/LECCIÓN DEL FUTURO/ Daniel x MaleBetty

CAPÍTULO UNO

CUIDADO

Armando sentía que alguien lo miraba desde las sombras y no eran las típicas miradas lascivas de las modelos sino otros ojos, unos que le advertían que tuviera cuidado, parecía que la muerte lo estaba asechando. Todo comenzó cuando Beatriz entro a V&M, solo había pasado una semana desde su contratación a prueba con Patricia Fernández cuando Marcela se le ocurrió la brillante idea de contratar un asistente que le ayudara con su trabajo debido a que había comenzado a estresare por el trabajo y la planeación de la boda, tampoco quería sobrecargar a su secretaria Mariana con trabajo que no le correspondía.

Fue ahí cuando Roberto Pinzón Solano entro a la empresa.

Era un hombre joven, tal vez un poco más que Marcela. Había desempeñado bien sus labores sin duda como Beatriz y aunque estaban en diferentes áreas parecía casi iguales. Roberto no tenia en si una oficina por lo que mayormente se la pasaba en el trabajando en el comedor, algo que no le gusto para nada a Marcela ya que no quería meterlo en una armario como a Beatriz. Por el momento lo corredores de V&M eran la oficina de Roberto hasta que Smith encontrara una oficina o escritorio adecuado. Por ello Armando se sentía vigilado. El se paseaba por todos lo corredores trabajando con su computadora portátil y visitando a Mariana de vez en cuando para verificar algo, después de todo era nuevo.

Armando no era el único que sentía una incómoda presión, Ricardo también, a veces veía a Roberto pasearse para ir en otra dirección y justamente cuando tenia sus ventanas sin cubrir a la vista de los demás era cuando lo miraba mientras caminaba, sus ojos se toparon una vez. Ricardo experimento miedo al tan solo verlos, como un odio profundo y arraigado en lo profundo del ser apodado Beto salía a la luz.

-¿También lo haz sentido, no? -le pregunto a Ricardo, ambos sentados en el sofá platicado un tanto paranoicos mirando a la entrada de la oficina.

-Si. Me esta empezado a incomodar. No se que le hemos hecho para que nos odie tanto.

-Lo se por eso estoy tratando de conseguirle una oficina o escritorio lo mas pronto posible, tenerlo dando vueltas por el corredor es en verdad... escalofriante -ambos acordaron. El problema era que Marcela jamás permitiría que su asistente fuera acomodado en una plata inferior o superior de V&M ya que lo necesitaba constantemente a su lado por alguna petición. Parecía que en esos días le había agarrado una confianza muy arraigada, como si fuera su hermano menor. -Además siento que Marcela lo utiliza como espía para vigilarme.

-Eso ya suena algo exagerado, Armando.

-¡No! Es verdad, a veces lo veo en el taller de Hugo y no puedo acercarme a las modelos por su mirada quieta y fija en mi, es como si supiera en donde estaría en todo momento, apenas en mi oficina me siento a salvo-. Ricardo soltó un suspiro compadeciéndose de su amigo, miró por le pasillo por si a Roberto se le ocurría pasar por ahí.

Siguieron platicando sobre cosas triviales y de la empresa, de Beatriz y de su boda con Marcela. Cuando Ricardo hablo de Beatriz de una forma muy maleducada Roberto paso por ahí, ambos guardados silencio, Roberto estaba concentrado en unos papeles y por suerte no les dirigió la mirada pero ellos aun sintieron algo siniestro en su presencia. Paso de largo ignorado a ambos ejecutivos, pero ellos sintieron que en su cabeza tenia ojos ocultos en su esponjado cabello que los miraba con intensidad aun cuando el se fue.

-Ves, da miedo -comentó Armando después de un minuto de silencio.

Roberto solo se rio para sus adentros mientras continuaba caminado hacia la oficina de Miss Marcela. La Valencia lo había tratado bien, tal vez por que no era Beatriz, y aunque la había tratado mal en su vida pasada ahora se comportaba linda con el como si a travez de Roberto Pinzón Solano quisiera disculparse con su actitud con ella en sus integraciones pasadas. Se pregunto si ella abría llorado cuando descubrió la carta. Don Armando había caído en su propia trampa cuando el cuerpo de Beatriz fue llevado lejos tratando de revivirla, aunque ya era un cadaver andante en otro tiempo.