Cap 2

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Edad: 16 años

La alarma de mi teléfono sonó, dando a entender que mi hora de sueño seria pronto interrumpida por mi hermano, que no tardaría en llegar a despertarme de manera "amorosa"; la costumbre de cada mañana de primaria y secundaria cuando me quedaba dormida cinco minutos más de lo normal y que mi queridísimo hermano se lanzase sobre mí para levantarme, me hizo crear una rutina para evitarlo.

Desconecte el teléfono del cargador, mientras miraba bien la hora y el día. 7:04 de la mañana, sin ninguna notificación importante y la nota que había dejado recordando que hoy era el primer día de clases.

Nunca me emocionare por el comienzo de un curso, ni de tener que despertarme temprano para escuchar a un profesor soltar frases y párrafos que se ha aprendido a lo largo de sus años y los suelta como si de un recital se tratase. Soy joven, una adolescente de 16 años, ¿a quién le gusta eso?, lo único emocionante seria ver a mis antiguos amigos, cosa que era imposible; nunca fui muy sociable, lo justo y necesario, por lo que un amigo como tal nunca he tenido, sino compañeros con los que solía quedar. Recuerdo el ultimo día como mi grupo pequeño de compañeras y yo llorábamos mientras cada una decía donde iría para el próximo año escolar, y como era de esperarse, yo iría a la preparatoria con mi hermano y las demás se irían a distintas de Tokyo.

La puerta abriéndose me saco de mis pensamientos, viendo a mi hermano apoyado en la puerta mirándome, esperando que le dijese algo o volviese al mundo real.

(T/N): Buenos días –dije quitando completamente las sabanas y levantándome de la cama para caminar donde estaba el.

(T/H): Buenos días enana, ¿emocionada? –dijo quitándose a un lado para dejarme pasar por la puerta.

(T/N): Sabes que no, vaya pregunta (T/H) –dije encaminándome por el pasillo para ir al baño- ¿el desayuno está listo?

(T/H): Mama nos espera con el abajo, no tardes o me lo comeré ___ -fue bajando por la escalera mientras gritaba a mi madre que estaba despierta y que iría pronto al comedor.

En el baño me lave la cara y mire hacia la ducha, para ver el uniforme que mi madre hacia comprado y planchado para ponérmelo hoy, preparatoria Inarizaki, una chaqueta color marrón destacaba sobre la falda negra y la camisa blanca apoyadas en la percha. Salí y fui con mi madre y mi hermano al comedor, viendo como este comía todo lo que podía poner en su boca. Con una cara de asco poco escondida de senté en una silla apartada de él, mi madre rio al ver la acción.

(T/M): Buenos días cariño –me sonrió para dejar un vaso de leche caliente, costumbre que tenía desde pequeña.

(T/N): Buenos días mama –le devolví la sonrisa.

El desayuno se inundó de tranquilidad, mi madre pregunto lo mismo que mi hermano, respondí lo mismo, pero, con otras palabras, mis ojos se encaminaron hacia la silla principal, y al cual estaba vacía. Cuando tenía algo importante la miraba, recordando al hombre que se sentaba ahí, sonriente y el doble de emocionado por nosotros; lo extraño.

Mi hermano me metió prisa, a los 20 minutos estaba lista, ahora esperándole a él en la puerta de fuera. Mire el cielo, el sol se asomaba y se olía el pan recién hecho de la panadería que estaba al lado de casa. Mi hermano no tardo en salir y fuimos charlando un poco hacia la preparatoria. Me dejo en la puerta, no sin antes decirme lo que siempre me decía.

(T/H): ¿Sabes que estoy para ti en todo ___? –no me miraba, miraba la entrada de la escuela.

(T/N): Lo sé (T/H), lo sé muy bien... -no lo mire tampoco, mire el suelo, mis zapatos negros brillantes, intentando calmar mis nervios.

(T/H): Si pasa algo, no dudes en buscarme –dije esta vez tocando mi hombro para que lo mirase, sus ojos mostraban una pizca de tristeza y felicidad de verme.

(T/N): Si –dije sonriendo ligeramente.

Se despidió de mí, sin antes decirme donde tenía que ir para la presentación y ver en qué clase tenía que ir; me pare enfrente del gran cartel donde estaban todos los cursos y nombres de los alumnos.

