurecido por la furia. Su cabello desaliñado y sus ojos encendidos por una ira profunda que parece consumirla por completo.

"¡Arya!" exclama Sansa, sorprendida al ver a su hermana pequeña en la pantalla. Su alivio al ver que Arya sigue viva se mezcla con el miedo por la evidente ira que muestra.

El espíritu de Jon se detiene frente a Arya, su presencia es apenas perceptible, pero lo suficiente para que ella lo note. Arya levanta la vista, mirando directamente al espíritu de su hermano. Al principio, hay una mezcla de sorpresa y confusión en sus ojos, pero pronto se desvanecen, reemplazadas por la misma furia que ardía antes.

"¿Qué te pasa, Arya?", le pregunta Jon, su voz resonando como un eco distante en la mente de su hermana.

La sala de cine está en silencio absoluto. Todos están pendientes de la conversación que está a punto de desarrollarse.

Arya cierra los ojos por un momento, como si intentara controlar su enojo, pero cuando vuelve a abrirlos, su mirada es feroz. "¡Me traicionaron!", escupe, su voz cargada de odio. "Nuestra familia... me vendieron a los Bolton como si no fuera nada, como si fuera solo un peón en su juego".

Los ojos de Jon, aunque espectrales, muestran un destello de comprensión y tristeza. "¿Quién te hizo esto, Arya? ¿Quién te vendió?"

"Todos ellos", responde Arya, con un gesto amplio que parece abarcar a todos los Stark. "Catelyn, Sansa... incluso Robb. Ellos estaban tan preocupados por sus propias vidas, por sus propios juegos políticos, que me dejaron caer en las manos de esos monstruos".

En la sala, Catelyn y Sansa se quedan heladas, sus rostros empalideciendo. Robb, al escuchar las palabras de Arya, parece recibir un golpe en el estómago.

"Eso no es verdad...", murmura Sansa, aunque su voz suena débil, como si ni siquiera ella creyera completamente en sus palabras.

Jon observa a su hermana, comprendiendo el dolor y la rabia que siente. "Lo siento, Arya", dice finalmente. "No estuve allí para protegerte, pero ahora... ahora ya no estás sola. He visto lo que ha pasado, he visto la caída de nuestra casa, la traición y el sufrimiento. Todo por culpa de Sansa".

Las palabras de Jon caen como un martillo en la sala de cine. Sansa, que ya estaba al borde del llanto, siente que su mundo se derrumba. "Yo... yo no hice nada para...".

"Jon, no es así", intenta defenderse Ned, aunque su voz suena apagada, lleno de culpa y tristeza.

Pero Jon continúa, su voz más fuerte, más segura. "Lo vi todo. El día en que Sansa eligió su comodidad sobre su familia, el día en que decidió confiar en los Lannister en lugar de en nosotros. Y fue Catelyn quien permitió que nuestra casa se debilitara, quien maldijo el día en que los Stark comenzaron a mezclarse con la gente del Sur, perdiendo nuestros poderes ancestrales".

Catelyn se pone de pie abruptamente, su rostro contorsionado por la ira y el dolor. "¡Eso no es cierto! Yo solo quería proteger a mi familia... ¡Todo lo que hice fue por amor a ellos!"

Ned baja la cabeza, incapaz de mirar a su esposa, a sus hijos. Las palabras de Jon han despertado en él un temor antiguo, un temor que siempre ha estado enterrado en lo más profundo de su ser. Sabe que la sangre del Norte, la magia de los Stark, ha sido debilitada por sus alianzas con los sureños, por la adopción de costumbres que no les pertenecían.

"Puede que haya algo de verdad en lo que dice Jon", murmura Tyrion, ganándose una mirada furiosa de Cersei. "Los Stark siempre fueron diferentes, más conectados a la tierra, al frío. Pero todo eso cambió cuando comenzaron a mezclar su sangre con la nuestra".

Cersei sonríe, disfrutando del malestar que se extiende por la sala. "Tal vez era inevitable. Los Stark eran tan orgullosos de sus raíces en el Norte, pero el poder... el verdadero poder siempre ha estado en el Sur".

Arya, en la pantalla, mira a Jon con una mezcla de tristeza y resolución. "¿Qué podemos hacer ahora, Jon? Nuestra familia está rota, dispersa. ¿Cómo podemos vengarnos? ¿Cómo podemos restaurar lo que hemos perdido?"

El espíritu de Jon se acerca más a Arya, su energía azul rodeándola también. "Ya no tienes que estar sola, Arya. Únete a mí. Juntos, podemos recuperar lo que es nuestro. Podemos restaurar el verdadero poder de nuestra familia, el poder del Norte, el poder que los sureños han intentado destruir durante generaciones".

Arya asiente lentamente, su ira dando paso a una nueva determinación. "Haré lo que sea necesario. No dejaré que nuestra familia se desvanezca en la historia como si nunca hubiéramos existido".

"Entonces ven conmigo", le dice Jon. "Hay un largo camino por delante.

westero reacciona aDonde viven las historias. Descúbrelo ahora