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Seungmin estaba sentado en la terraza del elegante restaurante donde él y Hyunjin habían decidido encontrarse para discutir los detalles de su próxima boda. A lo lejos, la ciudad se extendía en un mar de luces, pero Seungmin se sentía atrapado en una niebla de incertidumbre y tristeza. Las conversaciones con Hyunjin, aunque en un principio tensas y forzadas, se habían vuelto más fluidas con el tiempo, pero eso no cambiaba el hecho de que el compromiso seguía siendo una carga para él.

Hyunjin, vestido con un traje impecable que resaltaba su aire de arrogancia, estaba revisando unos documentos con una expresión de concentración. Seungmin observaba la escena con una mezcla de admiración y preocupación. La relación entre ambos había evolucionado de manera inesperada; aunque aún había tensiones, también empezaba a ver destellos de la persona detrás del ego desmedido. Hyunjin, a pesar de sus defectos, tenía una forma de hacer que las cosas sucedieran, y eso le había proporcionado a Seungmin una estabilidad que no había conocido desde mucho antes de su relación con Chan.

Bien, Seungmin - dijo Hyunjin finalmente, rompiendo el silencio - La lista de invitados está casi lista. Solo faltan algunos detalles por confirmar. ¿Qué opinas de la propuesta de florista?

Seungmin miró los papeles que Hyunjin le había pasado. A pesar de los esfuerzos de Hyunjin por hacer que la boda fuera un espectáculo deslumbrante, Seungmin no podía evitar sentirse distante de todo el proceso. La idea de casarse con alguien que, a pesar de sus buenas intenciones, seguía siendo tan egocéntrico le resultaba incómoda.

Es... impresionante - dijo Seungmin, tratando de ocultar su falta de entusiasmo - Pero, sinceramente, me parece un poco excesivo.

Hyunjin lo miró con una ceja levantada, su expresión un cruce entre diversión y desafío.

Excesivo, dices. Bueno, no puedo negar que me gusta que las cosas sean grandiosas. Después de todo, este evento debe ser tan memorable como nuestra unión - Seungmin asintió, sintiendo la presión de la mirada intensa de Hyunjin.

No podía negar que había algo fascinante en la forma en que Hyunjin siempre lograba imponer su voluntad, pero al mismo tiempo, sentía que la relación entre ellos estaba construida sobre una base de conveniencia más que de verdadera conexión.

Hablando de eso - continuó Seungmin, tratando de cambiar de tema—, ¿cómo te has sentido con todo esto? Me imagino que no es fácil para alguien como tú comprometerse de esta manera.

Hyunjin se reclinó en su silla, su sonrisa mostrando un destello de vulnerabilidad por primera vez.

La verdad es que no es fácil. Siempre he tenido lo que he querido, y debo confesar que has sido todo un reto, pero, por alguna razón, creo que esto vale la pena. No porque quiera demostrar algo, sino porque quiero que funcione, para ambos. Jamás había querido tener algo genuino con alguien, como contigo.

Seungmin lo observó, sorprendido por la sinceridad en las palabras de Hyunjin. Era un pequeño pero significativo cambio en la dinámica entre ellos. A pesar de las reservas que todavía sentía, comenzó a ver a Hyunjin bajo una luz diferente.

A lo largo de las semanas que pasaron, la planificación de la boda se volvió cada vez más intensa. Seungmin se sorprendió a sí mismo disfrutando de cada detalle, de la elección de la vajilla a la degustación de postres. Hyunjin se mostró cada vez más atento, haciéndole bromas suaves y halagando su buen gusto. Seungmin empezó a sentir que no era solo un trato de conveniencia, sino que Hyunjin realmente deseaba que la boda reflejara su unión.

Tal vez el gris no sea el color adecuado para ti, Seungmin - dijo Hyunjin, su tono suave y meditando - Deberíamos probar el azul. Realzaría tus ojos

Seungmin se puso tenso al oír la sugerencia - ¿Estás seguro? - Preguntó, mirando su reflejo en el espejo. La sala de probador del exclusivo salón de novios era un mar de terciopelos y encajes.

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