El sustituto y el protagonista están juntos. Dong Shi Niang.

Capítulo 96. Él te dejó a mi cargo, así que yo me encargaré de ti.

Capítulo 96. Él te dejó a mi cargo, así que yo me encargaré de ti.

Finalmente, Yi Yefeng se puso una prenda de ropa a regañadientes, poniendo fin a esta farsa, aunque solo se la puso suelta, dejando sus abdominales aún visibles. Xue Ya no pudo evitar mirar varias veces más, antes de enterrar su rostro enojado en el pecho de He Xulan.

¿Por qué todos ellos tenían abdominales excepto él?

Solo había un pescado asado, y Yi Yefeng se preparó para dividirlo como de costumbre. Xue Ya, al ver su movimiento, se apresuró a decir: "No como pescado, hoy comeré panecillos".

He Xulan miró a Xue Ya y luego a Yi Yefeng, diciendo: "Come todo el pescado tú, nosotros dos comeremos panecillos".

Yi Yefeng no protestó y comenzó a comer el pescado. Comía muy rápido; Xue Ya sintió que en solo unos bocados, ya había terminado. El aroma del pescado aún permanecía en el aire, y Xue Ya olfateó, tratando de convencerse de que lo que tenía en la mano no era un panecillo sino pescado.

Después de comer, continuaron su viaje.

Normalmente, Xue Ya ya estaría somnoliento a esta hora, pero hoy no tenía sueño en absoluto. Sus ojos de zorro estaban bien abiertos, mirando por la ventana del carruaje. He Xulan notó su mirada y bajó un poco la cabeza, preguntando: "¿Te sientes mal?"

Xue Ya negó con la cabeza y al mismo tiempo apretó más la ropa de He Xulan. "Gege, ¿podremos llegar a salvo al condado de Kangwu?"

He Xulan guardó silencio por un momento antes de responder: "Sí". Luego acarició la cara de Xue Ya y dijo: "Duerme un poco".

Al escuchar estas palabras, Xue Ya entendió que He Xulan pronto cambiaría de lugar con Yi Yefeng. He Xulan siempre esperaba a que él se durmiera antes de salir a conducir el carruaje.

Después de quitarse la ropa y meterse bajo las mantas, Xue Ya agarró la mano de He Xulan. "Gege", dijo en voz baja.

"¿Mm?"

Xue Ya tiró de él hacia abajo y le susurró al oído: "Quiero tocar tu barriga".

He Xulan miró a Xue Ya, como si entendiera algo, y permitió indulgentemente que Xue Ya deslizara su mano bajo su ropa. Xue Ya se quedó dormido tocando los abdominales de He Xulan, sintiéndose bastante satisfecho antes de dormir. Aunque él no tenía abdominales, He Xulan sí los tenía.

Y lo que era de He Xulan era suyo, incluyendo sus abdominales.

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Desde aquel día en que se encontraron con los perseguidores, se toparon con ellos varias veces más. El número de perseguidores aumentaba cada vez, hasta el punto en que Yi Yefeng ya no podía enfrentarlos solo. Cuando Xue Ya vio a He Xulan sacar la espada larga de debajo del asiento, se quedó atónito. Cuando He Xulan estaba a punto de salir del carruaje, Xue Ya lo agarró rápidamente. "Gege".

"No te preocupes, volveré pronto. Quédate en el carruaje, no salgas", dijo He Xulan, empujándolo para que se sentara en el asiento del carruaje antes de bajarse.

Aunque le dijo a Xue Ya que no saliera, ¿cómo podía Xue Ya resistirse? No bajó del carruaje, pero abrió la ventana y se asomó para mirar hacia atrás.

Yi Yefeng mataba a la gente, cortando donde veía, dejando un rastro de sangre a su paso. He Xulan, por otro lado, era completamente diferente. Sus movimientos eran fantasmales, apuntando directamente a las gargantas de sus enemigos. Antes de que Xue Ya pudiera ver claramente el movimiento de He Xulan, las personas a su alrededor ya habían caído.