Ser hija de un Lawrence no es para nada fácil, nuevos cambios y nuevos rumbos tomarán la vida Rachelle, muchos problemas también. Algo cambiará cuando su padre abra un dojo en el valle, nueva escuela, nuevos amigos. ¿Amor?..
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
RACHELLE ESTABA EN EL HOSPITAL, entró rápidamente a la habitación donde estaba Miguel y ahí lo vio, rápidamente una sonrisa se plasmó en su rostro.
-Despertaste.- Fue lo único que logró decir Rachelle antes de comenzar a llorar.
-Oye, tranquila.- Dijo Miguel
-No sabes lo angustiada que estuve, pitufo insufrible.- Rachelle sonrió y Miguel igual -Veo que tu mami te mostró todo lo que te mandaron.-
-Sí, Demetri y sus comics. ¿Tu que tal?- Rachelle suspiro pesado y se sentó a un lado del chico.
-Bueno, estoy viviendo con los Larusso.- Miguel abrió los ojos como platos -Arregle las cosas con Samantha, termine con hawk.-
-Que novedad.- Miguel rodó los ojos
-Oye.- Rachelle le dio un golpe en el hombro y el chico se quejó. -Lo lamento. Papá parece un vagabundo, no hablo con el hace muchas semanas. Y... Nada.- Rachelle quiso contarle lo de cobra Kai a Miguel pero no era el momento.
-Bueno, al menos estas bien. Tu labial rojo sigue ahí.- Rachelle rió ante el comentario de Miguel.
-jamás dejaré de ser la abeja reina Miggy, y el día que ya no haya rojo en mí. Significa que estoy delirando o simplemente moriré.- Rachelle rió y Miguel rodó los ojos.
