El Era Mi Melodia

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Stufen (Escalones) - Hermann Hesse

Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad,
así también florecen sucesivos los peldaños de la vida;
a su tiempo surge toda sabiduría, toda virtud,
mas no les es dado durar eternamente.
Es menester que el corazón, en cada llamado,
esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,
esté dispuesto a darse, animado y sin pudores,
a nuevos y distintos desafíos.
En el fondo de cada comienzo hay un hechizo
que nos protege y nos ayuda a vivir.
Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,
atravesar espacio tras espacio
sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria;
el espíritu universal no quiere encadenarnos:
quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos
escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad
en un morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer:
sólo quien está pronto a partir y peregrinar
podrá eludir la parálisis que causa la costumbre.
Aun la hora de la muerte acaso nos coloque
frente a nuevos espacios que debamos andar:
las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros...
¡Ea, pues, corazón, arriba! ¡Despídete, estás curado!

- ¿Te ha gustado alguno, te he visto muy entusiasta?

- Escalones, es mi poema favorito tiene de todo un poco en 190 palabras.

- Nos recuerda no efímero que es todo en este mundo.

Samuel asintió, terminamos de comer y continuamos el recorrido entre más que solo letras, yo lo llamo el recorrido de un universo de amor, desamor, dolor, pena, sabiduría es sumergirse en un cálido espacio del cual no quieres salir.

Cuando terminamos el recorrido Samuel desapareció lo busque por algunos lugares y parecía que la tierra se lo hubiera comido.
Pronto lo vi en el centro del museo con un ramo de flores aun con su atuendo lo mire curiosa acercándome mientras el sonreía.

Mire con detalle lo que estaba haciendo me tendió el ramo de rosas rojas abriendo una cajita de color azul.

- Aceptarías salir conmigo?

Es que claro yo... Esto no me lo esperaba yo apenas y nos conocemos.

- Si

El me coloco un anillo y una cadena sonreí aun sin saber bien que estaba haciendo, me había dejado acaso llevar por la magia del lugar.

No dije nada luego de aquello ni siquiera nos besamos solo caminamos juntos hacia la salida tomados de la mano algo mágico había sucedido nuevamente claro que lo quería peri no me esperaba que hubiera sido así de rápido.

Karol

Los días que podía ayudaba a mi papá a atender su restaurante, cuando iba de salida recibí una llamada o bueno como yo la había llamado La llamada.

- Adivina.

- Estas con dolor estomacal.

- No Samuel me ha pedido salir con él.

Me costó unos minutos asimilar lo que había dicho para proceder a mentirle a mi amiga.

- Eso es genial, por fin tendrás con quien salir y me dejaras en paz.

- Mira que si eres odiosa.

Cortamos la llamada para proceder a gritar internamente no era justo lo que estaba pasando yo no había elegido enamorarme de él o quizá solo sea admiracion o obsesión.

Terminada mi jornada de trabajo pase por la biblioteca dejar unos libros los de mi tesis.

- ¿Se puede?

Ana como siempre sonriente me ofreció a pasar y tomar una tasa de café.

- ¿Como has estado?

- Pues hay algo que quiero contarte antes de empezar con las clases de piano.

Ana asintió poniendo toda su atención en mi.

- Me enamorado de alguien o más bien quisiera que me dieras tu punto de vista, cuando lo veo siento que debería de estar con el siento ese deseo de saber más de él de cómo fue su día y no no le solo pasar el rato, es muy intenso el sentimiento.

- mm podría ser una especie de enamoramiento, pero puede no durar mucho.

- Eso espero.

Dicho aquello empezamos con las clases de piano me gustaba como Ana tocaba y daba sus clases le entendía al menos y ya podía entonar mis melodías favoritas.

El era una melodia, cada nota del pianista  Ludovico Einaudi me recordaba a él.

El era mi melodia.

Luego de mis clases de piano tenía que ir a una casa de acogida de animalitos sin hogar donde era voluntaria con Valentina quien pensé que no irá debido a que ahora andaba enviada, pero ahí estaba ella y Samuel quien ya su nombre iba siendo un trago amargo.

Los salude y pase a colocarme mi chaleco y ayudar con los queaseres mientras que Samuel y Vale estaban auforicos bañando a los perritos a este paso no me asombraria qué adoptas en uno.

- ¿Qué tal las clases de piano Karol?

- Bueno para ser hobby va bien.

- Así que piano, me gustaría tomarlas será que pudieras pasarme la dirección?

Esto se estaba poniendo incómodo así que sonreí amablemente y le dije que se lo pasaría.

Obviamente llame a Ana para que nos diera las clases seguidas para poder verlo más seguido.

A lo Ana asintió ser cómplice de tremenda locura.

- Podemos ir mi padre aun no cierra.

Mi padre odiaba que me embriagar a en otros lugares así que tenía permitido tomar en el restaurante en la zona vip le decíamos a nuestra hueca con Valentína misma qué era testigo de muchos momentos ridículos y de desamor este lugar nos ha visto crecer prácticamente.

Esta vez era diferente Samuel era quien se había puesto en medio de las dos, pero por otro lado estaba nuestra amistad de años con Valentína sus padres me querían como a una hija más al igual que los míos.



AMOR EN TIEMPOS MODERNOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora