El sustituto y el protagonista están juntos. Dong Shi Niang.

Capítulo 11. Comida.

Capítulo 11. Comida.

Sin tiempo para pensar, Xue Ya se agachó y se metió debajo de la mesa. Casi al mismo tiempo que se escondió, oyó que alguien entraba. Un par de botas se detuvo frente a He Xulan. Xue Ya vio los diseños de dragón en las botas y, temiendo ser descubierto, se acercó más hacia He Xulan.

La voz de Cui Lingjing sonó desde arriba: "Así que el padre ya ha comido. Pensé que hoy, al terminar la corte temprano, tendría la oportunidad de comer con el padre."

Su voz era completamente diferente a cuando hablaba con Xue Ya. Ahora tenía un tono ligeramente quejumbroso y mimoso, como si no fuera un joven emperador, sino un adolescente común.

He Xulan dijo: "No sabía que Su Majestad vendría. La cocina aún tiene otros desayunos preparados. ¿Desea Su Majestad comer algo?"

"Está bien", respondió Cui Lingjing. Miró el lugar junto a He Xulan y, sin dudarlo, se sentó a su derecha. Xue Ya se asustó cuando Cui Lingjing se movió repentinamente, no se atrevía a moverse, especialmente cuando los sirvientes del palacio se acercaron a limpiar la mesa y traer el nuevo desayuno.

Sus ojos no dejaban de moverse, observando los pies que aparecían y desaparecían frente a él. Xue Ya se arrepintió de haberse escondido debajo de la mesa y se sintió algo molesto con He Xulan por invitar a Cui Lingjing a quedarse a comer.

Cui Lingjing estaba realmente sorprendido hoy. He Xulan rara vez lo invitaba a quedarse a comer. Una vez, cuando llegó, coincidió con que He Xulan estaba comiendo, pero este no pidió que le trajeran un par de palillos extra.

"El padre parece estar de buen humor hoy", no pudo evitar decir Cui Lingjing.

He Xulan curvó ligeramente los labios, lo que contaba como una respuesta.

Cui Lingjing, al ver que He Xulan no hablaba, no se desanimó. Ya estaba acostumbrado a que He Xulan lo tratara con extrema frialdad, desde que era príncipe heredero. El hecho de que He Xulan lo invitara a comer hoy ya lo hacía extremadamente feliz.

Las personas en la mesa tenían sus propios pensamientos, al igual que la persona debajo. Xue Ya inicialmente estaba preocupado de que Cui Lingjing lo descubriera, pero mientras escuchaba la conversación arriba, cada vez se sentía más incómodo. La actitud de Cui Lingjing hacia He Xulan era demasiado buena. Xue Ya pensó que si Cui Lingjing pudiera mostrarle la mitad de la ternura que le mostraba a He Xulan, él estaría encantado.

No pudo evitar sentirse conmovido, ¿y qué hay de He Xulan?

El viejo emperador ya había muerto, ¿no se sentía He Xulan solo y vacío en este palacio profundo? Aunque actuaba como si no le importara con quién Cui Lingjing tuviera hijos, Xue Ya temía que He Xulan fuera conmovido.

Xue Ya miró los pies de Cui Lingjing y luego los de He Xulan. En ese momento, Cui Lingjing estaba elogiando lo deliciosos que eran los ma ti sou(1) del palacio de He Xulan. Xue Ya extendió sigilosamente la mano desde debajo del mantel y agarró el tobillo de He Xulan.

Lo agarró por un momento y luego retiró la mano silenciosamente. Después de un rato, volvió a extender la mano para agarrar el tobillo de He Xulan.

Quería distraerlo para que no prestara atención a lo que Cui Lingjing estaba diciendo.

Justo cuando Xue Ya se preparaba para agarrar el tobillo de He Xulan por tercera vez, el mantel a la izquierda de He Xulan se levantó ligeramente y una mano se introdujo. Xue Ya se sorprendió al ver la mano, pero luego notó que sostenía un dulce envuelto en un pañuelo de seda.