열여섯

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PRESENTIMIENTO

Había pasado una semana y Jungkook, Yoongi y algunos pandilleros no habían vuelto a casa. De vez en cuando, un pandillero de bajo nivel pasaba por la casa recogiendo ropa y algo de comida ya preparada.

Cuando Jimin lo veía llegar, siempre husmeaba con cautela para obtener alguna noticia de Jungkook. Sin embargo, el pandillero siempre se iba sin decir nada.

Los sirvientes comenzaban a murmurar. Cada uno opinaba algo diferente con respecto a la organización y a Choi San. Pero, a ciencia cierta, nadie sabía nada.

Jimin, que escuchaba hasta ese momento todo lo que decían los sirvientes, se dio la vuelta y con expresión molesta, se dirigió a la cocina. No estaba de acuerdo con todo lo que decían.

 Ahora que los integrantes de la organización no estaban en casa, la cocina permanecía en silencio. Jimin entró en ella, encontrando a Seokjin sentado en la mesa bebiendo un café. A paso perezoso se acercó y se sentó junto a él.

—¿Por qué bebe café y no come? —  retiro el vaso que  Seokjin tenía enfrente y tomó un sorbo que devolviéndolo en el acto con cara de asco—. ¡Ugh! Esto sabe horrible.

No era muy amante de lo amargo. Dejó el vaso a un lado y volvió a mirar a Seokjin, quien tenía una sonrisa de burla en su rostro.

—¿Por qué no come su almuerzo? —volvió a preguntar.

Estoy cansado y no quiero. Ha pasado un tiempo desde que descansé, así que necesito descansar adecuadamente.

—¿Cómo puede ser más importante eso, que comer? Señor, ¿sigue saltándose las comidas?

Intenta trabajar en la cocina hasta los cincuenta años y me darás la razón —Seokjin se levantó de la mesa y se sirvió otra taza de café. Sostuvo la taza con ambas manos y miró a Jimin—. Solo ver un cuenco de comida me enferma.

Jimin entrecerró los ojos por un momento. Últimamente, el mayor se veía diferente y se saltaba las comidas. No podía permitirle eso; algo estaba pasando.

—Señor  ¿Choi San robó la medicina? —preguntó cambiando de tema

¿Cómo voy a saber eso? — Dijo Seokjin bebiendo otro trago de su café.

—No hay nada que usted no sepa —Jimin relamió sus labios pensativo, y habló nuevamente—. Ese día... usted miraba de esa forma, al jefe y a Choi San. ¿No es eso lo que estaba mirando?

Seokjin levantó el rostro y, silenciosamente, hizo contacto visual con Jimin, como si estuviera recordando algo importante.

Ustedes tres... Es extraño —musitó. Jimin ladeó su rostro, tratando de entender a qué se refería—. Estaban los tres juntos, pude ver cosas que antes no podía ver. Algo muy extraño. Era como un arroyo podrido que se arremolinaba a tu alrededor.

Eso no es bueno, ¿verdad? —preguntó con preocupación.

No, no lo es —Seokjin negó lentamente con la cabeza y la mirada perdida en el suelo.

Las comisuras de Jimin decayeron y sus dedos se movieron inquietos en su regazo. Las palabras de Seokjin lo estaban colocando nervioso.

Es por Choi San, ¿verdad? Originalmente no existía tal cosa. No viste cosas así cuando yo estaba solo con el jefe.

Te lo dije, no son solo ustedes dos —advirtió 

Jimin cerró la boca. Sus ojos vacilaron con inquietud. Las palabras de Seokjin no eran del todo verídicas; tenía un espíritu extraño y milagroso, pero no era un dios. Aun así, estaba ansioso. Hasta donde sabía, Seokjin nunca se había equivocado.

ALL FOR YOU  ( KOOKMIN) 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora