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HAN YERIM

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HAN YERIM

Como cada domingo, la familia Han mantenía su tradicional noche de pasta, y esa vez era el turno de los raviolis. Hyunbin, Kanghee y Yerim se reunieron a la mesa para cenar.

Aquella era la única tradición que amaba de su familia. Sus padres, siempre ocupados con el trabajo, llegaban tarde a casa o se traían pendientes del día. De la misma manera, Yerim casi nunca cenaba en casa. La mayoría de las noches, compraba algo en la tienda de conveniencia, ya que la academia terminaba muy tarde y ella acababa demasiado agotada para cocinar.

Cuando el teléfono fijo comenzó a sonar, la madre de Yerim se levantó rápidamente de la mesa. Aunque no podía distinguir las palabras, escuchaba el tono alegre de su voz mientras hablaba. La llamada no duró mucho, y pronto regresó al comedor con una sonrisa de entusiasmo en su rostro.

—¿Quién era, querida? —preguntó su padre en cuanto la señora Song se sentó nuevamente a la mesa.

—El director Ryu —contestó ella—. Quería saber si Yerim iba a participar en las Olimpiadas Escolares este año.

El señor Han miró a su hija con los ojos bien abiertos.

—¿Vas a participar?

—Por supuesto que va a participar —intervino Kanghee antes de que Yerim pudiera responder—. Este es el último año que le queda para participar. El año entrante no podrá porque se estará preparando para el CSAT.

Yerim permaneció en silencio y tomó un sorbo de su bebida. Había pasado un tiempo desde que participaba en concursos o torneos; en Estados Unidos se había hartado de tanta competencia, desde olimpiadas académicas hasta debates. A pesar de que solía ganar el primer lugar en la mayoría de las veces, el estrés la abrumaba tanto que terminaba enfermándose. Cuando solo lograba el segundo lugar, su estabilidad emocional se derrumbaba por completo.

Era como una carrera interminable que ya estaba cansada de correr.

Ahora que estaba en Corea, disfrutaba de la tranquilidad de no estar constantemente bajo presión. Y quería que esa paz durara para siempre.

—Esta es la última oportunidad que te queda para dejar a nuestra familia en alto, así como hizo Surim. Confío en ti, Yerim. —le dijo su madre, peinando suavemente el cabello de su hija.

—Pero... no sé si pueda participar ahora. Debo prepararme para los exámenes finales —murmuró Yerim de una forma muy sutil. Conocía el carácter de su madre y no quería que se acabara enfadando.

—Eso no debería ser problema para ti, cariño. Eres muy lista —terció su padre, Hyunbin, sonriendo.

—De todos modos, ya hablé con el director, y le dije que contara contigo. Todavía falta más de un mes para la competencia; tienes tiempo de sobra para prepararte —insistió su madre.

We Were 18 ⇝ Nishimura RikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora