Capitulo 4

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Capitulo cuatro
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A ese hombre le quiero besar la tristeza y el miedo para ver si entiende que lo quiero por lo que es y no por lo que puedo esperar de el.

—Elena Poe—

---¿Soy yo o Reg anda un poco irritable? ---preguntó Evan sentándose junto a Dorcas y los demás en el gran comedor.

Regulus no tenía hambre.

---Regulus se irrita muy rápido, Evs, ¿Cuál es tú punto? ---Preguntó Lucius con su cabeza apoyada en el espacio entre la cabeza y los hombros de Severus.

Evan suspiro con pesadez.

---Se enojó está mañana conmigo por bromear con el ---murmuró---. No sé qué mierda le pasa, está enojado todo el puto día, y parece molestarle la mera existencia.

Dorcas da un suspiro fuerte. Todos la miraron.

---¿No les contó, cierto? ---preguntó dedicándole una sonrisa triste.

Todos intercambiaron miradas. No, no les había contado nada.

---Regulus será marcado en Pascua ---Un nudo se instaló en su garganta---. El no quiere pero no le queda de otra. Ya tendrá los diecisiete y... El lo quiere en sus filas.

Evan sintió su corazón caerse.

No quería eso para su amigo, pero si ellos intentaban convencerlo de que había otra salida los mandaría a la mierda.

Miró a la mesa Gryffindor. Sirius, Potter y Pettegrew charlaban, mientras Remus solo escuchaba y comía.

¿El podría hacerlo retractarse...?

Sirius no lo haría, no lograría convencerlo, Bruce tampoco, el ya es parte de sus filas.

Remus encontró su mirada. Una de aquellas miradas que lo comunican todo.

Lupín golpeó el brazo de Lily a su lado, y apuntó a Evan, quien con solo ver su rostro representaba todo lo que quería decir.

Ambos se pusieron de pie abruptamente, fueron seguidos por los Slytherin.

Necesitaban Salvar a su amigo. A su niño.

༄༄༄✵

Regulus llevó una mano a su cabeza.

Esta dolía, palpitaba, era como si tuviera en ella un segundo corazón.

Uno que estaba más quebrado que el que tenía en su pecho.

Las lágrimas corrían por sus mejillas.

Dolía, todo su cuerpo dolía.

Su corazón se detendría, el lo sentía. Latía tan rápido que en cualquier momento se cansaría y dejaría de hacerlo.

Regulus no le tenia miedo a la muerte, a la soledad o al dolor. El prefería abrazarse a ellos y convivir.

Vivir la fiesta en paz, aún si le causaba más daño mental de el que tenía.

Su cabeza estaba siendo inundada de muchas preguntas. Preguntas que simplemente no tenían respuesta, no a su parecer.

Era preguntas tontas, preguntas que no iban mucho con su personalidad. Pero allí estaban, esperando a salir al exterior y ser respondidas.

Un plan para dos  || Jegulus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora