𝗪𝗘 𝗪𝗘𝗥𝗘 𝟭𝟴, nishimura riki (🪐)
━━━━Qué irónico es enamorarse de alguien con los defectos que más odio .𖥔 ݁ ˖๋ ࣭ ⭑
Han Yerim era una chica muy lista, una estudiante perfecta. Siempre la primera de su clase, mientras que Riki se conformaba c...
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HAN YERIM
Yerim se abrió espacio entre la multitud de estudiantes mientras susurraba alguna que otra disculpa. Los ojos de todos estaban fijos en la hoja con los resultados del último examen simulado. Para ser solo un examen de práctica de las clases de invierno, había resultado infernal.
Hacía apenas unas semanas, la habían colocado en la clase de nivel avanzado de la academia Yeongjae, donde los mejores profesores de la ciudad impartían lecciones intensivas.
Cuando finalmente logró colocarse frente a la lista de nombres y resultados, visualizó su nombre en la parte superior, ocupando el primer lugar.
Al salir de la multitud de alumnos que intentaba ver sus nombres en el tablón, Yerim intercambió miradas con Jungwon. Aunque él le sonrió con los labios cerrados, ella sabía que debía sentirse algo frustrado. Llevaba semanas quedando en segundo lugar, sin poder superarla.
Yerim le devolvió la sonrisa, pero justo antes de irse, alguien la golpeó con fuerza en el hombro, haciéndola girar de golpe.
—Lo sien... —Las palabras se quedaron a medias. La persona ni siquiera se detuvo, sin siquiera mirarla. Al verla de espaldas, supo que era Kang Saena, una chica que había conocido en la clase avanzada.
Desde el primer momento que la vio, supo que nunca iba a lograr llevarse bien con ella. Saena era realmente competitiva con sus notas, y desde que Yerim llegó, no había podido ocupar ni el primer lugar ni el segundo lugar, sino el tercero. Curiosamente, Yerim pensó que Saena también odiaría a Jungwon, pero no. Todo ese rencor parecía estar dirigido únicamente hacia ella.
La chica suspiró y, finalmente, salió del recinto de la academia. Mientras caminaba por la calle, de camino a la estación del autobús, sacó su beeper de su mochila y lo revisó, mas al mirar la pantalla, se dio cuenta de que no tenía ninguna notificación. Yerim frunció el ceño y lo guardó de regreso a su mochila.
Desde Año Nuevo no había recibido ni una sola llamada ni un mensaje de Riki. Dos semanas enteras y Riki seguía sin contestar sus mensajes ni devolver sus llamadas. Ya ni sabía si estaba más preocupada o más molesta.
Durante todo el camino en autobús, Yerim no dejó de darle vueltas al mismo asunto. Estaba tan distraída que casi perdió su parada.
Lo primero que hizo al bajarse del autobús fue dirigirse al teléfono público. Se metió dentro de la cabina, insertó unas monedas en la ranura y marcó el número de Riki. Tras unos cuantos tonos, fue redirigida al buzón de voz, lo que ya no era una sorpresa para ella, así que decidió dejar un mensaje.
—Hola, Riki... ¿cómo estás? —Sujetó el teléfono con las dos manos, sin saber qué decir exactamente—. Te envío este mensaje porque, bueno... intenté llamarte, pero no contestaste... otra vez. Supongo que debes estar ocupado, pero no importa, mientras estés bien, comiendo bien, durmiendo bien, está bien. En cuanto puedas, llámame, ¿sí? Bueno... adiós.
