trials and tribulations ノwenclair !

Capítulo 11

Enid se sentó en su auto y puso sus manos en el volante con fuerza, apoyó su cabeza en la parte superior de este con los ojos cerrados. Respiró hondo en un intento de despejar la mente. ¿En qué demonios estaba pensando? Golpeó su cabeza contra el volante. Enid no podía entender por qué había hecho algo tan estúpido. Había una razón por la que ella había estado guardando sus sentimientos por Merlina, una razón muy válida. No era porque tenía miedo al rechazo de ella, aunque, este pensamiento se apoderó de su mente en un gran número de oportunidades. Pero su silencio en realidad fue por motivos mucho menos egoístas. Merlina era vulnerable, ella ya tenía que lidiar con mucho estrés, con su salud, le asustaba y Enid no quería añadirle más a esa lista. Ella era feliz siendo amiga de Merlina, mucho más feliz de hecho. Pasar tiempo con ella, ir de vacaciones y ayudarla con las clases de la escuela y Enid no quería arruinarlo todo. Había escondido sus sentimientos con tranquilidad porque en el fondo sabía que Merlina la necesitaba más como una amiga que como una novia. Ahora, todo estaba arruinado, y había una gran posibilidad de que perdería a Merlina completamente, y todo porque no podía mantener la boca cerrada.

Enid se golpeó la cabeza contra el volante de nuevo. Mierda, pensó. Mierda. Mierda. Mierda.

Inhaló profundamente, una vez más, dejando que el aire se escapara lentamente de sus pulmones, tratando de librarse del miedo que parecía haber consumido todo su cuerpo. Enid trató de recordar lo que había estado pensando cuando le confesó todo a Merlina, pero la verdad es que ella no estaba pensando en ese momento. Para entonces, solo se había sentido bien y no pudo evitar decir las palabras que había estado deseando desde el primer día que la vio en el pasillo del colegio. Por primera vez, Enid tomó su propio consejo y dejó que su corazón gobernara sus pensamientos por primera vez. Había cerrado los ojos, apagó su cerebro y su lógica enloquecedora, e hizo lo que Merlina le había sugerido, tomó un riesgo, al diablo, vivió.

El único problema era que la vida era dolorosa. Malditamente dolorosa. Cuando dices algo, ya no puedes arrepentirte. Merlina le había dicho que la vida era demasiado corta y Enid estuvo de acuerdo con eso, de hecho, esa frase fue una fuerza que la impulsó a decir su confesión. La idea de perder a Merlina, aterrorizó a Enid. La idea de que Merlina nunca supiera cómo se sentía, la aterrorizaba aún más, ya que su autoestima era muy baja. Así que pensó "¿Qué mierda? ¿Qué es lo peor que podría pasar?" Si hubiera pensado un poco más, tal vez habría escuchado a su cerebro en vez de su corazón y habría mantenido la boca cerrada.

En cambio, ahora se encontraba sentada sola en su auto, con el silencio sepulcral que la había seguido tras su confesión. Enid levantó la cabeza del volante y se pasó la mano por el pelo, quería llegar lo más lejos posible de la casa de Merlina. Estaba tratando de salir de su cabeza. Sacó las llaves del bolsillo y encendió el motor. Enid puso el auto en marcha, miró el retrovisor por unos momentos, su propio reflejo mirándola molesto, y se echó hacia adelante.

Enid estaba tomando un poco de velocidad cuando notó algo frente su auto, y luego supo que algo había caído sobre el capó. Se apresuró a frenar, el auto hizo un gran chirrido cuando paró, quedando a centímetros de la persona que se había interpuesto en su camino. La boca de Enid se abrió ligeramente cuando se dio cuenta de que era Merlina quien la miraba desde el otro lado del parabrisas, su preocupación por lo otra chica se manifestó con ira.

"¡Jesucristo Merlina!" gritó Enid, cerrando la puerta de su auto con fuerza. "¿¡Qué mierda crees que estás haciendo?! ¿¡Están tratando de matarte!? Pensé que sabías que no es bueno ponerse delante de los autos en marcha."

Enid lamentó sus gritos apenas los dijo. La cara de Merlina era pálida y parecía estar a punto de vomitar o colapsar, quizás ambas cosas.

"Mierda" dijo Enid en voz baja, cerrando la distancia entre ellas, colocando una mano en el hombro de Merlina.