Estaban en silencio, luego de aquella pregunta, o respuesta, wooyoung no sabe, se dedicaron a terminar sus cafes.
- se casa.
el mitad rubio alzo una ceja, preguntándose si esa es la cagada que se mando el amigo del contrario.
- ¿y lo malo?
- ¿no te parece malo que se case, teniendo 24 años recién?
Una risa salió de sus pomposos labios, llamando la atención del pelinegro, negando luego, claramente en desacuerdo con el pensamiento del otro.
- y no, si se aman...
- ese también es el tema, se casa con uno que ni conoce, es un boludo mi amigo.
- pobre, pero ¿por qué se casa si ni lo conoce?
- porque los papás de yunho...
Y la mente de wooyoung quedó en blanco, ese nombre, escucho ese nombre salir de los labios de su cita. El nombre que lo está atormentando hace días, que por un rato hoy se le pudo olvidar, pero como su cita lo sabe, como lo conoce.
¿por qué?
Sentía su corazón latir apurado, casi saltando de su pecho, pensando en que podría atravesar su piel está vez y en vez de tenerlo en sus manos caería sobre la mesa, sería una forma poética de morir.
Divagó en sus pensamientos mientras escuchaba el parloteo de san de fondo, cada palabra que decía venia acompañada del nombre de su ex y un insulto a su estupidez.
- san ¿cómo lo conoces a yunho?
- eh.
- si, corte, desde cuándo.
- desde chicos, jugábamos al futbol juntos en la escuelita y quedamos de amigos, pero es terrible boludo.
- dios ¿yunho también es amigo de jongho?
- si...¿por qué? ¿que tiene?
Wooyoung se estaba levantando de su asiento cuando escucho un fuerte trueno, claramente viniendo de afuera del café, pero el día seguía viéndose soleado, tan lindo día arruinado por una inmensa lluvia.
- no puedo estar con vos, conozco muy bien la historia de tu amigo, lamentablemente.
A san le cerró todo, el por qué se quedó raro luego de mencionar a yunho, se lamento, soltando un suspiro, el chico era demasiado bonito como para dejarlo ir, pero tenia códigos.
o no.
- ¿te llevo?
- ¿eh?
Los cachetes del menor casi estallan en rojo, a pesar de la situación, una simple oferta lo puso nervioso, pasa que, no podía simplemente ignorar la belleza de aquel chico, reacciona como reaccionaria cualquiera.
- no, no, está bien.
- ¿seguro? llueve re fuerte y por lo que veo, no tenes ni paraguas.
- no pero, no pasa nada, no te quiero joder.
San dudo, finalmente dejo que fuera así, el pago antes de que el contrario lo hiciera, acompañándolo hasta la puerta, lo saludo con un beso en su cachete, dejando una caricia en su brazo.
- bueno, cualquier cosa tomate un Uber ¿vivís muy lejos?
- no, un par de cuadras.
Mentira, eran más que un par de cuadras, pero no quería seguir mucho más tiempo con el, se sentía raro, estaba en una cita con un amigo cercano de su ex, o sea, como se puede sentir. Porque, por ahí, en otro contexto hubiera seguido, hubiera dado pie a más charla, más interacción, pero no podía, no con tan reciente ruptura y no sabiendo que por ahí, este chico le iba a contar, quedaba mal, tampoco quería.
Dejo de divagar en cuanto escucho el motor de una moto rugir, sus ojos paseándose por aquella nave roja, divina.
- bueno, nos vemos woo, mira que, yunho es un pelotudo, si te busca no le des bola.
No sabe por qué le dijo eso, se mordio el labio luego de decirlo, no quería dejarlo ahí, podría tener códigos, pero está vez, su amigo es un tarado por haber dejado ir a tan lindo chico.
Se hizo el que se iba, viendo como el menor saludaba con su mano, quedándose ahí parado, avanzo para dar vuelta a la manzana, dos veces así, el menor todavía no se iba, suspiro, no podía, le ganaban las ganas.
Freno en frente del mitad rubio otra vez, sorprendiendolo un poco.
- subite.
Le tendió un casco extra que tenía, wooyoung no le pudo decir que no, estaba a nada de llorar, ninguna app le agarraba el viaje y se sentia mal. Rápido se subió a la moto, abrazando a la cintura del más alto, el cual rió ante esa acción, antes de arrancar le pregunto la dirección, finalmente ambos dejaron aquel café. Una cita a ciegas rara, un conocido muy importante de por medio, pero una atracción y nerviosismo muy grande también.
Capaz no fue tan malo que lloviera en un día tan soleado.