Capítulo 39

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Una palabra y soy salvaje

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Una palabra y soy salvaje.

Mis manos agarran y palpan y jalan, necesitando sentir con las yemas de mis dedos que su piel perfecta está intacta. Estoy enfadada porque alguien pensó en tomar el asunto en sus propias manos, después de que dijera explícitamente que no la tocaran. Cuando Jisoo me dijo, una furia cegadora me abrumó, pero también estaba mezclada con una nueva emoción.

Miedo.

Solo ha habido una cosa que he anhelado en este mundo, y está al alcance de mi mano, la corona tan cerca que casi puedo extender la mano y colocarla en mi cabeza.

Pero ahora está ella.

Y todo lo demás palidece en comparación. No hay nada que no haría para mantenerla a mi lado. Ella es todo. Y si ella está herida, torturaré a las personas que lo causaron hasta que me supliquen que los deje morir.

Tomo uno de sus senos en la palma de mi mano, sintiendo su suave piel moldearse bajo mi agarre. Sus pezones están duros, como guijarros debajo de la fina tela de su camisón desgarrado, y se me hace la boca agua, exigiendo que me incline y pruebe por mí misma. Así que lo hago.

—Lalisa —gime, sus dedos tirando de los mechones de mi cabello hasta que la raíz pica.

Mis dientes se hunden en su piel y ella grita, levantando sus caderas hasta que está presionada contra mi ingle, haciendo que mi polla se sacuda por la fricción. Libero su pezón con un pop y me alejo de ella, sonriendo.

—¿Adónde vas? —ella se queja—. Regresa.

Ignoro sus súplicas y camino hacia la mesita de noche, tomo una vela gruesa de su base y me dirijo hacia la cama. Me está mirando, con la frente arrugada y las mejillas sonrojadas, mientras esta tumbada contra las sábanas de seda color crema, con el cabello castaño esparcido salvajemente a su alrededor.

Mis pasos vacilan cuando la tomo, desnuda y excitada, su cuerpo alto y sensible por la montaña rusa de emociones por las que sin duda ya ha pasado hoy. Una mujer menor se habría roto. Sin embargo, aquí está ella, reconociendo su dolor y dejando que éste la moldee a ella.

Ella es asombrosa. Quiero follarla hasta que se rompa; llenarla hasta que mi semen rezume por sus poros y todos sepan a quién pertenece.

Alcanzó su tobillo, arrastrándola hacia el borde de la cama, colocando la vela en el suelo a mi lado.

Ella grita, sus largas piernas patean mi pecho, y sonrió, el deleite llenando mis venas de que mi bruja de boca inteligente todavía esté viva y bien. Mi agarre se aprieta en ella, con los dedos bailando a lo largo de la parte delantera de su espinilla, sobre la parte superior de su rodilla y hacia el interior de su muslo.

Y luego pellizco.

Sus ojos revolotean y su boca se abre.

—Creo que te gusta el dolor con tu placer, ¿no es así, pequeña cierva? —Inclino mi cabeza, tratando de evitar abalanzarme sobre ella y enterrar mi cara en su coño.

Throne Of Scars | Adaptación Jenlisa (G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora