Todo lo que pido

3 Esa niña...

En las aceras

Quizá estaba yendo muy rápido, quizá no estaba midiendo la velocidad a la que manejaba mi bicicleta pero... me sentía libre, lo único que quería era seguir manejando como si no hubiera un mañana, me imagino recorriendo prados y montañas, corriendo la carrera más épica de la historia, lo que sea que pasara por mi cabeza sentía que era real en ese preciso momento, asomé la vista a esa tienda de helados cuando vi una linda cabellera negra y no noté el bache frente mío y me caí.

Quizá debí ser más cuidadoso, las mejillas me arden por lo saladas que son las lágrimas que corren sobre ellas, pero me duele aún más la rodilla que está raspada y sangrando, aunque al alzar la vista solo veo una cara de preocupación que solo la veo en mi mamá, pero no es mi mamá solo es una niña... con un vestido de margaritas, se acercó a mí, como si tuviera miedo por a la vez la notaba preocupada por mi, podía sentir como las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas pero no podía apartar la vista de ella, estaba realmente hipnotizado, detrás de ella vi a su padre que parecía buscarla con la mirada.

Podría ser el hecho de que una extraña niña se estaba acercando a mi y también que no hay nadie cerca para ayudarme por que veo hay una extraña luz que la envuelve como si fuera una especie de ángel, aunque creo que estoy delirando por la caída, aunque no tiene sentido por que no me golpee la cabeza, ya no se ni que pensar estoy mareado.

Emelion: ¿Estás bien? -dijo con un tono de voz que era un tanto chillón pero a ella le quedaba muy bien, emitía ternura con cada palabra que decía-

Aaron: N-no... -dije con un tono de voz tan ridículo y tembloroso, era como si un gallo se hubiera escapado de mi garganta, eso combinado con el llanto daban un resultado terrible-

No podía hacer nada más que ver cómo extendía su brazo para entregarme un helado y con esa sonrisa... era imposible no quedar impresionado, nadie más que mi mamá tenía esa sonrisa y ella quiere darme su helado...