La Resistencia

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Quito el casco negro de su cabeza, soltando un suspiro pesado, volviendo a inhalar el aire fresco que le pegó por completo en la cara, bajo de su moto luego de un momento, asegurándose que no corría peligro en esa zona, que igualmente, zona de ricos, no iba a haber problemas, no como en su casa.

San se veía en el reflejo del vidrio reflectante que cubría aquella gran casa, casi una mansión, esperando que su amigo abriera la puerta. Una vez la puerta fue abierta una mueca de felicidad quedó en su rostro, riendo y felicitando a su amigo por su reciente noticia de casamiento, yunho rio divertido ante el comportamiento exagerado de su amigo, igualmente abrazándolo en recibimiento, escuchando el alegre llamado del contrario.

— ¡amigo!

— ¡amigo! ¿sin drama el viaje?

— olvídate, todo tranqui ¿vos?

Yunho contesto un breve, también, riendo mientras lo hacía pasar al interior de su, no tan humilde, hogar. San rápidamente saludando con su mano al resto de sus amigos, todos sentados al rededor de la mesa ratona del living, devolviendo el corto saludo para fijar nuevamente su atención al partido que se reproducía en la televisión gigante. San no sorprendido por aquello copio el accionar de los demás, sentándose en uno de los lugares libres de aquel enorme sillón, rápidamente jongho le paso aquel porro que se estaban pasando, mientras seongwha le pasaba una lata de cerveza.

— ¿y? ¿está ya es tu despedida de soltero?

Pregunto a yunho, antes de largar aquel humo denso del porro, pasándolo, decidiendo que esa sería su única pitada de hoy, el mencionado tomo un gran trago de su cerveza antes de contestar.

— digamos, no sé, me da igual, si ustedes lo consideran así.

— da ¿no vas a tener antes de casarte?

— déjalo san, no ves que ni casarse quiere.

Seongwha niega con su cabeza en desacuerdo a lo que dijo jongho, a pesar de ser totalmente cierto, el ambiente en menos de cinco minutos se volvió tenso. Yunho con un suspiro atravesado se levantó del sillón, yéndose a la cocina del enorme lugar, san rodó sus ojos ante la actitud infantil de los demás.

— ¿por qué está tan mal?

— porque terminó con su novio real.

— y pero.

San quiso decir algo en defensa de su amigo, decir que por ahí, sus papás tienen la culpa de que eso pasara, pero sería una mentira, yunho estuvo mal y tenía que resistir a las consecuencias de sus decisiones.

— bueno, no importa ¿apostaron por el partido de hoy?

— ¡si! ¡voy a ganar una banda de plata apenas ganemos!

Jongho grito emocionado, provocando la risa de los contrarios, el mayor entre ellos también diciendo que apostó, creando una conversación a parte en dónde san prefirió no participar. Aburrido, un poco loco, fue a fijarse porque su otro amigo no volvía.

— ¿Yunho? ¿estás acá?

No veía a nadie en la cocina, hasta que escucho un pequeño sollozo, acercándose más se dió cuenta de dónde provenían. En el espacio de debajo de la barra de la cocina, se encontraba su amigo encorvado, con los ojos rojos y el olor a alcohol se notaba a kilómetros. San paso sus manos por su cara, asumiendo ya que iba a tener que hablar con el, se acercó, sentándose a su lado y quitándole aquella lata que todavía estaba en su mano.

— basta yun, no podés estar así por esto.

— ¿por qué no?

— porque podrías haber dicho que no y listo, mira que dejar a tu pareja porque tus papás te dicen, teniendo 24 años, tenés que ser bastante tarado.

— deja san, no vas a entender.

— entiendo, pero podrías haberlo evitado, ahora tenés que pensar en tu prometido, no en tu ex.

— no puedo san, Mingi es hermoso, divino, tan bueno, pero no puedo olvidarme tan facil de mi ex.

no creo que te cueste tanto si pensas así de tu prometido.

Pensó mientras lo veía con un poco de lastima, sabiendo que tan mal podía estar por su ex pareja, pero si ya tenia una idea de su nuevo prometido, tanto amor no le tenia.

— mira yun, lo único que te puedo decir es que mires para adelante, ya está, no podés cambiar tus decisiones ahora y romper otro corazón.

— si, tenés razón san, pero es tan difícil.

— ya está yun, si terminaste bien, pueden ser amigos, pero no podés jugar a dos puntas.

— no sé...

— cuando no estés tan mal, hablamos mejor, pero pensa en mingi ahora.

Con su palabra decidida, se levantó de allí, dejando que su amigo se siguiera hundiendo en aquella tristeza, que igualmente ya había dicho lo que pensaba, por lo menos una parte, en cuanto volvió al living vió a sus amigos con una sonrisa gigante cada uno, ya pensando lo peor se acercó, sentándose en medio de ellos.

— ¿por qué esas caritas?

— no sabes, tengo la solución a tu soledad.

— ¿otra vez con eso jongho?

Frustrado intento levantarse del sillón, pero ambos agarraron sus brazos bajandolo nuevamente para sentarlo, soltero una puteada y dejo que le hablarán a pesar de estar harto ya de esta situación. Para poner en contexto, desde hace meses que los dos, tres con yunho, lo estaban jodiendo de tener que sentar cabeza, que consiguiera un chico para querer.

— ¡una cita a ciegas!

— ni a palo.

Los dos amigos se miraron de forma traviesa, asintiendo a los no que decía el tercero. Jongho mostrándole a san el chat que tenía con su novio, diciéndole que tenía la cita perfecta para el, rendido, San accedió a aquello, tomándolo como una diversión de un día, los otros chocaron sus palmas, felices de haber logrado su cometido.


🚬


Wooyoung no estaba del todo seguro al haber tomado esa decisión, pero yeosang estaba igual de risueño que hongjoong por lo que acababa de pasar.

el ¡él! había aceptado tener una cita a ciegas con uno de los amigos del novio de su amigo, no lo podía creer, le echaba la culpa al poco alcohol circulando en su sistema y el despecho que tenia con su ahora ex. Cerro sus ojos pensando en aquella próxima cita, total.

no había nada malo en eso, su forma de pasar y resistir el duelo de su reciente ruptura.

Puzzle of HeartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora