El omega del emperador - BillyBabe

CAPÍTULO XXIX

Los tres hermanos estaban escondidos detrás de un sillón mientras esperaban que su papá alfa se alejara de su papá omega.

—¿Quieres roles de canela? —preguntó Billy mientras sobaba los pies de su omega.

Babe sonrió —Eso no se pregunta, alfa.

El alfa asintió mientras se levantaba de su asiento para salir de la habitación, dejando a su omega bebiendo un poco de té.

Los cachorros al ver a su papá omega solo, no dudaron en ir corriendo hasta él para abrazarlo.

—Corre, Nee —habló Phaya tomando la mano de su hermana.

Los tres cachorros se subieron en el sillón para abrazar a su papá omega, Babe sonrió al ver a sus cachorros, dejó su taza de té en la pequeña mesa para corresponder el abrazo.

—Oh, mis tiernos cachorritos —dijo sin quitar sin borrar su sonrisa.

—Hueles a papá —comentó Phayu frunciendo un poco su nariz.

Babe rio —Ustedes también huelen a papá y a mí, huelen muy rico —mencionó acariciando el cabello de su cachorro con delicadeza.

—Papá a veces huele feo... —hizo un mohín.

—Sí, a veces huele a canela —dijo haciendo una mueca de desagradable.

La cachorra solo observaba cómo sus hermanos hablaban, así que solo se acurrucó un poco más en el cuerpo de su papá omega.

Por otro lado los cachorros seguían peleando y hablando de que su papá estaba mucho tiempo con su papi Babe; estaban tan entretenidos los cuatro que no escucharon la puerta de la habitación ser abierta.

—¡Roles de canela para la persona más hermosa del mundo! —exclamó con una sonrisa.

Los cachorros se aferraron más a su papá omega al ver a Billy entrar a la habitación, cuando este se acercó para abrazar a Babe, los cachorros no dudaron ni un segundo en gruñir.

—Nos toca a nosotros estar con él —habló Phaya

—Pero yo estaba con él primero, es injusto.

Phayu volvió a gruñir —Tú siempre estás con él, nos toca.

—Pharanee... Cachorra —Billy se acercó a su hija, pero esta solo se volteó para abrazar a su papá —¿Tú también?

—Dame un rol de canela y lo pienso —dijo Phaya abriendo un poco su boca sin dejar de abrazar a su papá.

Billy un tanto indignado tocó un rol de canela y lo metió a la boca de su hijo, este degustó el pan con una sonrisa.

—Yo también, papá —habló Phayu.

—Yo —dijo Pharanee con una sonrisa.

Billy abrió su boca indignado mientras metía roles de canela a la boca de sus cachorros.

—¿Ves, cariño? Son muy malos conmigo —hizo un mohín.

—Tú también eres malo con ellos —defendió Babe a sus cachorros —Sé obediente y más tarde te daré tu postre favorito.

Billy sonrió en grande y empezó a obedecer las órdenes de sus cachorros, valía la pena si iba a recibir algo glorioso.

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Billy tenía sus manos metidas en la parte del pecho del castaño, mientras Babe intentaba quitarse a su esposo de encima.

—Quiero leer, Billy —dijo con un puchero.

El alfa empezó a besar el cuello de su omega, dejando pequeñas marcas rojizas.

—Y yo quiero mi postre... —soltó un leve gruñido.

Babe tapó su boca para que no se escucharán sus gemidos —Yo me refería a otro postre... Comida.

Billy se alejó del cuerpo del castaño para verlo —¿Comida? —Babe asintió, el alfa acomodó el vestido de su pareja con mucha vergüenza —pensé que mi postre serías tú, perdóname.

Pero vaya sorpresa se llevó Billy cuando su omega lo jaló de su traje para apegarse a él —Ahora terminas con esto. ¿Crees que puedes emocionar a mi lobito y después irte?

—Pero quieres leer, ¿no? —sonrió fingiendo inocencia mientras colocaba sus manos en la cintura del castaño.

—Tonto, alfa —besó los labios del pelinegro.

Billy se separó con una sonrisa —¿Qué quieres? Dime qué es lo que quieres

Babe apoyó su cabeza en el pecho del alfa mientras olía aquel aroma que tanto le encantaba, coco y almendras.

—A ti, te necesito a ti y algo que tienes aquí escondido —habló jugando con el borde del pantalón de Billy —Te estorba este pantalón, ¿no crees?

Babe desabrochó el botón sin quitar su mirada del pelinegro —Estorba mucho... Quítalo —habló con su respiración pesada.

—Mira como me dejaste, hoy se me veía muy lindo mi vestido... Ahora está todo desordenado —habló haciendo un mohín mientras sus manos paseaban por el cuerpo del alfa.

—Sí... Te veías muy lindo... Siempre te ves lindo —acarició la mejilla del castaño —pero en estos momentos te ves mejor sin ese vestido, desnúdate —ordenó.

Babe empezó a desabrochar la camisa del alfa, dejando pequeños besos en el pecho del pelinegro —¿Y por qué no me lo quitas tú? Tu eres quien me quiere ver desnudo.

Billy soltó una risita —Pequeño descarado... —susurró antes de volver a bajar la parte superior del vestido que traía puesto el castaño para dejar a simple vista el pecho del castaño.

—Chupa, cariño... Te encanta chupar, ¿no? —hablo mientras pellizcaba uno de sus botones.