capitulo 22

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-Zoe, Dios, ¿cuánto tomaste?
Tan sólo te deje unos minutos sola-.

-Yyo... -Un hipo se me escapa -. N-no... lo ssé. -Me paso la mano por la cara y de repente siento frío. Esstraño a Aaron -.

-Estoy aquí, mi luna. -Unas manos me toman del rostro y trato de enfocar la vista.

Descubro a Aaron frente a mí.

-¡Aaron! -Me lanzo sobre él y me atrapa -. ¿Tte gusstaría trabajarr moviendo messas?

-¿Mesas? -repite.

-Sí, ¡moviendo mesas nalgotass, hermoso! -Le pego una nalgada y él pega un saltito.

-Ah, caray... -Escucho decir a sofi.

-Ssi una m-monja escuchara t-todo lo que te quiero hacerr... sse pondría a rrezarr. -Lo tomo de su carita hermosa -. Assí que im-maginate de lo q-que hablo, p-papi chuloo0...

-esta chica está demasiado borracha gracias a dios que te llame porque yo con esta loca no iba a bregar -. Escucho la voz de Sofía.

-¿En esta fiesta no hay droga, no? -Ya ni sé quién habla.

-Eh... no que yo sepa.

-¡Shhh! -Resongo a quien habla o a las dos figuras borrosas de donde salen esos sonidos -. ¿Nno venn q-que esstoy habblando con mi novioo-.

-bueno vamos a casa-.

-¡¿Quééééé?! ¡C-claro que nno! -Trato de quitar las manos de quien sea encima mío, pero no puedo, siento mis brazos de alambre como si fueran espaguetis. ¡Nnoo! ¡Ssocorro!  ¡La marina! ¡Algguien que me ayuude! ¡Essto es una violaciónnn...!

-Ya, Zoe, tranquilízate.

-Qque sse tranquilice ttú abbuela, yyo no me quiero irrr.

Me revuelvo pero es en vano.

-Quítattee, ddéjame serr libree. -Sin medir mi fuerza, empujo a la persona que me sostiene y está colisiona contra una mesa con tragos -. Uppssi.

Enfoco mi vista y descubro que empujé a Aaron. La música se detiene y todas las miradas paran en nosotros.

Una chica de pelo rubio se acerca y rodea los brazos de Aarón con los suyos, innecesariamente, ya que él ni se inmutó por mi empujón.

Mi estado alcohólico es intercambiado por el de la cólera rápidamente.

Aprieto los puños y de un movimiento rápido, tengo a la chica tomada por el cuello con las dos manos elevándola del suelo. Escucho que gritan mi nombre.

-No. Lo. Toques. -Siseo lentamente, siento mis ojos arder y sé que deben estar de color azul eléctrico.

-E-eres... una... z-zorra... -Habla la rubia entrecortadamente y araña con sus uñas mis muñecas.

Un gruñido retumba desde el fondo de mi garganta y lanzo a la chica, su cuerpo rebota contra un muro y cae al suelo.

Ella gime de dolor y levanta su mirada, ahora gruñendo, mostrando sus colmillos y dejando relucir unos ojos color marrón brillante.

-La está retando... -Escucho que susurran.

Sonrío psicópata y con mis garras expuestas, camino hacia ella.

De repente, un chico se coloca frente a mí, usando sus brazos para tomar los míos. Sólo le basta un segundo a Aaron para tomarlo por el cuello gruñendo y mostrando sus ojos color dorado.

Ah, ya están lloviendo v*ergazos-.

-¡Aaron! -sofia  corre hacia nosotros e intenta separarlos —. ¡Maldita sea! ¡Zoe ayúdame! -Me mira asustada y reacciono.

Me abalanzo sobre ellos y coloco mis manos en el pecho de Aarón empujándolo y tratando de separarlos. Ellos se revuelven y el chico no se deja, por el contrario, lanza un puñetazo, que justo va a parar a mi rostro.

Mi rostro se voltea en dirección a Aaron y veo cómo él abre los ojos impresionado y luego mira al chico, con las cuencas bañadas en carmín. Nos tira a Sofía  y a mí lejos de un manotazo y atesta un fuerte y rápido golpe en la mandíbula del chico.

-¡Carajo! Le destrozó la cara-.

bajo la mira del alpha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora