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MIRADAS UNILATERALES

La mansión Hanok era una casa realmente sorprendente. Durante el día era muy bonita porque el hermoso jardín y los árboles del bosque le daban un toque muy natural y campestre, en las noches era aún más hermosa por qué la casa se iluminaba con lámparas que encendían diligentemente. Solo se utilizaban bombillas eléctricas en cada habitación, pero todavía se colocan lámparas que se encendían con fuego en los pasillos.

A Jimin le gustaba vivir en la casa Hanok por qué se sentía seguro y podía también hacer cosas que lo hacían feliz como prender el fuego de todas las lámparas del pasillo. Hoy como todos los días recorrió los pasillos encendiendo cada lámpara con una sonrisa en sus labios, cuando termino de hacerlo se sentó en el piso y admiro las lámparas que parecían bonitas y gigantescas luciérnagas que brillaban sobre el piso bien lustrado. Las sombras escarlatas también se filtraban a través del papel de las ventanas haciendo formas lindas que lo hacían sentir muy cálido.

Un agradable olor a comida llegó a su nariz sacándolo de su hermosa burbuja. Pues encender las luces de la casa significaba que era la hora de cenar. Todos en la cocina corrían de aquí para allá ayudando y siguiendo las instrucciones de Seokjin. La comida debía estar lista para cuando regresarán los gánster del trabajo. Se levantó de su lugar enfadado y se dirigió al campo de guerra de la cocina para ayudar a Seokjin

La cena de la noche consistió en panqueques de carne res, sopa de cerdo estilo Busan que a los hombres les encanta, rábano maduro y repollo primavera sazonado al estilo de Seokjin, panqueques de kimchi crujientes y dorados a la parrilla, calamares salados y arroz blanco.

Las señoras de la cocina ponían una montaña de arroz en cada cuenco para que luego Jimin y otros hombres los llevaran al salón del té donde los miembros de la organización se reunían para comer. Una vez la mesa estuvo lista y los gruesos cojines cuidadosamente colocados, los miembros de la organización fueron apareciendo uno por uno.

Los sirvientes abandonaron el salón y Jimin se quedó solo colocando las botellas de soju sobre la mesa. Aunque cojeaba y se movía lentamente, los pandilleros no le trataban mal y no se burlaban de su condición. Los únicos en esa casa que le decían cojo o piernas malas, eran los empleados de la casa de juego que habían llegado con él. Al menos ahora eran un poco diferentes y no lo decían eso veinte veces al día.

Después de distribuir las bebidas, se dirigió a la puerta lateral que conectada con la cocina. Todos los sirvientes siempre salían por ahí y no por la puerta corrediza del salón de té.

Abrió la puerta y cuando estaba punto de cerrar la voz de Yoon inundo el salón. Jimin rápidamente volvió su cabeza y se quedó embelesado mirando a Jungkook que entraba al salón con Yoon. A diferencia del traje que usaba todos los días para ir al trabajo, hoy tenia puesta una camisa de vestir blanca.

Jimin no pudo apartar su mirada, Jungkook se veía realmente grande incluso cuando no llevaba su saco de vestir y su kimono, la camisa resaltaba sus hombros anchos y sus músculos destacaban aún más. Se sonrojó al solo pensar que se veía muy bien.

Giro su rostro y un miembro de la organización lo estaba mirando, se sorprendido y cerró la puerta rápidamente. Cuando giro su cuerpo se encontró con Seokjin mirándolo fijamente con las manos en la cintura

_ ¿Por qué estás ahí parado tan estúpidamente? Ven aquí y come ya – Jimin asintió y lo siguió cojeando.

Encima de una pequeña mesa en la cocina había un gran plato de sopa con trozos de carne. Sonrió y le agradeció a Seokjin por la deliciosa comida. El mayor solo movió su mano sin importancia e instándole a comer para el seguir con su trabajo.

ALL FOR YOU  ( KOOKMIN) 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora