We'll be fine (Cita 2/3)

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Kiryu ha sido testigo de cómo se desarrolló el amor entre dos personas.

El darse cuenta de que Suo está enamorado de Sakura fue una casualidad. Probablemente, él lo notó primero que todos. Y es que la evidencia estuvo en la manera en la que el castaño miró al chico bicolor; dentro de su ojo visible se podría encontrar la más pura adoración adornada por la brillante admiración y el cariño. Suo observa a Sakura como si su existencia fuera lo único bueno en el mundo; lo único por lo cual vale la pena vivir.

Sin embargo, esa mirada no duraba mucho, solo pasaba por el ojo castaño tan rápido, brillante y hermoso como una estrella fugaz, y Kiryu lo notó un día de pura casualidad. Desde ese momento prestó especial atención, y fue así como se dio cuenta. Quedarse de lado y observar cómo los dos manejaban la situación por su cuenta fue divertido, sobre todo la semana en que Sakura evitó activamente a Suo. No fue nada sutil, el chico bicolor se sonrojaba al verlo y le faltaba poco para salir corriendo, mientras que Suo mantuvo una sonrisa, intentando fingir que no pasaba nada cuando claramente pasaba algo. No obstante, al final lograron resolverlo.

Para Kiryu, son dos tontos aprendiendo a bailar juntos. Danzaban en pasos desordenados; ninguno estaba sincronizado; quizás, ni siquiera seguían el mismo ritmo. Sakura era como un bailarín inexperto cuyos pasos eran inseguros, temblorosos y terminaba pisando a su pareja en varias ocasiones, mientras que Suo era un bailarín solitario, por lo cual sus movimientos teniendo pareja se volvieron cuidadosos, adaptándose al aprendizaje de su compañero, temiendo pisarlo u obligarlo a realizar pasos que podrían ser imposibles para un principiante.

El torpe y temeroso baile fue evolucionando hasta convertirse en algo decente; el miedo se había ido y la confianza aumentó. Los movimientos se volvieron más sincronizados y sus cuerpos fueron libres de actuar sin la aprensión de terminar dando un paso equivocado, porque ambos sabían que, aunque hicieran un movimiento erróneo, su compañero estaría ahí para corregirlo y guiarlo. El baile no era hermoso. Ambos necesitaban más experiencia para dar un espectáculo maravilloso, sobre todo Sakura.

Por esa razón, Kiryu está frente a la puerta de la casa de Sakura un sábado en la tarde. Golpea la puerta tres veces y espera mientras escucha los pasos y las quejas provenientes del apartamento. La puerta se abre, revelando a un Sakura desaliñado, desvelado y ¿en ropa interior? ¿Pijama? Kiryu no sabe cómo llamar a la camisa y bóxer que usa su capitán.

—¡Sakura-chan, no puedes andar indecente frente a otras personas! —Kiryu cubre sus ojos juguetonamente.

—¿Qué dices? —Sakura se mira a sí mismo—. Si tenemos lo mismo.

Pobre chico inconsciente, ¿qué tanto no sabe?

—Además, ¿qué haces aquí? —Sakura pregunta.

Kiryu aparta sus manos de sus ojos, dejando de lado su dramática actuación. Cierto, tenía la misión de enseñarle nuevos pasos a este bailarín novato.

—Iremos de compras, es muy importante que luzcas bien en tu cita.

—¿Por qué es importante?

—¿No quieres sorprender a Suo-chan? Que él te vea bonito.

Sakura se queda en silencio mientras sus mejillas adquieren un tono rosa y evita la mirada de Kiryu. Él no necesita palabras para responder. Kiryu puede entender a Suo; Sakura es muy fácil de querer, alguien tan honesto y noble es entrañable.

—Voy a cambiarme —avisa Sakura antes de volver a entrar a su apartamento.

Kiryu suspira con una sonrisa satisfecha. Esperaba que Sakura pusiera más excusas y se negara a salir; el chico ha superado sus expectativas. Ha crecido bastante como persona, aceptando con más facilidad sus pensamientos y sentimientos. Su capitán es realmente admirable.

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