1-4, mi nombre estaba por la parte media, con nombre que no conocía, ni creía que me iba a aprender de solo verlos. Me encamine hacia el pabellón donde darían la charla de bienvenida, muchas chicos y chicas, algunos en grupos, otros solos, entraban al lugar poniéndose en fila según el número de clase. Entre ellos, mis ojos vieron como un grupo de chicas amontonadas en un círculo rodeaban a un chico rubio, sin pararme mucho fui hacia mi curso y la presentación no tardo en comenzar.

Aburrido, es la única palabra capaz de describir ese discurso, que intentaba motivar a los alumnos. No era la única en pensarlo, vi como muchos charlaban y un chico que estaba detrás de mi bostezo del sueño y de mermo de palabras que soltaba el subdirector. Mire hacia atrás viendo al chico, tenía el pelo corto, alto y de pelo grisáceo, cuando me vio se disculpó conmigo en bajo y no evite reírme.

De camino hacia las clases, la gente se aglomeraba en los pasillos o en las puertas de sus respectivas clases, esperando ver a sus nuevos compañeros y decidiendo a cuáles le hablaría o no. Al entrar a la clase asignada, vi como algunos estaban sentados al final del aula, por lo que me senté en una silla cualquiera, sin esperar a nada.

Me tumbe cruzando los brazos sobre la mesa, esperando a que el profesor viniera a dar otra charla igual o más aburrida que la anterior. Una voz hizo que me girase hacia el lado.

¿??: Vaya, si eres la chica de la presentación –dijo el chico sonriendo. El chico que bostezo detrás mía estaba a mi lado sentado de mala forma en la silla que se encontrada a la derecha.

(T/N): Si, soy yo –dije sonriendo.

Ginjima: Deja que me presente, soy Hitoshi Ginjima, llámame como quieras –dijo respondiéndome con una sonrisa al igual que yo.

(T/N): Yo soy ___ (T/A), pero llámame ___, encantada.

Ginjima: Encantado –dijo apoyándose sobre una mano- Tu apellido me suena, ¿no nos conocemos de antes?

(T/N): Yo no te conozco, tal vez conozcas a mi hermano mayor.

Ginjima: Ah, claro que sí, jugué contra él hace tiempo, escuche que dejo de jugar ¿verdad?

(T/N): Verdad, ya no juega volley, pero está muy metido en los deportes aun –dije apoyándome mejor en la silla- ¿así que tu juegas volley?

Ginjima: Si, soy punta receptor –dijo orgulloso- te invito a algún partido, cuando juegue alguno en el...

(T/N): Claro, además, tengo otros amigos que juegan aquí, iré a verte si quieres.

Ginjima: Claro que quiero, digo no puedo rechazar a una chica tan guapa como tú a que no me animes.

Reí por su comentario. La profesora llego pidiendo silencio en el aula y comenzando a hablar. Me quede pensativa, recordando que Aran estaba estudiando aquí, y sería un buen motivo el ir a verle después de tanto tiempo. Cuando termino la charla y el timbre sonó mire al chico, llamando su atención.

(T/N): Oye Ginjima-kun –el chico me miro- ¿vas a ir al gimnasio a inscribirte al club de volley no?

Ginjima: Claro, no puedo esperar a ver a los demás jugadores y mis compañeros de equipo.

(T/N): ¿Te importaría llegarme contigo? Quiero saludar a un amigo de infancia –el chico asintió y se levantó esperándome a mí, en el camino hablaba conmigo y me preguntaba cosas triviales, las cuales yo respondía y preguntaba por igual.

Al llegar, el gran pabellón con 4 puertas dobles se veía impotente, el cartel en el lado de una puerta "Volleyball" destacaba, el chico entro antes que yo, escuchaba las voces de dentro, reconocí la voz de Aran. Era más grave que de costumbre, por lo años que habían pasado sin verlo, sonriendo entre por la puerta; varios chicos me miraron y cuando fui a buscar con la mirada a Aran, lo encontré a él.

¿Qué hacía justamente aquí Atsumu Miya?

Gemelo idiota ( Atsumu Miya x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora