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Hoy era mi cumpleaños 19.

Seguiamos en Grecia y ya ibamos por casi las dos semanas, nos quedaban pocos días acá. Estuvimos haciendo planes diferentes estos dias. Con las chicas habiamos ido a un Spa, los chicos se habian ido de pesca, fuimos a un parque de diversiones y a un zoológico, habian sido unas vacaciones muy divertidas. Pero si tenes planes todos los días y además salis de noche, el cuerpo necesita descansar. Y esa fue mi propuesta para mi cumpleaños, quedarnos en casa.

Quienes me apoyaban eran Ferran y Nico. Claro, después estaban las pesadas de mis amigas, Gavi y Lamine, que son 4 nenes de 5 años y me reprocharon que era una abuela. Él no objetó nada. La conclusión fué pasar el día en casa y a la noche hacer una fiesta. El debate se habia dado unos dias antes, lo que les dió tiempo a mis amigas y a Lamine a organizar algo sencillo, o eso pensaba yo.

El día empezó temprano con un desayuno muy rico, cortesía de Nico, que cocinaba muy bien. Habia globos y decoraciones por toda la cocina para mi, incluso hicieron un pastel para soplar las velas. Yo no era fan de los cumpleaños y menos del mío, pero me alegraba pasar el rato con ellos y estaba muy agradecida de como se habian esmerado.

El resto de la mañana nos la pasamos en el living viendo los partidos de futbol de los juegos olimpicos. España jugaba contra Japón y Argentina contra Francia. Fué divertido verlos a todos en esa situación, Greta gritando como una enferma (aún cuando no juega ni al teto), los chicos opinando muy profesionalmente y nosotras sin entender mucho, y Lupe y yo adulando a Julian Alvarez.

Luego venían los partidos de voley masculino. En ese momento se dispersaron un poco, la única que sabia de ese deporte era yo, asi que me concentré en el partido mientras los demás hablaban temas banales. Hasta que intervinieron cuando vieron que no participaba de la charla por estar concentrada en la tv.

—Yo lo hubiera hecho mejor.— dijo Lamine cuando vió un jugador estadounidense rematar una pelota. Solo rodé los ojos. Esto sintieron ellos cuando Greta hablaba sin saber.

—Seguro.— murmuré sarcástica.

—Antes de poder hacer eso, creo que es más probable que ganes un balón de oro el año que viene.— Bromeó Gavi. Evidentemente el menor se sintió desafiado.

—Vamos a poner la red.— dijo y salió al patio de la casa seguido de Ferran, que lo acompañó y lo ayudó.

Cuando terminó el partido, el cual perdió Argentina, salí al patio y ahi estaba todo el plantel jugando fútbol, incluso las chicas. El único que se abstenia era Pedri, que si bien ya podía ejercer fuerza en la pierna lesionada, aún no podía jugar con la pelota.
Cuando me vieron se acercaron todos.

—Te estabamos esperando, Zo. Venga, vamos a jugar un voley.— se me refirió Gavi con una sonrisa amistosa.

No era mala idea, de hecho, me hacia ilusión divertirnos afuera, más en mi cumpleaños, y aun más jugando voley. Armamos los equipos y quedamos, Greta, Lupe, Lamine y Ferran uno, y Gavi, Nico, Pedri y yo el otro. Ya listos me mandaron a mi a sacar. Saqué de manos altas, ni siquiera salté y aún asi no lo pudieron recibir.

—¡Espera! ¿Quién te crees que somos? Yo soy futbolista, juego con los pies— Gritó Lamine quejandose. Me reí de él.

—¿Cómo nos llamamos?— pregunté.

—Los homosexuales.— dijo Gavi. Volví a reir. No sabia de donde venía aquello, pero no objeté nada.

—Homosexuales 1 Pakis 0, venga!— Gritó Nico.

Jugamos un partido de 3 sets, los cuáles ganamos todos nosotros.  Todos ahi eran deportistas menos mis amigas y yo, asi que la competitividad se palpitaba. Lamine estaba enfurecido y nosotros solo bromeabamos.

Recíproco - Pedri GonzalezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora