—Bien, aquí tienen tres vasos de chocolatada —anunció Seokjin con una sonrisa complacida mientras dejaba los vasos sobre la mesa, su gesto lleno de orgullo por lo que había preparado.
Jungkook observó el vaso con cierta cautela antes de tomarlo entre sus manos. A simple vista, parecía una bebida ordinaria, nada especial. Pero al dar el primer sorbo, sus ojos se abrieron de par en par, sorprendidos por el sabor. La chocolatada era exquisita, un placer que nunca antes había experimentado, y en ese instante supo que podría convertirse en su bebida favorita.
¿Cómo había hecho todo este tiempo para sobrevivir sin ella?
—Y también tengo unas galletas —agregó Seokjin, sentándose a la mesa que se tambaleó con su movimiento brusco. —Esta maldita mesa... —refunfuñó, empujándola con frustración. —Un día de estos la voy a tirar a la...
El hombre hizo una pausa, cerrando los ojos por un segundo mientras se pasaba una mano por el cabello, intentando calmarse. Contó hasta tres en su mente, buscando recobrar la compostura.
<<Respira, exhala.>>
—¿De dónde consiguen todo esto? —preguntó Jungkook con curiosidad, aún con el sabor dulce del chocolate en su boca.
El azúcar era un bien estrictamente controlado por el gobierno, que lo consideraba un elemento peligroso capaz de alterar la mente de los jóvenes. Era raro encontrar algo tan delicioso, casi un lujo.
—No es tan difícil si sabes dónde buscar —explicó Seokjin, esbozando una sonrisa astuta. —Los ingredientes están por ahí, solo tienes que saber moverte en los lugares adecuados.
—Seokjin es un gran cocinero —intervino Taehyung con orgullo evidente. —Deberías probar sus comidas un día, son las mejores.
—Oh, gracias, gracias —dijo, fingiendo una falsa modestia, aunque sus ojos brillaban con un destello de satisfacción. —Pero sí, debo admitir que mis comidas son excepcionales.
El menor no pudo evitar asentir mientras probaba una de las galletas de chocolate. Eran deliciosas, aunque, para ser justos, nunca había probado otras en su vida.
—Bueno —Seokjin se aclaró la garganta, cambiando su tono a uno más serio. —Como saben, seré su profesor desde ahora hasta que cumplan 22 años o cuando completen su etapa de híbridos, lo que ocurra primero.
—¿Usted puede... hacer que nuestra etapa esté completa? —preguntó Jungkook, su voz teñida de una mezcla de esperanza y temor.
—Para eso estoy aquí. Fueron seleccionados en el mismo equipo —respondió Seokjin señalándolos. —Porque todos fallaron en la primera etapa —agregó, levantando una tablet y mostrando un gráfico que detallaba sus fallos.
Jungkook parpadeó, incrédulo. Nunca había imaginado que Taehyung y Jimin también estaban en la misma situación. Creía que era el único adolescente que había fallado, el único que no había logrado superar la primera fase.
Recordó la humillación que sintió aquel día, cómo había pasado una semana entera encerrado en su habitación, incapaz de enfrentar a su padre.
—Estamos bien jodidos —comentó Taehyung sin dejar de comer.
—Más que jodidos —agregó Jimin con un tono dramático. —Ya no hay salvación para nosotros.
—De hecho, no la tienen —respondió Seokjin de manera abrupta, lo que hizo que Jungkook se tensara al instante. Pero él soltó una risita antes de añadir. —Es broma.
—Entonces... ¿usted realmente puede ayudarnos? —insistió el menor, aún inseguro.
—Claro que puedo ayudarlos —afirmó Seokjin con una sonrisa tranquila. —Se supone que debería enseñarles lo que dictan los programas oficiales, matemáticas, ciencias y demás.
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Sobrevivir
FanfictionJungkook es un adolescente solitario y sin amigos. Taehyung es el típico chico problemático al que todos evitan. Ambos deberán superar sus diferencias para sobrevivir