Charlos

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POV Charles Leclerc

Hoy es la última semana en la que estaré con mi compañero de escudería, Carlos Sainz.

Mi mejor amigo...

Mi amante...

Se va de Ferrari a Williams, le deseo lo mejor en su futuro, estoy seguro que congeniará muy bien con Alex Albon, Carlos es una buena persona, tan encantador que me enamoró a primera vista.

Él se va llevándose consigo los recuerdos de los bellos momentos que pasamos juntos, no sé qué pasará por su cabeza al separarnos, pero yo lo extrañaré demasiado.

No puedo imaginar la siguiente temporada sin él.

Anoche lloré pensando en esto...

Lloré pensando en ti.

Fuera de cámaras le doy un abrazo con mucho sentimiento, anhelo, amor, tristeza; cerrando mis ojos y respirando su aroma, le digo:

"Te extrañaré mucho."

Me derrito viendo formar sus labios una sonrisa, sus ojos reconfortantes y acariciando mi cabeza, me responde: "Yo también" y con sus manos sujeta mis mejillas agregando, "pero no estés triste, no es como si desapareciera para siempre, nos seguiremos viendo."

"Pero no todo el tiempo como el que tenemos."

"Lo sé, y te prometo buscar cada momento para estar contigo dentro y fuera del paddock." besa mi frente. "Te veo en la noche."

Con todos los pilotos de la parrilla, decidimos celebrar el término de la temporada y Fin de Año adelantado para que en las vacaciones lo disfrutemos con nuestras familias. Esa noche un vocero del restaurante dio disculpas y los motivos por los que faltó el pianista, lamentando no tener música en vivo y ofreció el piano a los clientes que quisieran tocarlo.

Mis compañeros inmediatamente voltearon a mirarme, animándome a tocar alguna melodía, ellos saben perfectamente de mi gusto y destreza en el piano. Algo apenado accedí a sus ruegos.

¿Cuál canción debería tocar?

Y en cuanto mis ojos observaron a Carlos, mi mente recordó aquella canción de Adele, All I Ask.

Coloqué mis manos preparado e inicié, no me importó si mi voz no era de agrado a los demás clientes, en ese momento sólo me importaba que Carlos me escuchara.

Porque ésta canción iba dedicada para él.

Miré su rostro , parecía sorprendido, noté que nuestros compañeros también lo habían comprendido. Todos los presentes aplaudieron acabando de tocar, sonreí conteniendo mis lágrimas, y salí para sentir el fresco aire nocturno para tranquilizarme.

Y llegó él.

"Charles..."

Sentí mis mejillas húmedas y un nudo en la garganta. Tomó mi mano y sus palabras erizaron mi piel.

"¿Por qué no hacemos especial ésta última noche?"

Me abalancé a besarlo, para cuando caí en cuenta, ya me encontraba con él en la cama, desnudos, unidos en cuerpo y alma, comunicando nuestros sentimientos sin palabras, escapando uno que otro sonido de nuestra boca, inundando la habitación de lujuria y éxtasis.

"Te amo tanto, Charles." susurró a mi oído.

"Moi aussi, mon amour."

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