Capítulo 07: La almohada de maternidad

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Estoy harto—, gritó Wei WuXian arrojándole a Lan WangJi los últimos jeans que había tratado de ponerse antes de meterse en el cheongsam, cuyo cierre se había detenido en su cintura—, Lan Zhan, si quieres que vaya contigo, tendrás que llevarme en bragas—, cruzó los brazos sobre su pecho mientras sus labios formaban un adorable puchero. —¡Ya no me queda nada de mi ropa!

Wei Ying, solo lograrás que llamen a la policía para reportar a un pervertido si haces eso.

No me hagas hablar de perversión en este momento, Lan WangJi, sabes que no soy ni la mitad de pervertido de lo que eres tú.

Lan WangJi se levantó, colocándose detrás de Wei WuXian e inclinando su rostro para presionar un beso en su espalda.

Déjame ayudarte a subir el cierre.

La tela de este cheongsam es la que más estira—, se quejó Wei WuXian, mientras observaba a través del espejo a Lan WangJi, quien estaba luchando por subir el cierre —Simplemente utilizaré una de tus camisas.

Solo un poco más—, aseguró Lan WangJi, logrando subir el cierre después de decir eso. —Listo.

Justo a tiempo—, respondió Wei WuXian cuando el teléfono del Alfa sonó con un mensaje entrante al mismo tiempo que el sonido del claxon confirmaba la llegada de su taxi.

—Justo a tiempo—, respondió Wei WuXian cuando el teléfono del Alfa sonó con un mensaje entrante al mismo tiempo que el sonido del claxon confirmaba la llegada de su taxi

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¿Qué es ese olor?—, preguntó Wei WuXian, cubriendo su nariz cuando el fuerte olor a mariscos les dio la bienvenida.

Lam WangJi ni siquiera tuvo que responder ya que el Omega encontró la fuente del olor: una mesa repleta de bocadillos entre los cuales destacaban las brochetas de pescado, canapés de cangrejo cremoso, rollos de pepino con salmón y un sin fin de platos con takoyaki.

Necesito vomitar—, murmuró Wei WuXian.

¿Quieres que te acompañe al baño?

Antes de que el Omega pudiera responder, un hombre se acercó a ellos, dándole una palmada en el hombro a Lan WangJi.

Estás aquí, mejor dicho, están aquí—, dijo el hombre , asintiendo hacia Wei WuXian antes de volver a dirigir su atención a Lan WangJi—, tu hermano anda por ahí, buscando los erizos para poder probarlos.

—¿Erizos?—, repitió Wei WuXian antes de darse la vuelta bruscamente para caminar hacia el baño, con Lan WangJi siguiéndolo, pero quedándose fuera de los sanitarios para Omegas en los que ingresó.

Realmente van a comportarse de esa forma—, murmuró Wei WuXian una vez que terminó de vomitar y salió del cubículo, colocando su mano sobre su vientre, sonriendo al sentir la pequeña curvatura del mismo.

Apenas había entrado al segundo trimestre, pero su embarazo ya era bastante visible, lo que seguramente se debía a que estaba esperando gemelos.

Suspiró antes de inclinarse hacia el lavabo para poder eliminar el sabor amargo que había quedado en su boca, pero, tan pronto como lo hizo, un suave sonido se escuchó, haciendo que el Omega se llevará las manos a su trasero, comprobando que su cheongsam se había rasgado.

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