Dos semanas antes.
Youngmi estaba sentada en el sofá de su pequeño departamento, absorta en la pantalla de su laptop mientras revisaba los comentarios en su último video. Había subido una nueva canción hacía solo unos días y, como siempre, le gustaba ver la reacción de su pequeña pero leal base de seguidores. Mientras leía uno de los comentarios, la pantalla de su teléfono parpadeó con una notificación de correo. Sin darle mucha importancia, desbloqueó el móvil y lo abrió. Su mirada recorrió el asunto del mensaje, y por poco se le cae el teléfono de las manos.
De: Source Music.
Asunto: Oportunidad de Colaboración
La sorpresa recorrió su cuerpo. Leyó la línea una vez más, incrédula. El corazón le latía rápidamente mientras abría el correo con manos temblorosas.
"Estimada,
Nos gustaría informarte que, tras revisar tu música y tus videos en plataformas digitales, hemos identificado un gran potencial artístico en ti. Estamos interesados en ofrecerte una oportunidad para unirte a nuestra agencia, Source Music, como artista.
Nos gustaría invitarte a conocer los términos de un contrato artístico que podríamos ofrecerte, así como los beneficios que este conlleva. Si estás interesada, por favor, contáctanos a través del número que se incluye en este mensaje. Estaremos encantados de agendar una reunión contigo para discutir los detalles.
Atentamente,
Equipo de Source Music."
Youngmi se quedó en silencio, leyendo y releyendo el mensaje. Source Music... ¿Realmente esa agencia había visto su trabajo? La incredulidad la invadió. Había comenzado a compartir su música como un proyecto personal, sin demasiadas expectativas, y aunque había crecido una pequeña audiencia, nunca había pensado que una agencia tan importante la contactaría.
Su mirada cayó en el número de contacto que le habían dejado. Era una decisión importante. No podía apresurarse. Necesitaba pensarlo bien.
Colocó el teléfono a un lado y se levantó del sofá, su mente girando en mil direcciones. La propuesta sonaba tentadora, pero no sabía lo suficiente sobre Source Music. Decidió investigar más a fondo. Se sentó frente a su laptop, escribió "Source Music" en el buscador, y comenzó a leer sobre la empresa y sus operaciones.
Pronto descubrió algo que la dejó atónita: Source Music era subsidiaria de HYBE, un gigante de la industria, y Belift Lab, que era parte del mismo conglomerado, manejaba a ENHYPEN, es decir, la agencia que manejaba a Jungwon. Su corazón dio un vuelco al ver ese nombre. Jungwon… Hacía cinco años que no sabía nada de él, cinco años desde que sus vidas se habían separado por completo. Al principio, el dolor había sido constante, pero con el tiempo, había aprendido a convivir con su ausencia.
La información que acababa de encontrar lo cambiaba todo. Si aceptaba el contrato con Source Music, había una posibilidad real de que pudieran encontrarse. Aunque las dos agencias fueran independientes, pertenecían al mismo grupo, lo que significaba que sus entrenamientos y prácticas a menudo se realizaban en los mismos edificios, en los mismos estudios, con el mismo equipo.
—No puedo creerlo... —murmuró para sí misma, recostándose en el respaldo del sofá mientras procesaba la información.
El solo hecho de imaginar encontrarse cara a cara con Jungwon la hacía sentir nerviosa. ¿Y si lo veía de casualidad en los pasillos? ¿Y si lo encontraba en las salas de ensayo? ¿Recordaría él lo que habían vivido juntos o habría dejado todo atrás? Los recuerdos que tanto había tratado de enterrar comenzaban a flotar a la superficie. Se había prometido que no volvería a pensar en él, que lo dejaría en el pasado, pero esta oportunidad estaba trayendo todo de vuelta.
