Especial de Navidad

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La festividad que muchos amaba y unos pocos odiaban al fin llegó, navidad.

El día acababa de comenzar y ya se podía apreciar a personas con gorritos navideños por todas partes, personas frente a un gran árbol cantando los tan conocidos villancicos, tiendas que aprovechaban la época de generosidad y hacían descuentos en sus productos, niños corriendo con regalos en mano, entre muchas otras cosas.

Esta fecha es muy esperada ya que las familias se juntaban a festejar, ya sea un festejo grande o una simbólica cena familiar, ambos festejos no podían faltar para hacer de la navidad una época linda y llena de amor.

Lástima que Boss nunca pudo experimentas dichas reuniones.

Sus padres eran personas muy ocupadas, su padre era un empresario no tan reconocido, pero sí exitoso, trabajaba día y noche para darle a su familia una buena calidad de vida y eso es algo de lo que Boss siempre agradecería a su progenitor.

Su mamá en cambio, trabajaba como niñera a cualquier persona que se lo pida, tomó ese empleo ya que no le perjudicaba que su esposo sea trasladado a otros lugares de Thailandia. A pesar de que trabajaban para darle lo mejor a su único hijo se olvidaron de una parte fundamental, la atención hacia él.

Boss nunca supo cómo se sentía el ambiente de una cena navideña con toda la familia reunida, sus tíos al igual que sus padres, eran personas sumamente ocupadas y no tenían tiempo para festejar juntos.

Cada navidad, como disculpa de no poder pasarla juntos, sus padres le daban regalos algo caros al azabache, al principio estuvo bien con eso puesto que le regalaban los juguetes que el pedía, pero conforme fue creciendo su punto de vista cambió, ya no quería cosas materiales, si no el amor de una familia para festejar esta bella fecha.

—¿Quieres más sato, P'Boss?

Los cuatro chicos se encontraban en casa de Peat a festejar la navidad, hacía ya una semana aproximadamente que sus vacaciones habían comenzado así que planearon hacer una pequeña reunió para celebrar dicha fecha.

—No Peat, así estoy bien, muchas gracias—El mayor le dio una amplia sonrisa con todo y hoyuelos al rubio como signo de agradecimiento—saben, ésta es la primera navidad que paso acompañado.

—Lo suponíamos, Phi. Por eso nos compadecimos de ti y decidimos invit... mmm ¡Hmmm!

Joong le cubrió la boca a Fort con una de sus manos—no le hagas caso, P'Boss. Sabes cómo es Fort, es peor que un grano en el culo.

Boss, Peat e incluso Fort estallaron en risas por el comentario de su menor. Si este ambiente era del cual todos hablaban... Boss lo prefería mil veces más que algún regalo.

De pronto, una imagen fugaz se hizo presente en la mente de Boss.

Noeul.

Él había dicho que siempre ha estado solo, no recuerda ni cómo llegó a aquella laguna o si alguna vez tuvo padres, lo único que recuerda es la soledad.

Boss creyó que él y Noeul no eran tan diferentes en ese aspecto, a pesar de que él si tenía padres tampoco han hecho tanto acto de compañía en su vida.

—Chicos, me tengo que ir, ya es un poco tarde y me gustaría ir a dormir—el mayor de los cuatro se levantó del sofá en donde estaba sentado—Peat ¿podrías darme un poco de comida? sabes que no me gusta cocinar y eso sería un buen almuerzo para mi.

—Claro, espera aquí, Phi—Peat se adentró a la cocina en busca de un traste con tapa para que Boss pueda llevar sin el riesgo de que la comida se caiga, al encontrarlo puso la carne de pavo que consideró suficiente para alimentar al azabache—Aquí tienes, ve con cuidado—dijo el rubio entregándole el traste.

Merman // BossnoeulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora