5. Todoroki x Midoriya

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No es un amor unilateral

(Se remonta en las primeras temporadas del anime)

-Narrado por Midoriya Izuku

Siempre he sido consciente de lo lejos que estaba de ser un héroe en mis primeros días. Sin un don, solo me quedaba observar, tomar notas, y soñar con un futuro en el que pudiera salvar a otros. Eso cambió el día en que All Might me eligió, pero en algún punto, algo más empezó a cambiar dentro de mí. Algo que no había esperado cuando entré a la academia y que me tomó por sorpresa: la creciente admiración que sentía por Todoroki Shoto. Admiración que, para mi sorpresa, se transformó en algo más con el paso del tiempo.

Era una tarde tranquila en la Academia U.A., justo después de las clases. Los pasillos empezaban a vaciarse, y caminaba hacia el dormitorio de mi habitación. Desde el entrenamiento del día anterior, mi cuerpo todavía se sentía adolorido. Habíamos estado practicando combates cuerpo a cuerpo, y para mi mala suerte, había terminado enfrentándome a Bakugo y Todoroki, dos de los estudiantes más fuertes de la clase.

Al recordar a Shoto, mi corazón dio un vuelco. Durante los últimos meses, había estado notando cómo mis pensamientos sobre él se volvían más obsesivos, pero no solo sobre su destreza en combate o su increíble manejo del hielo y el fuego. Era algo más profundo, más... personal. Me sentía confundido y, al mismo tiempo, intrigado. No entendía por qué, pero había algo en la forma en que me miraba a veces, con esos ojos bicolores, que hacía que mi pulso se acelerara.

Intenté sacudir esos pensamientos de mi mente mientras doblaba la esquina hacia la sala común. La tarde caía y el cielo empezaba a teñirse de un suave tono anaranjado. Al entrar, me sorprendió ver a Ochako y Iida sentados en el sofá, conversando animadamente. Ambos me saludaron con una sonrisa.

-¡Deku! -exclamó ella, levantando la mano-. ¡Ven, estamos hablando sobre la próxima práctica en la ciudad!

-Claro -respondí, sentándome junto a ellos, aunque mi mente seguía divagando en otro lugar.

Iida empezó a hablar sobre las estrategias para la simulación, pero mi atención se desvió cuando vi a Shoto Todoroki entrar a la sala. Caminaba tranquilo, con esa compostura imperturbable que siempre me había fascinado. Pero esta vez, cuando nuestros ojos se cruzaron, él no apartó la mirada de inmediato. Sentí como si el tiempo se detuviera por un segundo.

Me giré rápidamente hacia Ochako e intenté seguir la conversación, pero ya no podía concentrarme.

Minutos después, escuché la puerta de la sala común cerrarse. Levanté la vista y vi que Todoroki ya no estaba. Me pregunté si habría notado que lo estaba mirando de esa "forma". Sentí un leve calor en mis mejillas y, de repente, me levanté.

-Eh... Iida, Ochako, me disculpan, necesito... revisar unas notas para la próxima clase -mentí.

Ambos me miraron con confusión, pero no hicieron preguntas.

Subí las escaleras rápidamente hacia mi habitación, pero al pasar por el pasillo, algo me detuvo. Vi a Shoto de pie frente a la ventana al final del pasillo, observando el atardecer. Mis piernas se movieron antes de que pudiera pensarlo, y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba a su lado.

-Todoroki... -murmuré, sorprendido por lo baja que había salido mi voz.

Él giró la cabeza lentamente y me miró, como si hubiera estado esperando que dijera algo.

-¿Midoriya? -dijo con esa voz calmada que siempre parecía ocultar algo más profundo-. ¿Está todo bien?.

Su mirada profunda me estaba dejando sin respiración, estaba muy cerca de mi rostro.

Tragué saliva y asentí rápidamente, aunque no era del todo cierto.

-Sí, solo... solo quería agradecerte por el combate de ayer. Fuiste increíble, como siempre.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, una de esas raras y casi imperceptibles, pero suficientes para hacer que mi corazón se acelerara. Agradecía que des del combate que tuvieron y que había perdido, Todoroki luego dejó de distanciarse a abrirse más.

-Tú también lo hiciste bien -respondió él, girando nuevamente hacia la ventana-. Siempre te esfuerzas al máximo, y eso es algo que respeto de ti.

Me quedé en silencio, tratando de procesar lo que acababa de decir. No era raro que Todoroki fuera directo, pero había algo en la forma en que lo había dicho esta vez que me hizo sentir especial.

-Sabes, Shoto... -me sorprendió lo natural que fue llamarlo por su nombre-. Siempre he admirado tu fuerza y tu capacidad para mantener la calma, pero también sé que has pasado por muchas cosas. A veces, me pregunto cómo lo logras.

Hubo un silencio tenso, pero él no parecía incómodo. Todoroki soltó un suspiro suave y sus ojos volvieron a buscar los míos.

-No siempre es fácil. Pero tú, Midoriya, me enseñaste algo importante -su voz era firme, pero había una suavidad en sus palabras-. Me mostraste que no tenía que cargar con todo solo. Que podía aceptar esa parte de mí que rechazaba.

Mi corazón latía a toda velocidad. Nunca lo había escuchado hablar tan abiertamente.

-Yo... solo quería ayudarte, como amigo -logré decir, aunque una parte de mí sabía que lo que sentía era más que solo amistad.

Todoroki dio un paso hacia mí, cerrando la distancia entre nosotros. Mi cuerpo se tensó, pero no de miedo, sino de expectación.

-¿Amigo? -preguntó, su voz baja y seria-. ¿Es eso lo que realmente somos?

Me quedé sin palabras. No sabía cómo responder, pero al mismo tiempo, no podía evitar sentir el calor subiendo por mi cuello. Estaba tan cerca que podía sentir el frío de su lado derecho mezclarse con el calor de su lado izquierdo.

-Shoto, yo... -titubeé-. No sé lo que somos, pero sé que lo que siento cuando estoy cerca de ti es... diferente. Y eso me asusta, pero también me emociona.

Sus ojos brillaron con una intensidad que no había visto antes. Entonces, sin previo aviso, Todoroki levantó una mano y, con la yema de sus dedos, rozó mi mejilla. Era una mezcla de calor y frío, una contradicción perfecta, igual que él.

-Midoriya... Izuku -susurró, y mi nombre en sus labios sonaba más íntimo que nunca-. No estás solo en esto.

Mi respiración se detuvo un segundo antes de que sus labios rozaran los míos, suaves y con esa mezcla de sensaciones que solo él podía ofrecer. El mundo se desvaneció por completo. No importaba la academia, los héroes, las batallas. Solo estábamos nosotros dos, conectados en ese momento, como dos mitades de un todo.

Cuando finalmente nos separamos, ambos estábamos respirando con dificultad. No había necesidad de palabras, porque en ese instante, ambos sabíamos que lo que había comenzado como admiración, ahora era algo mucho más profundo.

Shoto sonrió, una sonrisa real y genuina.

-Creo que acabamos de empezar algo, ¿verdad?

Asentí, sintiendo mi corazón lleno de una calidez que no podía explicarse con palabras.

-Sí, y no quiero que se acabe.

Y en ese momento, supe que lo que sentía por él era tan fuerte como el fuego y tan puro como el hielo. Pero no era unilateral.

MY HERO ACADEMIA SHIPS (one shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora