11| Todo lo malo, todo lo bueno

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Un latido era todo lo que Jungkook necesitaba, una respiración, vida.

—Taehyung, por favor, por favor... —Un nudo se formó en la garganta del Omega, no podía hablar, incluso tomar oxígeno le estaba costando.

Lo abrazó fuerte, lo llenó de sus feromonas defectuosas, de su calor, de él. Los segundos pasaron, Jungkook creyó desfallecer.

Hasta que lo sintió: un diminuto latido, exiguo, casi inexistente.

Jungkook respiró aliviado, al borde de la desesperación.

—Taehyung, bebé...

Una pequeña lágrima se deslizó por la mejilla del Alfa, su mirada débil lo observaba con una especie de angustia que lo desarmó.

—E-estás aquí... ¿Eres real? ¿Eres tú?

Jungkook sintió que algo se rompía dentro de su pecho al oír la tristeza en la voz de Taehyung.

El Omega limpió sus lágrimas con un beso, con dos, cuatro... miles.

Por último besó sus labios, lento, calmado; se tomó el tiempo de grabar su respiración, de grabar su olor y sabor.

—Aquí estoy, Taehyung. No me iré.

Jungkook no lo decía en vano, aquello era una promesa.

⭒☪︎⭒

A Jungkook nunca le habían gustado los hospitales.

El olor a antiséptico, el blanco cegador, la pulcritud y esa atmósfera que parecía susurrar a la muerte, le traían recuerdos dolorosos.

Imágenes de un chico tendido sobre una camilla, pálido como la luna, sus ojos fijos en los suyos, vacíos, sin brillo, como si ya no hubiera retorno.

Jungkook intentó liberarse de esa sensación corrosiva que le subía por la espalda, pero se centró en el hombre que tenía entre sus brazos, en el latido frenético de su corazón y en el miedo que lo envolvía.

Un miedo profundo a no volver a verlo jamás, a no poder probar esa boca suave y deliciosa. El deseo de poseerlo, de saborearlo, de someterlo, se intensificaba con cada segundo.

Lo comprendió mientras entregaba a Taehyung a los médicos, mientras lo veía alejarse de él, como un fragmento de su alma desvaneciéndose. Sus pies se movieron involuntariamente, casi a punto de seguirlo; no podía dejarlo solo. Tenía que asegurarse de que estaba vivo, de que Taehyung no se desvanecería en la bruma de la incertidumbre.

Pero lo detuvieron. ¡Ellos no entendían! ¡Nadie podría comprenderlo!

Una enfermera le indicó que aguardara en la sala de espera mientras los médicos atendían a su "hermano".

Hermano.

Jungkook sintió una risa amarga asomarse, pero lo único que salió de sus labios fue un bufido de frustración. Estaba cansado de que todos asumieran conocer su vida, como si tuvieran derecho a dictar las reglas de su existencia.

Se dejó caer en una de las sillas duras, el peso de su mundo aplastando sus hombros, sumido en la derrota y en los ecos del pasado. Si tan solo pudiera liberarse de esos fantasmas, construir un futuro, una vida renovada.

Apoyó la cabeza contra la pared fría detrás de él, observando el ir y venir frenético del personal médico. Su ritmo apresurado le recordó al latido acelerado de su corazón.

<<Ojalá el corazón de Taehyung lata así>>, pensó, deseó, imploró en silencio.

Incluso tuvo la absurda idea de arrancarse el propio y ofrecérselo a él. No podía comprenderlo; apenas habían compartido momentos juntos, y el único lazo entre ellos era esa insana "relación" llena de deseo y risas fugaces.

Forbidden ⟡ KookV - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora