Sibila estaba en la cafetería de la universidad, rodeada de sus nuevos compañeros. La conversación giraba en torno a la próxima entrega de un proyecto, pero su mente estaba en otro lado. Se reía de un chiste, cuando su teléfono vibró, interrumpiendo sus pensamientos. Era un mensaje de Erick, quien le decía que pasaría a visitarla al final de la tarde.
Los últimos meses habían sido un torbellino de emociones y cambios. Tras la mudanza a San Marcos junto a Gaby, Sibila había enfrentado una mezcla de emoción y ansiedad. Sin embargo, las cosas comenzaban a estabilizarse, y entre sus estudios y el modelaje, la rutina se hacía más llevadera.
El modelaje fue algo que nunca imaginó para sí misma. Todo comenzó cuando Jimena, quien siempre estuvo involucrada en el mundo de la moda, la convenció de asistir a una sesión de fotos para una colección ecológica. Fue en un bosque, rodeada de naturaleza, donde Sibila posó para una serie de fotos que marcarían el inicio de su éxito.
—No sabía que tenías tanta naturalidad frente a la cámara —le dijo Jimena después de la sesión, orgullosa.
—No lo sé, simplemente me dejé llevar por el entorno... fue diferente —respondió Sibila, aún un poco tímida.
Jimena siempre había sido un gran apoyo para Sibila, no solo en el ámbito del modelaje. Desde que llegó a sus vidas, Jimena se convirtió en una especie de mentora, ayudándola a superar sus inseguridades. Y fue en el modelaje donde su relación se fortaleció más. Jimena, con su experiencia, siempre la guiaba, ya sea ayudándole a elegir las mejores oportunidades o simplemente escuchándola después de un día agotador.
—Este mundo no es fácil, pero tú tienes algo especial, Sibila —le decía Jimena con calma—. Lo importante es que sigas siendo tú misma, sin dejarte llevar por las expectativas de los demás.
Sibila confiaba más en Jimena que en nadie, sabiendo que ella entendía ese mundo mejor que cualquiera. Se sentía reconfortada sabiendo que no estaba sola en este nuevo camino.
Óscar también jugaba un papel clave en su vida. Siempre protector, fue quien la ayudó a prepararse para los exámenes de admisión en la universidad. Sabía que ella podía hacerlo, pero no quería que se sintiera abrumada.
—No tienes que hacerlo sola —le decía Óscar mientras la acompañaba a las primeras sesiones de estudio—. Eres capaz, pero un poco de ayuda nunca está de más.
Durante semanas, Óscar estuvo ahí, asegurándose de que Sibila no se rindiera. Su apoyo fue crucial para que ella pudiera comenzar su carrera universitaria, un desafío en sí mismo, considerando que también trabajaba como modelo.
Una tarde, después de una larga sesión de fotos, Sibila y Erick paseaban por el centro de San Marcos. Caminaban tomados de la mano, disfrutando de la tranquilidad del momento. Erick, aunque a veces celoso por el modelaje de Sibila, no podía dejar de admirar cuánto había crecido en poco tiempo.
Mientras estaban en una tienda de café, un chico de su edad se acercó, algo inseguro, pero finalmente lo hizo.
—Disculpa, ¿tú eres Sibila, verdad? Te vi en una revista... en esa sesión de fotos en el bosque —dijo con una sonrisa nerviosa—. ¿Podría tomarme una foto contigo?
Sibila, un poco sorprendida, aceptó con una sonrisa. No estaba acostumbrada a ser reconocida en público. Erick, por su parte, sentía una mezcla de orgullo y celos. Aunque intentaba ocultarlo, no le pasaba desapercibido cómo el chico miraba a Sibila.
Después de la foto, Sibila notó a Erick un poco más serio de lo habitual.
—¿Todo bien, cariño? —preguntó Sibila con una sonrisa traviesa.
Erick, con los brazos cruzados, intentaba mantener su fachada.
—Sí, solo que me pareció que ese chico estaba demasiado emocionado.
Sibila contuvo una sonrisa, sabiendo que él no podría mantener ese gesto mucho tiempo.
—¿De verdad? —preguntó, fingiendo interés—. No parecía que te molestara mucho.
Como ella sospechaba, Erick no pudo mantenerse serio por más de dos segundos. Sonrió y la abrazó con fuerza.
—¡No puedo enojarme contigo! —dijo, besándola suavemente.
Sibila se rió, encantada de ver cómo Erick se rendía tan rápido.
—Sabía que no aguantarías —dijo ella, divertida—. Eres demasiado predecible.
—No lo puedo evitar —respondió Erick, sonriendo—. Tú siempre encuentras la manera de hacerme sonreír.
Esa noche, cuando Sibila regresó a su departamento, lo encontró esperándola en el sofá, con la televisión encendida. Erick había preparado todo para que ella pudiera relajarse después de su día agotador.
—Sabía que estarías cansada —dijo Erick, mientras la veía entrar—. Quise que te relajaras.
Sibila se acomodó junto a él en el sofá, agradecida por ese pequeño gesto. Erick la rodeó con sus brazos, y juntos disfrutaron de la tranquilidad de la noche.
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Sibila y Erick ONE- SHOTS
RomanceHola quiero aclarar ninguno de los personajes son míos. A excepción de algunos personajes que irán apareciendo Esto se va a tratar de varias historias de esta pareja ya que no mostraron mucho de su relación .Y si quieren me pueden dejar ideas es...