𝐀 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐌𝐢𝐬𝐭𝐚𝐤𝐞 - Gabito Ballesteros

3. Noticia

Había llegado el momento. Ahora, tenía que despedir al amor de mi vida.

Tenía los ojos acuosos de sentimiento, olas de tristeza invadían mi alma y solamente pensaba en que la idea de irme con el a Hermosillo no era tan mala idea.

Pero no, tenía que cambiar yo.

Sabía perfectamente que yo no estaba bien, mi familia no estaba bien, y la única familia que podía llegar a tener es la hermana de mi papá que me ha tratado como si fuera su hija y no su sobrina. Mis primas y primos también me caían excelente, y mi tío era súper buena onda, me habían dado la oportunidad de quedarme ahí con ellos a vivir, pues el ambiente en mi casa era horrible.

Mis papás casi ni los veía, y cuando estaba en casa, estaban borrachos o drogados a morir, y casi casi me decían que yo tenía la culpa de su existencia y nuestras carencias.

Mi hermano mayor, Diego, había ido a probar suerte allá en Estados Unidos y todavía no iba a volver,  el también me incitó a que fuera con mi tía para una mejor vida.

Había tenido mi última noche con Gabriel, donde me hizo sentir tan amada... tan querida, como nunca me había sentido antes.

Me llenaba de caricias y regalos que si bien no eran costosos, eran hechos y entregados con amor y cariño, que era lo más importante para mi.

Ya lo estaba despidiendo, con el corazón en la mano y casi queriéndome morir por amarlo tanto.

Sin darme cuenta había estado dependiendo de él de una forma horrible, no sabía que iba a ser de mi vida, ni siquiera estaba segura de que pudiera amar a otro hombre como lo amé a él.

Y eso me llenaba de tristeza.

Lo bese por última vez, saboreando sus labios para tenerlos en el recuerdo.

Lo abracé por última vez, sintiendo sus brazos envolviéndome en un calor que jamás podría comparar.

Lo olí por última vez, estaba segura que con oler ese perfume me acordaría de él.

Y, finalmente, lo vi por última vez en persona, asegurándome de no perderme de ningún detalle de su lindo rostro, hundiéndome en una tristeza de saber que no lo vería por un buen tiempo.

Empezaba a pensar que tal vez cuando nos volviéramos a ver, yo seguiría enamorada de él y tal vez el ya tuviera a otra mujer a quien amar.

Ese mismo día, me fui rumbo a Sinaloa sin despedirme de mis padres, solo me despedí de mi mejor amiga, Louise, quien estaba muy afectada por ello.

Me fui, dejando el pasado atrás, pero llevando conmigo la imagen de el hombre que más ame en esta vida.

[...]

—¡Ay, Char! Son las 12 de la noche mija, que tie- — mi tía Rosa se quedó callada al verme en el inodoro con mi piel más blanca de lo normal — ¡CHARLOTTE! Hermosa... — se agachó — amor, ¿como estas? ¿que pasó?

—Tia... — susurre con la vista mareada, sentía que me iba a desmallar.

—Char, mi niña, ¿que te pasó? ¡Luis! ¡Ven, Charlotte está vomitando!

Sentí que el llamado de mi tía hacia mi tío era apenas una voz a lo lejos, me sentía tan mareada...

Y todo se volvió negro.

Desperté como si no me hubiera pasado nada, con un dolor de cabeza insoportable y dolor en mi panza.

Ya llevaba unas tres semanas en Sinaloa, si bien no había estado comiendo mucho y tenía una drepresion horrenda, no sabía que me había caído mal para que estuviera así de mal.