𝐈.𝐈

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chapter oneજ ❝la búsqueda de guthred

 જ ❝la búsqueda de guthred ❞

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El viaje en busca de no duró mucho como lo suponía Aethelwynn, pero en el transcurso de este, el padre Beocca se dio cuenta de que la hija menor de su rey los seguía a escondidas, le insistió en volver al hogar donde ella estaría a salvo, segura, aunque la pelirroja deseaba acompañarlo mintiendo que fue orden de su padre.

Lo único que no deseaba era volver a Winchester y tener el regaño de sus padres, como el aceptar su destino cruel de casarse con alguien que ni conoce.

Después de días, donde la princesa de Wessex fue protegida ante la matanza que se hacía en Eoferwic con la presencia de algunos hermanos daneses, era prioridad la dama que un padre. Aethelwynn, el padre Beocca y el hermano Trew, duraron escondidos en el bosque, hasta que uno de los padres les avisara de su paso seguro.

Y por tal razón, la joven estaba dividiendo la suma que Alfred les brindó para el rescate del tan soñado rey, uniendo a Eoferwic en la causa de Alfred.

—Algún día, me terminará llevando al cielo con Dios, lady.

—Espero que para ese día, ambos encontremos felicidad, Beocca.

El hombre suspiró asintiendo, la joven lo acompañaba en hacer oración cada tanto que pudiera escapar del tema del matrimonio. Suponiendo que esa era la razón de su escape.

—Lo llevaremos todos. En serio — comentó Beocca.

—Pero ¿qué garantía tenemos de que no robará la plata de Alfred? — preguntó el hermano Trew.

Aethelwynn levantó la mirada en su dirección.

—Ninguna — respondió—. Es el riesgo que debemos correr.

Una voz familiar que conocían las dos personas de Wessex, se alegraron al ver a su portador acercarse a donde ellos se encontraban. Más que nada el hombre, pues la joven era una niña cuando él los salvó de los daneses.

—¿Has estado robándole a Alfred, padre Beocca?

—Uhtred, Dios mío. ¡Uhtred! Me da mucho gusto verte.

Ambos se fundieron en un abrazo, aunque el más joven le besó la cabeza calva, generando que la joven soltara una sonrisa por ello.

—¡Y a mí ver su cabeza calva!

—He orado para que nuestros caminos se crucen. Es una señal, la voluntad de Dios.

El guerrero favorito de su padre la observó, sorprendido por la presencia de tal cabellera rubia que no olvidaría jamás en su vida.

𝐒𝐈𝐍𝐍𝐄𝐑 | Sihtric KjartanssonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora