un solo momento

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Erick condujo hasta la hacienda que había alquilado para una escapada romántica con Sibila. Era una hacienda antigua, con muros de adobe y un patio central rodeado de árboles. La luz de la luna bañaba la hacienda en un brillo mágico.

—Es hermosa —dijo Sibila, con un suspiro de admiración.

Erick se sintió emocionado, satisfecho de verla tan feliz.

—Me alegra que te guste —respondió—. La encontré por casualidad, y pensé que sería un lugar perfecto para pasar tiempo a solas.

Sibila sintió un calor recorrerle el cuerpo. Ella amaba a Erick, y estaba encantada de pasar unos días con él en un lugar tan especial.

Erick la condujo a través de un largo pasillo hasta una habitación amplia y acogedora. La habitación tenía una cama king-size con sábanas de lino blanco, un jacuzzi en el baño y una terraza con vistas a los campos.

—Me encanta —dijo Sibila, con una sonrisa.

Erick se acercó a ella y la beso con pasión.

—Me alegra que te guste —dijo, con voz ronca—. Esta noche va a ser inolvidable.

Sibila sintió una mezcla de nervios y excitación. Ella amaba a Erick y estaba lista para dar un paso más en su relación.

Erick la condujo hasta la cama y la sentó en el borde. Ella lo miraba con admiración, mientras él la observaba con amor y sus ojos brillaban con deseo.

—Eres hermosa —le dijo en un susurro.

Sibila se ruborizó y bajó la mirada. Erick se acercó a ella y la besó con suavidad.

—Te amo, Sibila —le susurró—. Te amo más que a nada en el mundo.

Sibila sintió un calor recorrerle el cuerpo al oír esas palabras. Ella también lo amaba con toda su alma.

Erick la acarició con ternura, sus manos recorriendo su cuerpo con deseo. Sibila se dejó llevar por la magia del momento.

La noche se extendía ante ellos, llena de posibilidades. Erick y Sibila estaban juntos, en un lugar especial, dispuestos a disfrutar de la noche más romántica de sus vidas.

Erick la acarició con ternura, sus manos recorriendo su cuerpo con deseo. Sibila se dejó llevar por la magia del momento, sintiendo que su corazón latía con más fuerza.

Erick la besó con más pasión, sus labios buscando los suyos con anhelo. Sibila respondió al beso, sintiendo que el mundo se derretía a su alrededor.

Erick la tomó en sus brazos y la llevó hasta la cama. La cama era grande y suave, con sábanas de lino blanco. Erick se sentó en el borde de la cama, y ​​luego se acomodó a su lado. Su mirada era intensamente amorosa.

Sibila sintió un nervio recorrerle el cuerpo, una mezcla de miedo y excitación. Ella nunca había estado con un hombre, pero Erick la hacía sentir tan segura, tan protegida, que la duda se disipaba.

Erick comenzó a desabrochar los botones de su blusa, sus manos acariciando su piel con suavidad. Sibila cerró los ojos, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda. Ella nunca había estado tan cerca de un hombre, nunca se había sentido tan deseado.

Erick la besó en el cuello, sus labios dejando un rastro de fuego en su piel. Sibila suspir con placer, sintiendo que su cuerpo responda a los toques de Erick.

—Eres hermosa —le susurró Erick al oído.

Sibila abrió los ojos y miró a Erick con admiración. Él la miraba con tanto amor, con tanta pasión, que ella se sentía completamente perdida en su mirada.

Erick la acarició con más fuerza, sus manos explorando cada curva de su cuerpo. Sibila sintió un cosquilleo recorrerle la espalda. Era una sensación nueva, excitante, y ella se dejó llevar por ella.

—Erick... —susurró Sibila, con un tono de voz que nunca había usado antes. Era una mezcla de deseo y temor.

Erick se inclinó sobre ella, sus labios rozando los suyos.

—Te amo, Sibila —dijo—. Quiero estar contigo, para siempre.

Sibila cerró los ojos y se dejó llevar por la emoción del momento. Erick era su amor, su deseo, su refugio. Y ella estaba lista para entregarse a él por completo.

Erick la besó con más intensidad, y Sibila respondió con un anhelo que nunca había sentido. Sus manos exploran sus cuerpos, descubriendo la magia de la proximidad.

La noche se llenó de susurros y gemidos de placer. Sibila se dejó llevar por las caricias de Erick, sintiendo que su cuerpo respondía con un deseo incontrolable.

En ese momento, en esa cama en la hacienda, Sibila descubrió un mundo nuevo, un mundo lleno de sensaciones y emociones que nunca había imaginado.

Erick la amó con toda su alma, y ​​ella se aferró a él con fuerza, sintiendo que su corazón se desbordaba de amor.

Cuando llegó la mañana, Sibila y Erick se despertaron abrazados, con una sonrisa en sus rostros. Habían vivido una noche inolvidable, una noche que marcaría sus vidas para siempre.

Erick la besó con ternura.

—Te amo, Sibila —le susurró—. Eres la mujer de mi vida

Sibila y Erick  ONE- SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora