cap 24

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Regresé a la casa con  el pecho caliente. El sentimiento de que aquel hombre de ojos oscuros es mi novio me parece una ensoñación.

Mi madre no se encontraba por ningún lado, por lo que no tendría ningún interrogatorio de su parte, algo que agradecía de verdad. Hoy tenía que acompañar a Manjiro en la noche a su reunión para presentarme como su novia.

Sabía por qué lo hacía: quería respeto por parte de los integrantes y, por otro lado, una especie de protección, cosa que no necesitaba. Pero no quiero reprocharle; después de todo, es su forma de preocuparse.

Unos golpes en la puerta me sacan de la ensoñación. Cuando bajé a abrirla, no pude reaccionar lo suficientemente rápido para esquivar el golpe que llego sin aviso, directo a mi rostro. Al caer al suelo, giro para evitar el pisotón que me iba a dar. Cuando me levanto, siento el sabor metálico de la sangre en mi boca.

—Hijo de perra, ¿te atreves a venir a mi casa?

Su risa desquiciada inunda toda la casa. Su actitud despreocupada mientras limpia sus guantes me saca de quicio.

—Tú y yo teníamos cuentas pendientes.

Me río amargamente mientras me acerco a él.

—¿Lo dices por aquella golpiza? Ja, y eso no fue nada.

En ese momento juro que pude escuchar sus dientes rechinando mientras se abalanza contra mí. Cuando dio su primer golpe, pude esquivarlo con facilidad, mientras que le pateo el costado, pero sin ningún éxito  retrocedí

—Admito que eres una mujer fuerte, pero demasiado estúpida al creer que podrías enfrentarm —sus ojos solo mostraban un deseo ardiente de venganza.

Para un hombre, que una mujer le gane hiere su orgullo.

—¿Sabes algo, Taiju? Mi problema es que no puedo quedarme quieta cuando veo que lastiman a mis amigos.

Me abalanzo sobre él y, con mis piernas, me aferro a su torso. Agarré su cuello y con la otra mano empecé a golpear su cara una y otra vez, hasta que me agarró de la mano y me tiró sobre la mesa, rompiéndose en el proceso. A este punto me estaba aburriendo de este gorila. Me levanté rápidamente mientras atrapaba su mano que iba directamente a mi rostro. Le apliqué una llave que aparentemente no tenía efecto en él, por lo que me deslicé por debajo de sus piernas y golpeé su cuello.

Eso lo hizo arrodillarse, mientras que le pateo la mandíbula haciéndolo caer. Tomo la lámpara que había en la mesa y la estampo en su cabeza, dejándolo inconsciente. Cuando me giro hacia la cocina, me aprisiona en sus brazos levantándome del suelo.

—¿Creíste que con eso me vencerías? Eres muy ilusa, perra —sentía que me estaba rompiendo las costillas y empecé a marearme—. Hijo de puta, ¿quién eres, Terminator?

Con la fuerza que me quedaba, le di un cabezazo que lo hizo soltarme. Con el cable de la lámpara amarré su cuello mientras inmovilicé sus piernas como pude y empecé a golpear su rostro contra el suelo hasta que el agarre que tenía en mis manos cesó.

Solté el cable y Taiju cayó al suelo.

—Hijo de perra, ¿qué creías, que me ganarías? Ni en tus sueños. Yo soy el demonio rojo y tú no eres ni serás mi rival.

Ahora el problema era cómo sacarlo de aquí. No quería llamar a Ciro ni a nadie. La única opción que me quedaba era Mitsuya.

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Cuando llamé a Mitsuya, no se demoró en llegar. Cuando entró, me miró alarmado mientras se acercaba a mí.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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CUANDO TE VUELVA A VER ( Mikey y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora