¿He muerto? No es tan malo como lo Creí. (YuruYuri Fanfic)

¿Un regalo de dios?

[Una gran cama doble, sábanas de terciopelo oscuro y un aire acondicionado split aportan aire acondicionado a esta habitación solitaria donde un cuerpo joven duerme bajo la tela. Una voz apareció en la memoria de Chitose, sus amigas, su hermana, la chica que le gustaba. Todos gritaron de dolor y el fuego que se avecinaba los mató a todos...]

-Mmññ...¿Dónde estoy? – Abrió sus ojos con suavidad, lo primero que vio luego de morir en lo que parecía una pesadilla fue a una mujer peliblanca.

-Dame un respiro, por favor. – Su expresión denotaba cansancio mental.

[Intento levantarse del colchón, su garganta dolía increíblemente. Su habla era ronco, ¿Qué estaba sucediendo?...A parte de la mujer un chico de unos 20 años entro en silencio mientras tocaba los hombros de la peliblanca mayor]

-¿Q-quienes son ustedes? ¿Dónde estoy? – Pregunto la albina de ojos azules.

[La mujer mayor se cubrió el rostro de temblor y cerró los ojos, llorando y gimiendo en silencio, mientras el chico a su lado le decía palmaditas, solo mirándolo con cara triste.]

-Tranquila mama. El medico dijo que la pérdida de memoria era uno de los síntomas por lo que hizo. Ven, Levantante y sal con papa hacia algún lado, yo me encargare de ponerla al día con lo que no recuerde.

[Ella se puso de pie mirando al techo dejando de llorar un poco, retirándose de la habitación con otra persona que estaba en el marco de la puerta mirando la confusión de esa chica que era su Hija...]

No tiene absolutamente ningún sentido. Yo nunca... nunca tuve la oportunidad de conocer a mis padres desde que nací, mi abuela fue toda mi vida, pero ahora soy testigo de una mujer con el mismo color de cabello y ojos que yo... Y-yo... ¿Por qué yo?

[El chico observo a su hermana llorar en silencio sin dejar caer lágrimas, acaricio su cabello con calma y se levantó]

-¿Q-que está pasando?

-Te llamas Ikeda Chitose, tienes 15 años...E intentaste suicidarte. Lo siento, nunca pensé que te sentías así. – La respuesta que dio dejo una mirada repleta de pánico en la peliblanca en cama.

[El también salió de la habitación. Estaba sola, confundida y triste... El estado mental de Chitose era muy malo. Miró donde yacía y su primer pensamiento fue ir hacia el espejo del tamaño de un hombre. Su cuerpo era el mismo de siempre. Lo mismo, pero con una marca morada en el cuello.]

-¿Q-que?

-Es, triste...

[Rápidamente giró la cabeza y tropezó con el animal de peluche mientras intentaba retroceder asustada. Se miró a sí misma con el pelo más largo y una mirada abatida en su rostro junto a una figura alada de dos metros de altura que le sonrió a pesar de estar asustada.]

-¿Q-quien eres tú? ¿Quién es ella?...

-Esta chica eres tú. Hace tres días, Chitose Ikeda, que pertenecía a esta realidad, se suicidó porque no podía soportarlo. Nunca ha tenido amigos, ignorada por su familia, objeto de burlas en el instituto solo por sus gafas, humillada por dos personas malas delante de la primera persona que se le acercaba... tu vida y la de ella terminan al mismo tiempo. , lo que sólo ocurre una vez cada 50 años. A partir de ahora te harás cargo de la vida de esta chica deprimida. – Respondió un ángel de alas blancas.

-¿Qué? No, no, no. Se supone que las personas buenas tienen el cielo garantizado. ¿Qué sucedió con lo que me dijeron durante el fuego? – Pregunto Chitose alterada.

-Nosotros no damos un paraíso a las personas, le otorgamos una oportunidad de construirlo. Acuérdate que antes de morir insultaste a tu hermana, deseando no tenerla en su vida. Eso es un pecado.